Gatitos
Casa de citas/ 285
Gatitos
Héctor Cortés Mandujano
No lo compraría con ese título y esa foto de portada, pero el nombre de la autora me hace dudar sobre si lo compro o no. Gloria. Una historia sobre la fama y la infamia (Planeta, 2014). Sabina Berman. ¿Será? Lo compro. No es nada parecido al guion que la propia Berman escribió para la homónima película sobre la Trevi. Es el por qué y cómo lo escribió. Berman es inteligente, escritora experimentada y este libro hace sobresalir esas dos cualidades. Vale la pena leerlo. El origen de la película y todo lo que ésta trajo consigo fue la obsesión de Christian Keller, un productor suizo, joven y loco.
Cuando conoce la realidad de México, Christian queda anonadado (p. 50): “Robos. Asaltos. Secuestros.
“Asesinatos en media calle. Muertos descabezados tirados a la orilla de las carreteras. Ahorcados colgando de puentes.
“—La semana pasada en Suiza la gran noticia durante todo un día fue un gato –me cuenta y sorbe del popote jugo de tomate.
“Relata:
“—Un gato que trepó hasta la rama más alta de un árbol.”
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Leí hace tiempo, de Álvaro Uribe, La lotería de San Jorge, una gran novela, y ahora leo de este elegante y preciso narrador mexicano El taller del tiempo (TusQuets, 2003), una novela cuyos capítulos pueden publicarse sin demérito como cuentos redondos. Aunque la historia se refiere fundamentalmente a tres hombres llamados Miguel (el abuelo, el padre, el hijo), la historia la cuentan muchas voces. Aquí habla la mujer de Miguel primero, sobre lo experimentado que le resulta su marido, después de muchas amantes anteriores (p. 27): “yo estaba satisfecha con ser la última. Es decir, la primera. Su esposa”.
La amante de Miguel segundo le dice esto (p. 61): “Los hombres creen que una mujer primero deja de quererlos y luego hace el amor con otro. Es al revés”.
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La vida de Carson McCullers (alcohólica, depresiva, con una parálisis progresiva que la tuvo inmovilizada los últimos diez años de su vida) de algún modo se cuela a sus libros, de los que he leído varios. En El reflejo de tus ojos dorados, publicada originalmente en 1942 (mi ejemplar es de 1981, Editorial Bruguera), la historia es más o menos terrible como en otras de la autora (El corazón es un cazador solitario o La balada del café triste, digamos); sin embargo, me encanta la ternura y el humor que hay en la relación de la enfermiza Alison y su criado Anacleto. Hay también en esta novela, donde casi todos los personajes son carne de diván, una vena divertida y agradecible. Alison, por ejemplo, cuenta la narradora (p. 144): “Andaba con su gato, Petronio, a quien antes de terminar el verano tuvo que poner un nombre femenino, pues inesperadamente parió una camada de gatitos”.
Contactos: hectorcortesm@gmail.com
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