Chiapas, saldos de fin de año y rupturas políticas al 2018
El año que terminó fue para Chiapas -como para el resto del país- pésimo en materia económica y social.
Al efecto Trump se le sumó la indignación social -otra más- por el efecto del alza en el precio de la gasolina.
Pero por sobre los efectos de la llegada a la presidencia de Donald Trump, por sobre el gasolinazo; lo que enerva a los mexicanos es la corrupción y la impunidad y últimamente una certeza: el ya saber que el presidente Peña Nieto -ante los acontecimientos recientes- no tiene la estatura de estadista que la coyuntura nacional e internacional exigen.
Si en el país el año terminó convulso, en Chiapas el inicio de año fue inédito.
Miles de empleados estatales fueron despedidos de su puesto laboral.
Los despidos fueron hechos conforme a la ley; pero eso no evitará las tragedias familiares por la falta de ingresos al hogar en un año que pinta excepcionalmente malo para la salud de la economía nacional y estatal.
El gasolinazo y la sacudida laboral en la administración pública estatal detuvieron -por lo pronto- lo que los últimos días de diciembre del año pasado se pre-configuraba; un placeo por todo el estado de suspirantes a puestos de elección popular.
Eduardo Ramírez Aguilar, prácticamente recorrió todo el estado presentando el informe de su gestión al frente de la Cámara de Diputados local. Lo hizo con el apoyo de varios alcaldes. Es decir, en total impunidad.
La izquierda política vio como Rutilio Escandón Cadenas, Magistrado Presidente del Poder Judicial del Estado, continuaba su promoción política en medios locales y redes sociales, y desde octubre, Plácido Humberto Morales Vázquez renunciaba a la coordinación del gabinete estatal.
Nótese como estos dos miembros de la izquierda también eran parte del presupuesto. De manera que ¿Cuál independencia política? El oficialismo tiene varias cartas rumbo al 2018, eso lo dejan claro Rutilio Escandón y Plácido Morales.
En una entrevista con el periódico “El Universal”, el Senador Zoé Robledo Aburto mencionaba que no se descartaba contender por la gubernatura de Chiapas, y que la buscaría por las siglas de MORENA.
Ya en enero de este año, Pablo Salazar Mendiguchía, el ex gobernador fue captado públicamente cuando se reunía con Francisco Rojas Toledo. Prácticamente querían que los vieran, puesto que el lugar de la reunión fue un espacio que se presta para ello.
Enero también inicia con el anuncio en la Ciudad de México de que Esteban Moctezuma Barragán se sumaba al equipo político de Andrés Manuel López Obrador.
A nivel nacional y estatal este movimiento desató una serie de especulaciones.
La alianza es una apuesta audaz de Andrés Manuel López Obrador.
Lo es porque con la llegada a su equipo de Moctezuma Barragán, el tabasqueño se acerca a uno de los grupos fácticos más poderosos del país.
Tiene su costo, claro está.
Pero AMLO asegura recursos financieros para la campaña, voz entre los empresarios nacionales para tranquilizarlos, en su caso para sumarlos al proyecto político y por ello el paisano de Carlos Pellicer seguramente sopesó los beneficios y los costos.
Lo que se ve en lo inmediato es que los beneficios son altos y los costos, seguramente serán mínimos.
La gran mayoría de los indignados por esta alianza no se irán iracundos al PRI o al PAN. Seguramente buscarán otra opción en la candidatura del EZLN o alguna independiente.
No moverán mucho las preferencias electorales que hoy las encuestas describen como puntero al tabasqueño. Más bien continuará atomizándose el voto.
Esta alianza es un acto pragmático de López Obrador. Seguramente piensa que primero es llegar, y luego llegará el momento de ocuparse en el pago de facturas políticas a las alianzas y los aliados.
Ante esta alianza, en Chiapas inmediatamente se pensó en que fortalecía al Senador Luis Armando Melgar Bravo, ya que el tapachulteco es miembro de esa élite empresarial.
Pero todo cambió rápidamente.
En Diciembre, el Senador por Chiapas del PRD, Zoé Robledo Aburto, daba señales de querer buscar la candidatura a la gubernatura.
Pero ya en enero, específicamente el día 30, el Senador renunció a su militancia perredista y se afilió a MORENA como un militante más y recalcaba que no era momento de hablar de aspiraciones personales.
Sin embargo es obvio que aunque no habla de ello, la aspiración está presente, busca la gubernatura y la buscará.
De acuerdo a la ruptura del Senador con el PRD, tres cosas son claras:
- El PRD se debilita. Ya no representa una opción electoral ganadora, ni en Chiapas ni a nivel nacional.
- Zoé Roblero no tenía opción alguna de aspirar a ser gobernador del estado si continuaba en dicho partido político.
- Se reconfigura el tablero político estatal rumbo a las elecciones para elegir gobernador del estado en el 2018.
Evidentemente que el PRD fue víctima de sus errores. Especialmente el que se refiere al acercamiento con el poder político. Intentando emular al PAN de las concertacesiones, el efecto fue que sus líderes históricos han abandonado a ese instituto político.
En Chiapas, la cúpula perredista tiene dos sexenios enteros y lo que va de este, de estar entregado al poder político local.
Zoe Robledo es beneficiado de ese control; así fue como saltó a la política apadrinado por Juan Sabines, quien lo hace diputado local por el PRD; su padre, el ex gobernador de 60 días por el PRI, Eduardo Robledo Rincón, lo llevó de la mano, antes no vivía en Chiapas. De la misma forma llega a Senador.
Pero ahora, otras son las circunstancias para Zoé Robledo.
¿Cómo aspirar a gobernar Chiapas si la que se supone es la oposición, está identificada, entregada o subordinada a la élite local?
¿Cómo llegar a ser gobernador si los partidos políticos pequeños y locales también tienen un perfil de identificación con el oficialismo?
Solo se podrá -en el caso de Zoé Robledo- desde otra trinchera.
En este caso la única que le queda es MORENA.
¿A qué se enfrentará Zoé Robledo en MORENA?
En MORENA de Chiapas a nada. ¿Usted cree que si es apoyado por Andrés Manuel López Obrador alguien se le enfrentará?.
El problema es precisamente ese; el apoyo del líder de MORENA.
Político pragmático, López Obrador da, quita y condiciona los acuerdos de alianzas políticas.
Más allá de las coyunturas políticas, el popular AMLO basa su fuerza política en su principal virtud: su ruptura con la clase política y la percepción de su proverbial honradez.
Mientras el sistema político se siga cayendo y el descontento popular incrementándose, AMLO será el principal beneficiado. Ahora mismo, las encuestas reflejan esa tendencia y probablemente lo sigan haciendo si el gobierno federal no encuentra una salida política a la crisis de credibilidad que hoy lo ahoga.
Si el problema de Zoé Robledo es el apoyo final de López Obrador en un contexto de crecimiento electoral. ¿Lo tendrá?.
El menos preocupado por esta situación será el tabasqueño. Y es que no tardaremos de ver en Chiapas una total desbandada de la militancia de otros partidos políticos para sumarse a MORENA.
Lo que menos le preocupa a AMLO es quien será el próximo gobernador de Chiapas. En lo que respecta a su partido político; tomará la decisión al último momento. Lo más seguro es que esté completamente concentrado en su proyecto de llegar a Los Pinos.
Mientras tanto, que la clase política local se despedace. Que se siga descomponiendo el clima de paz social; eso será lo que le dará la vuelta en Chiapas a la tradicional compra de votos del oficialismo y significará la oportunidad de AMLO de ganar el caudal de votos chiapanecos para tener la oportunidad por fin de llegar a la presidencia y de paso asegurar la gubernatura.
Hoy luchan por ella desde MORENA, Plácido Morales, Rutilio Escandón, se sumó ya Zoé Robledo. Pero en los próximos días no se sabe que pasará.
Todo depende de las circunstancias, de la descomposición política nacional y el pragmatismo de López Orador.
La única certeza es que pablistas, sabinistas y alboritas sobre todo; se preparan para volver al “presupuesto”. No nos sacudiremos de ningún grupo politico, estos se acomodarán como puedan.
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