La defensa de los derechos político electorales de las mujeres desde la sociedad civil organizada
Por Elva Narcía
El acompañamiento de las denuncias de violencia política por razones de género, por parte de las mujeres que integran la Red Chiapas por la Paridad Efectiva (Repare), ha probado ser fundamental, particularmente ante la dificultad de acceso a la justicia y cuando las demandantes no han encontrado eco ni en sus partidos políticos, ni en las Instituciones gubernamentales.
Presidentas municipales, sindicas, regidoras se han acercado a la Repare para solicitar información, orientación, acompañamiento, apoyo legal, en casos en los que han sido violentados sus derechos político-electorales.
Actualmente la Repare acompaña casos de violencia política de sindicas y regidoras de 14 municipios de Chiapas y le da seguimiento minucioso a los litigios de las alcaldesas indígenas de Oxchuc y Chenalhó, María Gloria Sánchez Gómez y Rosa Pérez Pérez respectivamente.
La Repare es una organización ciudadana, una red de mujeres que apoya a mujeres. Hace meses, las sindicas y regidoras se acercaron a nosotras para denunciar violencia política en sus ayuntamientos. Los presidentes municipales les han obstaculizado el ejercicio de sus funciones mandatadas por el voto popular. Hasta el momento no habían tomado posesión del cargo.
Además nunca han sido convocadas a las sesiones de Cabildo; no se les paga la dieta correspondiente y en algunos casos sus firmas han sido falsificadas.
Fue así como juntas tocamos las puertas de la Secretaría de Gobierno del Estado de Chiapas, del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana de la entidad, de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), del Congreso del Estado.
En busca de soluciones, nos reunimos con el presidente del órgano local electoral, con diputadas y diputados, con representantes de la Consejería Jurídica del gobierno del estado de Chiapas, con los magistrados y magistradas del Tribunal local electoral, con presidentes municipales.
Los funcionarios y funcionarias con quienes nos reunimos se mostraron receptivos y expresaron su interés en apoyar, se destaca en especial el apoyo y guía que han proporcionado tanto la FEPADE como la Defensoría Pública Electoral para Pueblos y Comunidades Indígenas del TEPJF.
Han sido meses de una lucha sin tregua en la que a menudo sentimos frustración e impotencia, pero fallos como el más reciente, en el cual el Tribunal local electoral resolvió que procede el juicio interpuesto por la regidora María Etelvina Ordoñez Avendaño en contra del ayuntamiento de Villa de las Rosas, por violentarle su derecho a ser votada, en su vertiente de ejercer y desempeñar el cargo, dejan abierta la puerta a la esperanza.
Con las lecciones del camino recorrido, aprendimos que estar articuladas en red nos fortalece, aprendimos también que denunciar requiere gran valor y que en muchos casos la denuncia es perseguida y duramente castigada.
Así llegamos a la conclusión de que urgen mecanismos de respuesta rápida a las denuncias de violencia política; articulación, compromisos reales y, especialmente, voluntad política por parte de las distintas instituciones a nivel local y federal, además de apretar las tuercas con sanciones y restitución del daño.
Hacen falta también órganos de juzgamiento interno en todos los partidos políticos con registro, porque la violencia política se da también dentro de ellos, al excluirlas, al darles la espalda cuando se encuentran en apuros, al usarlas como instrumento de simulación.
Urge una defensoría que facilite el acceso a la justicia a candidatas y a mujeres en puestos de elección popular, pues una de las principales dificultades que hemos encontrado es la falta de recursos para contratar asistencia legal.
Recibimos con beneplácito las sentencias del Tribunal Electoral, las cuales restituyen los derechos políticos de las mujeres que se han atrevido a denunciar, pero las sentencias judiciales que no se ejecutan, sin duda, sientan un preocupante precedente
Aquí, sin duda, lo que está en juego, son los límites de lo que está permitido y de lo que no está permitido.
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