Primer aniversario del fraude histórico en Tuxtla

Mañana se cumplirá el primer aniversario del fraude electoral que tuvo como epicentro Tuxtla Gutiérrez, pero que se esparció, como movimiento telúrico por todo el estado, y cuyas consecuencias vivimos todavía con la mayor ingobernabilidad que se ha registrado en Chiapas desde la Revolución.

Aquellas marchas para evitar el fraude electoral en Tuxtla, más que una pérdida para los ciudadanos ha sido una derrota para Manuel Velasco Coello y el sistema. El gobernador jugó al filo de un levantamiento generalizado. Ganó y perdió.

Elecciones Chiapas. Foto: Patricia Montesinos/Chiapas PARALELO.

Elecciones Chiapas.
Foto: Patricia Montesinos/Chiapas PARALELO.

Ganó, porque al final, los ciudadanos asumieron con madurez los reveses avalados por los órganos electorales, pero todo aquel coraje contenido, se ha convertido en un desprecio y en una irritación social crecientes.

En ese jugar ante el abismo, el gobernador estuvo a punto de provocar un levantamiento generalizado que hubiese puesto punto final a su gobierno a la mitad de su gestión.

Le favorecieron dos factores: por un lado, la civilidad de los ciudadanos, y por el otro, las cantidades de dinero que se destinaron para acallar las protestas en las comunidades indígenas, bajo un disfraz de apoyos a artesanas, a hombres del campo y diversas canonjías a los caciques.

De todos modos su gobierno quedó en una fragilidad preocupante que puede romperse en cualquier momento, por la falta de dinero para comprar voluntades y por la inexistencia de operadores políticos eficientes.

 

Paco Rojas

 

Hoy, a un año del fraude sin parangón, vale la pena referirse a tres actores de aquel partido en que la ciudadanía perdió con ayuda del árbitro y de los organizadores. Esos tres actores, aparte del gobernador, son Paco Rojas, Fernando Castellanos y el IEPCCH.

Sin Paco Rojas, las protestas poselectorales habrían sido imposibles. Si se hubiera vendido, si hubiera aceptado ser secretario de Salud o insertado en el ayuntamiento capitalino, los ciudadanos inconformes se habrían quedado en sus casas a rabiar una derrota más y no a ocupar las calles para reclamar sus derechos.

Pero no solo no se vendió, sino que desarrolló un protagonismo de líder responsable y abierto a las alianzas, lo le que permitió nuclear a personajes de la política, del comercio y de la cultura.

Su actuar sigue siendo incómodo para el gobierno y un contrapeso a las acciones desbocadas de Fernando Castellanos y de Manuel Velasco.

En su constante agitar de puyas en contra  de estos políticos, a veces derrapa, pero es una persona que, pese a sus errores, tiene una popularidad incuestionable y un capital político que seguramente será puesto a prueba nuevamente dentro de dos años.

 

Fernando Castellanos

 

Si Manuel Velasco no cambia de idea, Fernando Castellanos Cal y Mayor será el candidato a gobernador de Chiapas, y con muchas posibilidades de ganar la elección de 2018.

El estado no es Tuxtla Gutiérrez; su pobreza, analfabetismo y dispersión favorecen la compra del voto y el arreglo de los sufragios bajo la mesa.

El aumento de la pobreza (del 74.7 al 76.3 en esta administración) beneficia a los partidos en el poder porque somete a un sector cada vez más necesitado a la subasta del voto.

La resistencia se vive en las zonas urbanas, en especial de Tuxtla Gutiérrez y de Tapachula, pero desaparece en otras ciudades, con una población más pobre, dispersa y con menos acceso a las redes sociales digitales.

Si Tuxtla alentó un cuestionamiento a las elecciones fue por una participación importante de las redes sociales, en donde Facebook, WhatsApp y algunos portales informativos, se convirtieron en plazas públicas electrónicas que congregó la inconformidad.

Ese fenómeno está ausente en otras partes del estado, y pasará todavía muchos años, para que las voces inconformes del campo y de las zonas marginadas, construyan un espacio de encuentro en el ciberespacio.

En un escenario así, que favorece al sistema, difícilmente perderá Fernando Castellanos, aunque lleve el estigma de haber cometido el mayor fraude electoral en la historia de Tuxtla Gutiérrez.

El gobernador mantuvo a Fernando Castellanos Cal y Mayor, su delfín, en la presidencia municipal, porque era un proyecto que no podía perder, por los más de 200 millones de pesos gastados en una campaña electoral sin rumbo, y porque ha materializado en él, la continuidad de su administración.

Un presidente municipal impuesto a contracorriente de la voluntad popular, solo puede vivir agazapado y en un actuar en la opacidad para beneficiar a sus familiares y amigos, mientras le llega el turno del 2018.

 

IEPCCH

 

El Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana del Estado de Chiapas (IEPCCH) fue cómplice en el accionar fraudulento del PRI y del Verde, más los engendros políticos creados en esta administración.

Los consejeros desviaron la mirada al robo del siglo que se perpetró en Tuxtla Gutiérrez y en diversas ciudades y pueblos de la entidad. Se asumieron como empleados de Palacio y no como miembros garantes de una elección limpia entre contendientes políticos.

Instalados en la comodidad, permitieron la manipulación del padrón, que alcanzó expresiones de escándalo, con la alteración de votantes en el extranjero para favorecer al diputado migrante.

El Instituto Nacional Electoral para limpiar un poco su cuestionable actuar en las elecciones del 19 de julio avalaron la remoción de los consejeros del IEPECH y el nombramiento de nuevos funcionarios electorales, los cuales tienen menos vínculos en Palacio.

 

Lección de civismo

 

De aquellos días de protesta queda una lección de civismo. Los tuxtlecos, pese a verse defraudados, aceptaron con civilidad la decisión de los diversos órganos electorales que avalaron el triunfo de Fernando Castellanos.

Pero la aceptación se convirtió en un descontento mayoritario, con una caída en la aceptación de Manuel Velasco que, si en algún momento pensó en colocarse entre los presidenciables, hoy es un sueño que solo es alimentado por los mercadores de los medios de difusión.

Hoy es un gobernador reprobado, y aunque ha abonado con su frivolidad y desaciertos políticos, mucho del rechazo a su gestión tienen su origen en aquel 19 de julio, en donde un sismo fraudulento recorrió y simbró Chiapas.

 

2 Responses to “Primer aniversario del fraude histórico en Tuxtla”

  1. Jesus
    18 julio, 2016 at 9:00 #

    LA LEY ESTA HACIENDO JUSTICIA, TARDA PERO NO OLVIDA, TODO LO QUE SUBE INDEBIDAMENTE TIENE QUE BAJAR.

    REFLEXIONEN, DESPUÉS SERA DEMASIADO TARDE.

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