Un país tercermundista llamado Estados Unidos

Al poeta Óscar Oliva, por sus

Ochenta años de pulir la palabra

Y crear belleza.

Los Estados Unidos, el país de los peregrinos (barca inglesa repleta de maleantes), transformados en los pioneros que corren la frontera asesinando pueblos, como bien los retrata Cuarón en su película El Renacido, que avanzan con el culto a las armas en las manos y la cintura, que son descritos como manifiestamente escogidos por el Todopoderoso como escribió Frederick Jackson Turner y que son exhibidos como modelo de democracia desde los añejos días de Alexis de Tocqueville, han revelado su faz tercermundista durante años. Escondidos detrás de las armas y de una tecnología diseñada para el dominio, incluido el propio pueblo norteamericano, los oligarcas del imperio diseñaron un proyecto de expansión que traza sus orígenes en el propio proceso colonialista en el que se forjó el país.

El poeta chiapaneco, Oscar Oliva, Premio Internacional de Poesía “Ramón López Velarde” 2013.

La “personalidad norteamericana”, la del pionero, está signada por el fundamentalismo religioso-político, la xenofobia, el racismo, el poner asteriscos al mandamiento “no matarás” que no se aplica a quien no es blanco, el color asociado con el bien mientras todos los demás son manifestaciones del mismísimo satanás. Un país que se forjó sobre las espaldas de los inmigrados expulsados por las crisis que provoca con recurrencia el capitalismo, un sistema económico-político basado en la exclusión, y cuya expansión se cimenta en el sistema colonial, hoy revestido, inventó un sistema electoral en donde el principio democrático es burlado dándose el caso de que el que “gana, pierde!”. Así llega al poder Donald Trump, un personaje siniestro, émulo de Hitler, y lo peor, sin que él mismo lo sepa, lo cual lo dota de un poder sin controles éticos. La trayectoria del capitalismo en Norteamérica se auto concibe amenazada, paradójicamente, por el avance del mismo sistema en China y Rusia, mientras su vientre europeo se debilita. En ese contexto, ya no conviene la “globalización” sino el regreso a los viejos días en que los “marines” defendían al “mundo libre” contra el comunismo, encarnación del mal en la tierra. Hoy el enemigo es la diversidad humana, la reflexión intelectual, la creatividad popular, como lo expresó con claridad en su discurso Donald Tromp. La puesta en escena de esta nueva irrupción de los pioneros que fue el baile de toma de posesión, describe con claridad la mentalidad obtusa cimentada en la ignorancia y el dinero que porta la oligarquía trepada al poder en un país tercermundista con la economía más grande y la tecnología más perversa que la humanidad ha contemplado y que ha basado su prosperidad expoliando a multitud de pueblos. La esperanza se abre con la respuesta del propio pueblo norteamericano liderado por las mujeres, concebidas como objetos de lujo por Donald Trump, el buen Donaldo, que hizo una buena parte de su dinero explotando a mujeres a través de los concursos de belleza. Se abrieron las entrañas del pueblo profundo, que diría Guillermo Bonfil, para expresar un rechazo al fundamentalismo racista, lo que quedó ampliamente expresado en las recientes marchas multitudinarias en ciudades de los Estados Unidos y del mundo y antes, en las urnas. Recuérdese que son más tres millones de votos con los que perdió Donald Trump en un país, el de la democracia perfecta, en donde el que gana el voto popular pierde la elección. ¡Que giro tercermundista más claro!, digno de aquellos gorilatos de América del Sur o de las dinastías estilo Somoza de Centroamérica. Donald Trumpo lleva la impronta del dictador que, como todo dictador, es intolerante, ignorante y dispuesto a avasallar a quien se le ponga enfrente. A eso se enfrenta hoy el pueblo profundo de Norteamérica. Incluso a un golpe de Estado por el cual la nueva camarilla de ocho multi millonarios tercermundistas pretenderán perpetuarse en el poder. Luenga tarea, difícil, la del pueblo norteamericano y duro período para el mundo actual en donde la rendija abierta por las mujeres es la esperanza de que se configure un río humano que impida la catástrofe final.

Ajijic. Ribera del Lago de Chapala. A 22 de enero de 2017.