Un tren ligero para Tuxtla
Algún día, algún presidente municipal, algún gobernador que busque realmente solucionar el problema de las inundaciones y del transporte público en Tuxtla Gutiérrez, deberá ensayar proyectos novedosos.
En la carta de soluciones aparecerán vías realmente funcionales para transportes alternativos, como el tren ligero o ciclovías, propuesto por un grupo de especialistas.
El presidente municipal actual, más preocupado en promover su imagen y en gobernar para un grupo de exquisitos, no tiene visión para un Tuxtla a largo plazo.
En su mirar, que no va más allá del 2018, no entran proyectos que rebasen su administración, porque serían otros quienes se llevarían las palmas por la conclusión de las obras.
En ese tenor está la propuesta del tren ligero que impulsa un grupo de especialistas encabezados por Leonardo Muñoz Arellano y Gilberto Ruiz Cáceres, y que, por su duración de cuatro a cinco años, no entusiasma a ningún funcionario de las administraciones municipal o estatal.
El proyecto, con viabilidad técnica y ecológica, tendría como fin solucionar el problema de las inundaciones en Tuxtla, cada vez más agresivas y catastróficas, con la construcción de una presa reguladora de captación de aguas pluviales, drenes recolectores y embovedamiento del río Sabinal.
Si el Sabinal fuera atractivo, un verdadero río de aguas limpias y paseo frecuentado por los tuxtlecos, embovedarlo sería una locura, pero cuando se ha convertido en un canal de aguas negras contaminantes, lo mejor sería ocultarlo.
No es algo nuevo. La Ciudad de México tiene la mayoría de sus ríos y arroyos embovedados.
Ese largo y culebreante trazo del río Sabinal serviría como base, después de embovedarlo, para construir una ciclopista y las vías de un tren ligero que recorrería la ciudad desde Terán hasta la Central de Abasto.
La inversión, dice Gilberto Ruiz Cáceres, sería de aproximadamente seis mil 500 millones, pero “constituiría una solución integral a las inundaciones que padecemos en Tuxtla, y al transporte público, tan complicado, que sufrimos a diario”.
El tren ligero, que sería la culminación de esta propuesta, también ampliaría sus vías hacia el Libramiento Norte y Sur de la ciudad, sin tener que afectar propiedades particulares, porque hay espacio federal disponible en ambos periféricos.
El principal problema a que se enfrentan estos promotores es que a los políticos actuales, preocupados en aumentar sus bonos hacia las elecciones de 2018, no les interesa proyectos que sobrepasen sus administraciones.
Ojalá que este proyecto, como otros que me han platicado varios especialistas y activistas, en algún momento sea estudiado por los funcionarios, enriquecido y aprobado, para contribuir con imaginación a una mejor movilidad en nuestra ciudad, hasta ahora caótica y adefésica.
Un sistema de transporte sacado de la imaginación sin ninguna lógica sobre los sistemas de movimiento y desplazamiento humano. Ya debemos de lado la terrible idea de enbovedar el Sabinal. Sino que se apueste a algo que poco o nada tendría que ver sobre la movilidad urbana actual.