Peña Nieto en caída libre y el monopolio económico promovido por Trump
Enrique Peña Nieto sigue haciendo historia.
Cae cada vez más en la preferencia y simpatía de los mexicanos.
El declive que comenzó con la tragedia de Ayotzinapa no termina y en esa caída, Peña Nieto arrastra también al sistema político mexicano.
Ello es bueno. Pero solo si los mexicanos nos unimos en un proyecto político diferente al que promueven las élites nacionales.
En redes sociales, en las calles, en los hogares mexicanos. En todos lados se habla de Peña Nieto y en la forma en como conduce al país.
Pero no se habla bien.
La fuerza ciudadana, la misma que vota en elecciones intermedias y generales, es la misma que ha salido a las calles a protestar. Y lo seguirá haciendo porque no hay buenas perspectivas nacionales para el 2017.
Lo seguirá haciendo también porque el gobierno de Peña Nieto ya no tiene nada que ofrecer a México. Es decir ya es un gobierno caduco y un problema para todos los mexicanos.
¿De qué sirve la austeridad que plantean los secretarios del gabinete si el problema es que ya los ciudadanos no confiamos en ellos?.
Peña Nieto le dio -sin querer- el golpe final al sistema político mexicano.
Sin querer, porque hombre del poder al fin; lo ejerció sin cortapisa hasta que las condiciones sociales mexicanas piden un cambio sustancial en la estructura política.
El problema es que Peña Nieto no ha escuchado, ni visto ni leído a las redes sociales nacionales.
México quiere que este sea un país de justicia, sin corrupción, sin impunidad y también, sin desigualdad. Sobre esas bases se tiene que construir un país que aspira a ser democrático y que es mayoritariamente pobre.
México es mucho más que Trump, que el gasolinazo, que la crisis económica que se nos viene.
El país resistirá si es necesario. Y lo hará porque la ciudadanía no tiene –¿cuándo la ha tenido?- de otra.
Lo que si no está dispuesta a resistir es a la forma de las élites nacionales de hacer política.
A una forma de hacer política de las élites que no tiene visión. Que está pasmada ante Trump y que ante el nuevo ocupante de la Casa Blanca irá a entregar la dignidad nacional.
No irán a negociar con Goliat cuidando la soberanía nacional. Harán lo que Trump pida.
¿Por qué?
Porque ese escenario malo para la mayoría de los mexicanos, no necesariamente es malo para las élites nacionales.
Trump no cuestiona el capitalismo.
Cuestiona al neoliberalismo. Por ello aboga por el proteccionismo. De hecho ahora mismo en Estados Unidos, a sus propuestas económicas se les conoce como “Trumponomics”.
Entonces ¿Qué genera el proteccionismo?.
Obviamente que monopolios.
En ese sentido, si el gobierno federal, los estatales y los municipales recortan gasto público, eso quiere decir que se retiran de la función de ser detonantes de la economía.
Estaría bien si emprendieran la función de alentar el emprendimiento nacional, pero no lo hacen.
¿A quiénes dejan esa tarea?
Obviamente que a los grupos oligárquicos del país. A los Slim, los televisa, los Coca Cola FEMSA, los Elektra, Coppel, Bimbo y otras pocas empresas que incrementarán su influencia y seguirán obstaculizando el desarrollo de otras, como ya lo hacen.
Pero con un gobierno americano proteccionista, que desalienta las inversiones extranjeras en Estados Unidos, estos grupos mexicanos participarán en el nuevo modelo económico, que dejará de ser neoliberal, pero que fomentará como nunca el proteccionismo.
Para ponerlo claro, si pensamos que el neoliberalismo es excluyente, el modelo de desarrollo propuesto por Trump será peor, porque sobrevivirán los monopolios mexicanos; pero además, con las medidas proteccionistas, acabarán con la poca o nula competencia económica que existe entre las empresas del país.
De manera que Trump en Estados Unidos y también en México hará más ricos a los ricos con las “Trumponomics” y además les quitará de encima la competencia.
Con la administración Peñanietista pasmada ante Trump, el escenario es negro para casi todos los mexicanos, menos para las élites.
Trump ni siquiera ha tomado posesión como presidente, y ya no tiene par en México. No lo tiene porque para los mexicanos, el presidente Peña Nieto ya no existe.
Solamente un doce por ciento de aprobación nacional, según la encuesta del periódico Reforma; significa que este gobierno ya no existe.
La pregunta entonces es ¿Por qué no renuncia Peña Nieto?
¿Por qué no lo hace si desde hace meses su popularidad está en picada?
El repudio a su gobierno es evidente y parece claro también que Peña Nieto no hace nada por cambiar la situación o no puede.
¿Es un presidente aislado o un presidente que no percibe la realidad?
A estas alturas ya da lo mismo, el caso es que no es un presidente útil para el país. No lo es ni para el sistema económico ni para el sistema político nacional.
El peligro es que el sistema político sobreviva a Peña Nieto.
Un sistema político basado en una democracia representativa con elites políticas que nos arrebataron a nuestras instituciones y que las usan a su antojo.
Que renuncie Peña Nieto.
Pero que el proteccionismo no privilegie a unos cuantos.
Si cambiamos la ecuación, es decir; si obligamos a los políticos que a mitad de este año se desbocarán en pre campañas en busca de votos a comprometerse a favor del combate a la corrupción y la impunidad; seguramente no evitaremos los efectos de la “Trumponomics”, pero si se ataja la corrupción, volveremos a tener confianza en nuestras instituciones y tendremos también un mejor sistema político.
El país ya no resiste otros seis años de corrupción e impunidad.
Si no queremos que se incendie, debemos entre todos buscar las fórmulas que lo saquen de donde lo han metido los políticos.
Correo: geracouti@hotmail.com
Twitter: GerardoCoutiño
TODO SEGUIRÁ DE MAL A PEOR SI NO HAY UNIÓN CIUDADANA PARA UN BIEN COMÚN,
ELLOS NO LES IMPORTA NADA EL BIEN DEL PUEBLO, ESTA MUY CLARO.