Las obras inútiles de Manuel Velasco

Si Chiapas es un desastre, entre otras factores, es porque no hay obras de importancia que incentiven el desarrollo local.

A más de la mitad del sexenio deberíamos ser testigos de alguna infraestructura emblemática que le permita trascender a esta administración, pero no hay nada.

Eso sí, abundan las obras de ocurrencia, que se coronarán en noviembre con la inauguración del Lienzo Charro para dar cobijo a ese deporte exquisito que no practica siquiera el 0.5 por ciento de la población.

No es que yo esté en contra de la charrería, ni de las calas de caballo, manganas de a pie, ni del paso de la muerte, mucho menos de las escaramusas, pero creo que había otros espacios en donde se podía haber desarrollado el Congreso y Campeonato Nacional Charro, en lugar de destinar 150 millones de pesos a un elefante blanco.

En Palenque se alzó otra obra onerosa e inútil, el aeropuerto, que costó mil 200 millones de pesos y que apenas registra un vuelo diario de Interjet con destino a la Ciudad de México, y hasta eso patrocinada por Gobierno del Estado.

En Chiapas no cuesta mucho encontrar las obras de la ocurrencia y del oropel, pero han costado millones de pesos y han hipotecado el estado.

La carretera del Aeropuerto Ángel Albino Corzo no requería ser tapizada de foquitos como arbolito de Navidad. En todo caso, hacía más falta iluminar algunos tramos de la carretera Tuxtla San Cristóbal, que la vía hacia el aeropuerto, en donde la mayoría de los viajantes se desplaza durante el día.

Los camellones de los bulevares, iluminados a veces y con plantas y palmeras ya moribundas, han resultado la muestra del gasto inútil y pomposo.

Libramiento Sur de Tuxtla durante su modernización.

¿Dónde están las obras que van a transformar a Chiapas? Lo pongo más fácil: ¿dónde se alza la obra que detone, aunque sea un poco, el desarrollo económico de esta entidad, la más pobre del país?

No hay obra alguna. La infraestructura carretera no ha crecido, y no hay mantenimiento a las vías de comunicación, porque ahora, con las lluvias empiezan a ponerse como quesos gruyers.

No sé si el gobierno tenga tiempo todavía de concebir, planear y proyectar una obra o varias que generen impacto económico. Es posible que pueda hacerse algo pero es obligado dejar las ocurrencias y sentarse con grupos de expertos y ciudadanos –que bien conocen sus necesidades– para proyectar un Chiapas con infraestructura adecuada y que dé impulso al desarrollo de la entidad.

Los mercados, hospitales, calles pavimentadas, canchas y drenajes construidos en varios municipios chiapanecos, no han sido iniciativas del gobierno estatal, sino que fueron financiadas a través del Fondo de Infraestructura Social Municipal, en donde Chiapas alcanza el primer lugar de presupuesto. Tan solo Ocosingo maneja 740 millones 460 mil pesos, y Chilón, 512 millones 883 mil, lo que convierte  a estos municipios en los que más recursos tienen en este rubro.

Ya basta, creo de lienzos charros, de foquitos en los bulevares y de camellones adornados con palmeras, se requiere infraestructura que cambie el rostro, pero también la articulación económica de Chiapas. Esperemos que suceda.