Serénese Senador, Serénese

 

Luis Armando Melgar, el aspirante. Foto: Archivo

 

Mucho ha dado de que hablar en los últimos días el Senador del Partido Verde Ecologista de México por Chiapas, el tapachulteco Luis Armando Melgar Bravo.

Un audio que circuló profusamente por las redes sociales chiapanecas lo exhibe como “mecha corta”, impulsivo, intolerante, poco proclive a escuchar a sus interlocutores y de carácter explosivo.

 Más o menos, como una bomba atómica con micrófonos y expuesto al escrutinio público.

Es cierto que carece de ética quien grita y se escuda en la multitud para gritarle a quien sea. ¿Era provocación?. Probablemente sí. Al filtrarse el audio completo, se tiene ya el panorama total de lo que sucedió.

¿Qué mecanismos de diálogo con los ciudadanos tienen los políticos mexicanos?

¿Cómo legitiman sus actos, sus acciones y compromisos?

 

Las campañas políticas se han convertido en simples arengas del candidato y luego cada quien para su casa. Peña Nieto incluso tardaba hasta una hora en saludar de mano a todos los asistentes que podía o que el aparato de seguridad le dejaba.

Pero volviendo al caso del Senador Melgar Bravo; si las redes sociales se dieron un festín exhibiéndolo, este tropezón también será aprovechado por sus adversarios políticos por la gubernatura de Chiapas.

Ya lo hemos consignado en estas páginas; el peor enemigo del Senador es su propio carácter.

Con esa característica personal y con una campaña política en puerta; si el Senador no cambia; sus contrincantes se van a dar un agasajo tremendo y descarrilarían sus aspiraciones. 

Imagine un candidato con una campaña llena de provocadores increpando al Senador Melgar.  

Suponga que los provocadores insistan y el Senador responda con palabras altisonantes, o peor aún; que él mismo o personal de seguridad ataje las provocaciones con violencia.

Un completo festín y un adiós a las aspiraciones del Senador, será el resultado.

A los contrincantes les alegró el hecho y esperarán más anécdotas de ese tipo, a sus simpatizantes les preocupó y seguramente les seguirá preocupando.

Pero el tropezón del tapachulteco tiene varias aristas que son dignas de tomarse en cuenta.

 

Lo bueno y lo malo:

Comete errores continuamente. Pero el Senador aprende rápido.

Aprende rápido; porque comete errores continuamente. Lo ideal es que no los cometiera.

Otros dirán que no está acostumbrado al contacto con el pueblo; pero que necesita placearse y por lo tanto arriesgarse.

Algunos más pensarán que al ser inevitable el contacto con la ciudadanía de a pie y la falta de costumbre del Senador con ese roce, se arriesga a que lo increpen provocadores. Pero que si es el “ungido o tapado” para la gubernatura de Chiapas; esa etapa quedará atrás.

 Depende como lo quiera ver usted lector.

Depende también si usted le apuesta o no a la candidatura y el ascenso del Senador Luis Armando Melgar Bravo a la gubernatura de Chiapas.

Pero el lenguaje utilizado en sus últimos actos de campaña no parece ser el apropiado para una campaña política.

También parece riesgoso si utiliza expresiones altisonantes para referirse a actos políticos.

Por eso, mejor serénese señor Senador.

Y hágalo porque esto apenas empieza.

 

A los mexicanos -incluidos o especialmente los chiapanecos- nos sobran razones para estar enojados. El país cae en una espiral de crisis, no hay futuro para nadie de la clase media para abajo en el mediano plazo; la pobreza sigue enraizándose y no hay voluntad para terminar con la impunidad de políticos que han desangrado las arcas públicas.

¿Ya se puso a pensar -en el hipotético caso claro está- en que hará cuando llegue a gobernador?

¿Ya sabe o se imagina la clase de finanzas que le heredarán?

Serénese, mejor proponga salidas a los temas chiapanecos y hágalo de manera plural.

Propóngalas, porque al momento ninguno de sus adversarios lo ha hecho.

Por lo menos Eduardo Ramírez, que terminó el 2016 con una inusual promoción personal en varios municipios de Chiapas, ahora mismo está sin actividad aparente.

 

Los demás tampoco tienen actividad política.

Zoé Robledo por ejemplo, inicia el año anunciando su salida del PRD; pero fuera de ello, hasta el momento nada más ha pasado.

 En ese contexto, ¿Qué significa que solamente el Senador Luis Armando Melgar Bravo esté activado políticamente?

 ¿Es el candidato oficial?

Los candidatos visibles a la gubernatura de Chiapas se apagaron por el momento. Pero queda una cauda de rumores, expectativas, suposiciones y un sinfín de comentarios sobre un hecho trascendental en la vida política estatal.

Este hecho -que además es esperado- es la desbandada que habrá de militantes de los partidos políticos para sumarse a otro proyecto político.

MORENA espera militantes. Y los tendrá mientras más se descomponga el escenario político nacional; ya que ello le dará más posibilidades de llegar a Los Pinos a Andrés Manuel López Obrador.

Esa es una primera condición que definirá el proceso político estatal y nacional rumbo al 2018, el crecimiento de MORENA.

 

Pero no es la única condición.

Cualquiera de los aspirantes identificados puede ser el nuevo gobernador de Chiapas.

Y lo puede ser porque ya se definió la constante que lo permitirá: la atomización del voto. 

Aparecen nuevos actores políticos, reaparecen otros, algunos más todavía están quietos; pero indudablemente que muchos están ya preparándose.

Entre todos atomizarán el voto. Algunos tendrán un premio de consolación, otros no; pero el desenlace probable es que quien sea el nuevo gobernador de Chiapas no lo será por mayoría; lo será porque el sistema político lo permitió. En ese sentido, el nuevo gobernador tendrá que avocarse también a construir la legitimidad de su gobierno.

Por ello es válido pensar que el Senador Melgar Bravo tenga posibilidades de ser el próximo ocupante de la Casa de Gobierno estatal, puesto que es quien está más cerca de los poderes fácticos nacionales.

El voto atomizado le conviene, la cercanía con los poderes fácticos le conviene, el silencio de Eduardo Ramírez y Fernando Castellanos también le conviene. 

Ello hablando de quienes están identificados con la clase política gobernante.

Le conviene también la irrupción de MORENA. Sobre todo también por la alianza de esa corriente política con Esteban Moctezuma Barragán

Le conviene que -como ya lo hizo- aparezca el ex gobernador Pablo Salazar Mendiguchía y su “Movimiento de la Esperanza” en la escena política estatal. Le conviene porque inevitablemente el ex  mandatario de Chiapas terminará inevitablemente como todos: atomizando el voto.

Además porque de acuerdo a la nueva Constitución del Estado, el ex Gobernador Salazar, no puede ser de nueva cuenta gobernador, como tampoco Diputado Local.

Seguramente Pablo Salazar terminará peleando por una Senaduría -quizá su primera opción- o la Diputación federal. Pero si es ineludible que el “Movimiento de la Esperanza” atomice más el voto; también es que actué como padrino político de otros actores políticos. 

Todo le conviene al Senador Luis Armando Melgar Bravo. 

Porque quienes presumen que saben de política, afirman que es el único que puede conseguir el beneplácito a su candidatura de los poderes políticos y fácticos nacionales.

Que es el único que no tiene pasado político-administrativo que al escarbarse sepulte sus aspiraciones o las complique.

Probablemente así sea.

Solo necesita resolver un asunto: Serénese Señor Senador. Serénese

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