Definición de extranjero
¿Quién es extranjero? Cualquier diccionario diría que extranjero es quien llega a un país que no es el propio. De esta manera, la extranjería es una condición temporal. Así, un compa mexicano que viaja a Londres será extranjero en dicho país y esa será su condición hasta en tanto no regrese a su país de origen. Llama mi atención lo que Armando dice: Soy ciudadano del mundo. Con ello, Armando manifiesta que no existe un solo territorio en el que se considere extranjero.
El mismo Armando establece que hay personas que superan esa condición de extranjería y pone un ejemplo muy obvio: el de los conquistadores españoles. En términos estrictos, Hernán Cortés asumió la extranjería a la hora que llegó a estas tierras, era un español en territorio americano, pero don Hernán, en lugar de sentirse como gallina comprada, como es usual en los que llegan a territorios forasteros, se creyó dueño y proclamó como suyo lo que era ajeno. Por supuesto que, insiste Armando, hubo un elemento que permitió eso: la violencia. De donde, dice él, se aplica que, para evitar la condición de extranjero, el ajeno debe ser violento, creerse el dueño de la parcela. Hay mil ejemplos en la historia de la humanidad donde este fenómeno se ha aplicado. Y no se trata sólo de ejemplos de terrenos físicos sino de trechos espirituales. Romeo cuenta que Lourdes le dijo un día, cuando él insistía en hacerla su novia: “Estos terrenos no son para tu semilla”, un poco como para decir que ella lo consideraba un extranjero en su vida, porque la condición de extranjería es aquella en donde el viajero está fuera de su querencia.
Rosario cuenta la historia de una amiga suya que fue violentada por un tipo que estaba enamorado de ella. El tipo (lo describen como el típico hombre de botas, pantalón vaquero y cinto con hebilla grande) le dijo: “O eres mía o no eres de nadie”. Un poco como si se sintiera Hernán Cortés y proclamara suyo ese territorio virgen, porque, Rosario insiste, su amiga era impoluta. Como acá se trata únicamente de hacer la comparación de extranjería no daré más detalles de lo que esa chica vivió y cómo terminó la historia.
En Comitán, cuando alguna persona se siente fuera de lugar dice “No me hallo”. Es extraña esa declaración, como si alguien perdiera, de momento, su lugar en su propio lugar, como si alguien extraviara el hilo de su identidad y se asumiera como extranjero en su propio espíritu.
El decir “No me hallo” trata de explicar una inquietud que no se sabe bien a bien dónde nace. Este sentimiento debe tener alguna relación con la sensación que percibe el extranjero cuando llega por primera vez a territorio ajeno. Es clásica la imagen del extranjero que deja la maleta en el piso y no sabe hacia dónde dirigirse o qué hacer. Es un instante en que, de manera inconsciente, el extraño convoca la luz del destino para que ubique sus pasos. A veces es un taxista quien saca del marasmo a esa persona al preguntar si puede llevarlo a algún sitio. El extranjero, en ese instante, bien podría decir, como comiteco, que no se halla, que no se encuentra, que no atina a descubrir el hilo de Ariadna que lo ayude a salir del laberinto.
Hay, de acuerdo con lo que advierte la sentencia comiteca, gente que “no se halla” nunca, que anda como extranjero por la tierra, por la vida.
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