100 días de protesta magisterial
Por José D. Coutiño Montes
El movimiento magisterial a cien días de su intensificación, según se observa, se escucha y se lee, se encuentra más fuerte que nunca. A cien días de conflicto y resistencia, muchos observadores lo califican como un hecho inédito en la historia de los movimientos sociales en México.
Y, aunque su principal promotor, la CNTE, tiene casi 37 años de vida y ha realizado múltiples jornadas de lucha, la oleada de protestas iniciada el pasado 15 de mayo no se parece a ninguna anterior, al contrario todo parece indicar que esta nueva generación de maestros ha remasterizado y superado a las protestas anteriores. Se observa que la novedad radica en que, en varios estados, se ha convertido en un movimiento magisterial-popular de largo aliento.
Una gran diversidad de actores sociales no sólo acompañan a los teachers en su lucha, sino que, además, están expresando su propio descontento junto a ellos. Dichos actores se solidarizan y simpatizan con los teachers en su oposición a la mal llamada reforma educativa y en la defensa de la educación pública, laica y gratuita, además, rechazan el encarecimiento de las inscripciones, compra de insumos, mejoras de la infraestructura para transitar en la educación formal.
Si bien, el gobierno ha venido resaltando que la educación no se privatiza, pero en la práctica, se desentiende de la infraestructura y de los costos del funcionamiento, mantenimiento y la vigilancia. La educación es “gratuita”, pero todos sabemos que no es barata, entonces, ¿En quién recae o recaerá el financiamiento de la educación?, ¿A caso en el duopolio televisivo que invierte en el programa “BÉCALOS”?
A pesar de los malestares e inconvenientes que ha generado la protesta magisterial esta cuenta con un sin número de apoyo, pero también de fuertes críticas, que la coloca dentro de una polémica que parece complicarse aún más con el impasse del diálogo. Con el paso de los días los maestros han encontrado aliados inesperados a su causa. Una parte de la jerarquía de la Iglesia católica no sólo insiste en que se necesita una salida negociada al conflicto; también brinda su apoyo directo a los docentes. Con menos reflectores, pero con gran eficacia, una multitud de iglesias protestantes visitan los plantones de los profesores, les llevan víveres y les brindan palabras de estímulo.
Se ha observado en estos cien días de protestas el apoyo discreto o directo de muchos presidentes municipales, comisariados ejidales, autoridades agrarias, los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, estudiantes, artistas, académicos de universidades (UNAM, UPN, UAM, IPN, UACM, las universidades de los estados, etc.), trabajadores del sector salud, sindicalistas, intelectuales y hasta grandes empresarios que han emitido su opinión sobre el tema. Incluso, el EZLN ha buscado dar visibilidad y animar el movimiento. Morena convocó a una movilización nacional en apoyo de los profesores.
En muchos municipios, barrios localidades rurales de Chiapas los padres de familia han rebasado a los profesores de sus hijos. Se han puesto al frente de la lucha, cerrando escuelas, enfrentado a las autoridades y leído la cartilla a los trabajadores de la educación temerosos de suspender actividades.
Otro aspecto relevante de la novedad del movimiento es su radicalidad y su confrontación directa con el mundo patronal. La derecha empresarial y la derecha facebookera convirtieron la educación pública en territorio de una guerra de clase abierta. Al humillar, ofender y denostar a los maestros (incluso con insultos personales y/o calificativos racistas) abrió una verdadera caja de Pandora.
Los profesores han respondido con movilizaciones, bloqueos, brigadas que han paralizado la dinámica económica y trastocado intereses de comerciantes, restauranteros y empresarios. Ejemplo de lo anterior son los bloqueos a la circulación de los insumos-productos en Michoacán, Guerrero, Chiapas y Oaxaca. Un aporte más de los maestros a los movimientos sociales es de acoso constante y ofensivas fulminantes. Han sido sumamente inteligentes y audaces en responder a la ofensiva “pendular” del gobierno consistente en ceder y reprimir con una gran capacidad de agrupamiento y movilización. Los maestros se mueven como el Barcelona, atacan por todos lados y se defienden bien, dándole nuevo sentido a la protesta: la protesta total.
Con la llegada de las vacaciones mucha gente pensó que los maestros se relajarían, tomarían un descanso, se aburrirían, cobrarían sus adeudos y se marcharían a disfrutar del receso de clases; sin embargo, ocurrió lo contrario, los maestros se mantuvieron firmes en todo sentido y continúan su lucha llegando a lo que parecía imposible: cien días de protesta. El movimiento se ha convertido ya en un verdadero tsunami.
Con el movimiento magisterial en el sur del país es importante preguntarse, ¿es una revuelta popular propiciada por los errores estratégicos en el diseño-aplicación de las reformas con sus respectivas políticas? Todos sabemos lo cuestionada que ha sido la presunta aplicación de las leyes que absolutamente a nadie ha dejado contento por los grandes costos que ha dejado la ausencia de protocolos y la tardanza de la construcción de carpetas de investigación a grandes problemas del sexenio.
¿Es correcto tratar de resolver el conflicto magisterial apostando a la estrategia del desgaste y la descalificación?, ¿Es correcto, por parte del gobierno continuar con la estrategia del péndulo: dialogar-reprimir? El gobierno se encuentra en una disyuntiva con su estrategia del péndulo, el problema es que carece de credibilidad y popularidad para aplicar la ley, a pesar del oxígeno que le dieron los empresarios con su exigencia que invoca al espíritu de Díaz Ordaz.
Por su parte, los maestros están y estarán en lo suyo a pesar de las lluvias, los rayos y las mentadas, que es la de estar como defensores de la educación gratuita, laica, científica y humanística. Con lo anterior, y a pesar del tiempo y del viento los profesores se han echado a los hombros la defensa de una mejor educación, democrática, incluyente y capaz de enfrentar los problemas actuales de la sociedad.
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