Una lectura sobre el PRI
Una lectura sobre el PRI
José Ramón Guillén
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) es, sin duda, una de las organizaciones más influyentes de la vida independiente de México, aunque no haya cumplido los cien años de existencia desde su fundación como Partido Nacional Revolucionario (PNR) por iniciativa del Jefe Máximo, Plutarco Elías Calles. Por tal motivo, su nacimiento y desarrollo ha provocado investigaciones y análisis de distinta naturaleza. Recordar los trabajos de Daniel Cosío Villegas, Arnaldo Córdova, Luis Javier Garrido o Alejandra Lajous son ejemplo de ese interés y de los destacados académicos que han abordado la temática. Pero dicho lo anterior, cabe mencionar que en este año El Colegio de México ha publicado, dentro de su colección de Historias Mínimas, la que se refiere al PRI, escrita con soltura y precisión por Rogelio Hernández Rodríguez, investigador de la misma institución que el 2015 cumplió 75 años de existencia.
Cualquier persona interesada puede leer esta historia del PRI puesto que su carácter es divulgativo, hecho que se refuerza con la eliminación de citas, referencias bibliográficas en el texto o la ausencia de notas a pie de página. Las recomendaciones de libros aparecen al final de la obra para dirigir la mirada del lector a los antecedentes de investigación y al soporte académico utilizado por el Dr. Rogelio Hernández. La pluma viva que agiliza la lectura no significa falta de profundidad o perspicacia en las páginas de este trabajo. Puyas y retos son constantes tanto para los defensores a ultranza del partido como para los críticos acérrimos, olvidando ambos cualquier profundidad histórica al analizar una institución como lo es el PRI.
En definitiva, leyendo sus páginas hay que olvidar los a priori que hacen de ese partido una realidad marcada por un destino irreversible y entender que el inicio de este instituto político coincide con la construcción de instituciones que configurarán al Estado mexicano. Momento en el que se intentaba eliminar a los caudillos regionales o, al menos, ejercer un cierto control sobre ellos. Igualmente los adoradores de Lázaro Cárdenas tendrán que reconocer algo que por sabido no gusta decir, y ello es que con la reconversión del partido y su cambio de nombre también se institucionalizaba el clientelismo gracias a las corporaciones que han dado vida al PRI.
Circunstancias como las mencionadas se siguen, con distintos protagonistas y temporalidades, en las páginas del libro y nos hacen reflexionar sobre el camino andado por el partido en los años que tiene de vida, así como su permanencia en la política nacional a pesar de todas sus contradicciones, que no son pocas. Discordancias extendidas hasta en las urnas, donde gana aun conociéndose el nexo de muchos de sus candidatos con el robo institucionalizado. Peso a ello, y otras claras paradojas ideológicas, el partido no desapareció gracias a su organización en los estados cuando perdió la Presidencia de la República a manos del PAN. Así que aunque el Presidente se esfumó como guía del partido durante dos sexenios, el instituto político sigue vigente y gobernando el país a pesar de todas las críticas habidas y por haber. Lea esta obra que disecciona la existencia del PRI en etapas y facilita reflexionar sobre la misma construcción de la nación.
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