Algunas enseñanzas políticas

Foto: Joselin Zamora

Foto: Joselin Zamora

 

¿Cuáles son las enseñanzas políticas del Primer Congreso Feminista de Chiapas?

Quiero iniciar este artículo, primero de una serie que intentará dar cuenta de la riqueza de exposiciones y debates que distintas personas, la inmensa mayoría mujeres, realizaron en el marco del Primer Congreso Feminista de Chiapas, formulando esta pregunta. Deseo igualmente recuperar las diversas propuestas que se plantearon cada jornada del Congreso y que fueron expuestas en plenaria general, sin aspirar con ello a representar a nadie, expresándome únicamente con mi propia voz; desde mi conocimiento situado como académica feminista que imparte docencia y realiza investigaciones en una de las instituciones de educación superior pública de nuestro estado; como mujer preocupada por la aplastante miseria de millones de mujeres y sus familias, así como por las violencias que atentan contra la vida y la salud de muchas de nosotras. Quiero hablar desde la experiencia.

El Primer Congreso Feminista de Chiapas se llevó a cabo en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas entre el 21 y el 24 de noviembre, con mesas y paneles sobre diversos temas y problemas que caracterizan a las distintas vertientes del feminismo en la entidad. Tras estas jornadas, una marcha celebrada el día viernes 25 cerró la semana de actividades, recordando a todas las mujeres que viven violencia y visibilizando, como cada día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, los feminicidios producidos por la violencia machista.

Teniendo en cuenta que, como señalan algunos medios, la semana del 25 de noviembre resulta enormemente compleja para que cualquier institución u organización feminista lleve a cabo en ella actividades, tomando en consideración lo repleta que la agenda conmemorativa se encuentra en las fechas que rodean al día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, el Primer Congreso Feminista de Chiapas resultó todo un éxito, tanto desde la perspectiva de su capacidad de convocatoria (en torno a 700 registros de participantes), como de su impacto en la visibilización de la problemática de la violencia machista, así como desde el punto de vista de la diversidad de sus ponentes, temáticas abordadas y organizaciones participantes.

Más de sesenta personas, en su inmensa mayoría mujeres, fueron expositoras en distintas mesas y paneles cuyos temas versaron sobre: perspectivas feministas en la década de los años ochenta, estudios de género e investigaciones feministas; jóvenes, niños y niñas y mujeres en prisión; tierra, territorio y ambiente; incidencia feminista en políticas públicas e instituciones del Estado, universidades, entre otros ámbitos; violencia contra mujeres, niños y niñas; feminicidios; derecho a decidir sobre nuestros cuerpos; feminismos lésbicos, transfeminismos; feminismos afrodescendientes; periodismo con visión de género y periodismo feminista; y mujeres indígenas, campesinas y movimientos populares.

Esta diversidad temática fue abordada por las y los participantes compartiendo, ante todo, un lenguaje común básico, el de la defensa de los derechos y las libertades más esenciales, más sentidas, de todas y todos.

El debate sobre los temas y problemas se enmarcó en la teoría y la práctica de la democracia, sus instituciones, la ciudadanía y los derechos; sin embargo, se amplió críticamente al sistema neoliberal, al patriarcado en todas sus expresiones y al régimen heteronormativo excluyente de las disidencias sexuales.

Este lenguaje común de los feminismos convive en la Historia, como también ocurrió en el Congreso, con la diferencia.

Los feminismos, desde la década de los años ochenta del siglo XX hasta la actualidad han podido conocer, vivir y afrontar diferencias que, no pocas veces, han derivado en conflictos. En ese contexto, ciertamente los matices entre diversas visiones, prácticas y teorías feministas marcan diferencias significativas entre sí. Sin embargo, al igual que en la Historia, junto al conflicto, ha coexistido la posibilidad de Alianzas. El Primer Congreso Feminista de Chiapas fue, en este sentido, un espacio en el que esta posibilidad de alianza entre los feminismos se vio reafirmada.

La pregunta entonces es si, hoy por hoy, ¿es posible construir una agenda común entre feministas, más allá de las diferencias?

Aunque el Congreso Feminista no se había propuesto inicialmente dar respuesta a esta pregunta; sin embargo, sus resultados abren necesariamente la ventana para asomarse a esa posibilidad.

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