Disfrazarse es fácil, actuar difícil

Todos los fantasmas de Chamula o sobre tal pueblo reaparecen, porque nunca se han ido, tras el homicidio de varias personas, incluidos el Presidente y Síndico municipales. Las causas aducidas son un conflicto puntual sobre la repartición de recursos, que no voy a repetir por expresado en diversos medios de comunicación, pero que exterioriza demasiados aspectos que envuelven al municipio de referencia y que ilustran las peores situaciones que ocurren en Chiapas, aunque solo me centraré en dos. La primera relacionada con la propia localidad; la segunda sobre el actuar de los gobiernos estatales, en concreto el actual.

Con certeza los sucesos ocurridos en la cabecera de San Juan harán rebrotar las visiones más discriminatorias sobre los indígenas de ese pueblo. La imagen cultivada desde el siglo XIX hasta la actualidad, encuentra en los constantes diferendos políticos aquello que alimenta la idea de que los desencuentros de los chiapanecos con los chamulas, hechos cultura mediante una trasnochada visión biológica de la misma, son los que permiten entender tanta violencia. Es decir, es muy simple atribuir los acontecimientos violentos a constituciones propias de su condición indígena, sin tomar en cuenta ningún otro aspecto histórico o social. Los hechos no ayudan, pero por supuesto no estoy de acuerdo porque son demasiados los elementos que enseñan la complejidad de la situación vivida en los Altos de Chiapas y que van más allá de lo que mencionaré.

Desde hace años el investigador Jan Rus habló de ese municipio como “la comunidad revolucionaria institucional”. El nombre lo dice todo y deberían ser revisados sus trabajos por quienes desean hablar y opinar sobre Chamula. En tal municipio se han ejemplificado las peores prácticas del nexo entre el poder central y el local, siendo todo lo contrario de un modelo de perduración de las prácticas pensadas como tradicionales, para ser el más nítido nexo de los caciquismos permitidos y pactados a través de apoyos políticos, con los gobiernos chiapanecos en turno. Pensar en el consentimiento de los monopolios económicos en el municipio, en las expulsiones por discrepancias religiosas permitidas, e incluso aplaudidas, y el constante exilio personal y laboral debido a la emigración de chamulas por nulas posibilidades de porvenir no nos hablan de tradición sino de complicidad entre poderes en un entramado perverso, como no parece que pueda ser de otra forma en la política chiapaneca. Lo ocurrido es un capítulo más en la lucha por el poder en connivencia con el gobierno puesto que los enredos entre PRI, el siempre monopólico en Chamula, y Partido Verde Ecologista han trastocado un status quo de por sí difícil de apaciguar y desenmarañar.

Y si de control se trata pues hay que afirmar que nadie lo tiene en San Juan, y la mayor muestra es la ausencia policial hasta que se fueron los agresores de las autoridades municipales. Como siempre: “mátense entre ustedes”, aunque el discurso emitido por el gobernador en twitter haya sido el siguiente: “La violencia nunca será el camino para solucionar las diferencias; el llamado es a privilegiar siempre el diálogo y la prudencia”. Así que de nuevo aparecen los mensajes de video del máximo mandatario chiapaneco y la propuesta de una mesa de diálogo “política y plural” para “fortalecer las garantías de paz y seguridad” de los habitantes de San Juan Chamula. Creo que ya perdí la cuenta de las mesas propuestas y que se han evaporado como el agua de lluvia en los estíos chiapanecos, aunque en esta ocasión la mesa se montó de forma inmediata en el Centro de Convenciones el pasado domingo hasta con nombre: “Comisión para la Reconciliación en el municipio de San Juan Chamula”.

Lógicamente la mayoría de los integrantes de la reunión eran miembros del gobierno estatal y representantes políticos. Lo más curioso, por no decir penoso, es que el objetivo de la mesa es atender la demanda de los pobladores y pensar en el desarrollo de las comunidades, como si ello no fuera obligatorio para todos los municipios  de la entidad, o hay que esperar las matazones para que ello ocurra? Si esto último es así preparémonos los chiapanecos para lograr mejoras sociales gracias a las futuras mortandades. No creo que Apple tenga suficientes computadoras para intercambiarlas por las armas existentes en Chiapas.

Algo similar ocurre con las afirmaciones referidas a detenciones de responsables o cómplices de los últimos asesinatos, puesto que la justicia es irreal en estos y otros casos, como se tiene constancia por ser manejada desde lo político y no a través del real cumplimiento de la ley. Si en el país el Estado de derecho es una ficción, en Chiapas somos con pesar la ficción mayor.

Bonitos mensajes y buenas intenciones, a pesar de lo insulsos y falsos que resultan cuando las fuerzas encargadas de preservar el orden ni se atreven a adentrarse en el territorio chamula y hay que escuchar que los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del estado son los que velan por la seguridad de las personas, y que no se permitirá la impunidad abriéndose una investigación sobre lo ocurrido. De auténtica risa loca si no se estuviera hablando de vidas humanas, y como he dicho en otras ocasiones esas vidas no se reponen para familiares y amigos.

Así que Chamula no es un problema actual, sino el laboratorio del peor autoritarismo estatal y nacional amparado en un discurso de tradicionalismo y un trasfondo de intereses económicos y corruptelas. Y, por otro lado, el Estado con sus instituciones se ha lavado las manos porque los gobiernos se han beneficiado políticamente del apoyo de las autoridades chamulas. Cualquier cambio o roce concluye con duras protestas o desenlaces como el que se acaba de vivir. La semana pasada hablaba de corporativismo, este es un caso más con otros actores y discurso.

No vislumbro soluciones, afirmar otra cosa sería mentir, aunque entiendo que disfrazarse de habitante de Chamula sea mucho más fácil que actuar para transformar una realidad corrompida desde hace demasiados años y en la que todos desean obtener rédito político. Paquete demasiado grande para este gobierno, aunque no dudo que también lo sea para los que le sigan. Mientras tanto el discurso fácil sobre el carácter de los indígenas chamulas caminará en las calles, como siempre, y muchos paisanos de ese pueblo seguirán emigrando a diversos estados de la República y fuera de ella en busca de una mejor vida para ellos y sus hijos.