Escenarios de la lucha magisterial
Terrible y lamentable lo ocurrido en Nochixtlán, Oaxaca, donde ocho personas perdieron la vida tras los enfrentamientos entre el SNTE, la CNTE, organizaciones sociales la policía federal y estatal.
No hay nada que justifique la pérdida de vidas humanas.
A espera de más claridad en los hechos. Sostenemos que nada justifica que la violencia federal, la intransigencia también federal; pero tampoco el radicalismo magisterial que ha tenido ya su cuota de sangre.
Para la policía: ¿Por qué aparecieron armas de fuego en el bloqueo, se supone que la policía solo disuelve este tipo de manifestaciones?
Para el magisterio disidente: ¿Tiene ya sentido seguir usando la fórmula de los bloqueos, si el gobierno federal y los estatales justificando pérdidas económicas, los disuelven?
¿No hay otras fórmulas de resistencia pacífica?
Pero el hecho trágico no hubiera sido posible si las partes desde el principio hubieran privilegiado el diálogo.
Dialogo, precisamente lo que ya están pidiendo distintos sectores sociales en el sureste mexicano.
En las actuales condiciones alguien tiene que ceder. ¿Quién será el primero; el gobierno federal o el radicalismo magisterial?.
Lo primero que hay que reconocer es que a pesar de que en Chiapas se conjugan la insurgencia magisterial con la indignación social, el gobierno estatal ha sido extremadamente cuidadoso en evitar que la sangre llegue al río y lo ha logrado.
A pesar de los pesares, buen trabajo del ejecutivo estatal y de la Secretaría General de Gobierno. Que por sobre todo y en todo momento siempre aseguraron que privilegiaban el diálogo.
Y es que el magisterio chiapaneco ha reconocido que el asunto de la Reforma Educativa es de carácter federal y no local.
En ese sentido, ya es bueno preguntarse:
¿Hay condiciones en Guerrero, Oaxaca y Chiapas para implementar la Reforma Educativa?
Probablemente en estos momentos no. Pero solo hay tres vías: crear las condiciones para implementarla, cancelarla o darle “trato especial a Chiapas y al sureste mexicano”.
¿Cuál de esas vías es la posible, la deseable, la que mejor puede adaptarse a nuestras condiciones de atraso?
El magisterio disidente -que hay que decirlo también, buena parte de la opinión pública desaprueba sus métodos de lucha- y el gobierno federal -que cada vez se hunde más en el descrédito y la desconfianza social- tienen la palabra.
Entre Plutarco Elías Calles; Gustavo Díaz Ordaz y Carlos Salinas
En México, desde tiempos de la Colonia sabemos que se mata una ley si no se cumplen sus postulados y no se ejecuta. “Acátese pero no se cumpla” era la sentencia.
Esa fue la formula política que el Presidente Plutarco Elías Calles encontró ante el choque con las tropas cristeras, cuando dicha rebelión popular cuestionó la aplicación de la ley de cultos. Emilio Portes Gil concreta los acuerdos. Pero la responsabilidad de la rebelión cristera recae en Calles e incluso; era el “jefe máximo” de la Revolución Mexicana.
“Todo se puso en la balanza. Y si no hubiera sido por eso, usted no tendría la oportunidad muchachito de estar preguntando. Así contestó Gustavo Díaz Ordaz, a un reportero que le preguntó sobre los acontecimientos de Tlatelolco 68, cuando se anunció que sería embajador mexicano en España.
Ello implicaba que a la primera oportunidad que tuvo ¿o lo obligaron?, asumió la responsabilidad histórica de 1968. Pero el estigma de dureza y represión, nunca pudo quitárselo.
Al sexto día del levantamiento zapatista de 1994, el presidente Carlos Salinas de Gortari emite el primer comunicado sobre el EZLN; niega el perfil indígena de la rebelión y ofrece el perdón a quienes depongan las armas. Al día diez nombra a Manuel Camacho Solís Comisionado para la Paz y finalmente el día 12, ordena el cese unilateral del fuego al Ejército Mexicano.
Con estos tres episodios de poder presidencial mexicano, se pueden construir tres escenarios distintos para resolver la crisis social que han provocado las manifestaciones magisteriales en el sureste mexicano que escala.
En el primer episodio de poder político mexicano, el presidente Calles ante la Cristiada no abroga la ley. Las negociaciones secretas entre clero, gobierno e incluso se comenta que también participó el gobierno americano, posibilitaron la cancelación de la guerra, se regresó al culto y la ley no se tocó.
Se puede decir que se acató, pero no se cumplió. Y en este caso, no es Calles quien cede, sino Emilio Portes Gil.
En el segundo episodio, con Gustavo Díaz Ordaz, México vio el ejercicio duro y descarnado del poder político. Fue el último de los presidentes con poder absoluto
Nada de concesiones.
En el caso de Carlos Salinas de Gortari y el zapatismo, la presión popular obligó al poder político al diálogo y la negociación.
¿Qué ADN político tiene Enrique Peña Nieto?
¿A quién se parece?
¿Al General Calles?, negociador en “lo oscurito”, pero también constructor de instituciones como el Banco de México y el mismo Partido Nacional Revolucionario PNR, antecesor del PRI.
¿A Gustavo Díaz Ordaz? Dicen que en lo personal político honrado, pero de enorme talante autoritario como lo demostró en Tlatelolco 68.
¿A Carlos Salinas de Gortari?. El hombre que quiso eternizarse en el poder junto con su grupo político y económico y que recibió una dosis de realidad cuando aparecieron los zapatistas y los crímenes de estado de su época?.
Por eso, es bueno ya preguntarse:
¿Cuál será el camino que tomará el Presidente Enrique Peña Nieto?.
Tres son los escenarios, en dos de ellos hay diálogo. En uno de ellos no existe.
Primer escenario, a la “Nicodemo”
Las aristas de este escenario son dos.
Se abroga la ley y cesan las manifestaciones magisteriales. ¿Pero es este el escenario ideal para el gobierno?. Sobreviviría la CNTE pero, ¿terminarían sus prebendas?.
Otra variante puede ser que se aplique la ley. Pero que Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán reciban “trato especial” por el rezago en infraestructura y calidad de la educación que tienen.
Esto resolvería también rápidamente el asunto magisterial sureño. No se abrogaría la ley, pero se adicionarían leyes secundarias y reglamentos que tomen en cuenta las condiciones actuales de la educación en Oaxaca, Guerrero y Chiapas.
Con esta segunda variante, en el corto plazo todo se solucionaría, el problema es el largo plazo, porque la brecha de la desigualdad educativa del sureste se seguiría disparando. Pero eso ya no sería problema de esta administración federal, sería asunto de la administración 2018-2024.
Segundo escenario: como Luis XIV, el Estado soy yo.
Primera arista; el gobierno jugándose el todo por el todo. Desgastando el movimiento magisterial con los medios oficialistas, haciéndoles descuentos financieros masivos a los maestros y esperando que el movimiento muera de nada.
¿Aguantarán los maestros?
¿Cesará la indignación nacional?
De no disolverse el binomio Magisterio-Indignación social depende la sobrevivencia de la lucha magisterial.
¿Pueden los maestros resistir?
¿Puede el gobierno federal y los estatales romper ese binomio y cómo?
Segunda arista; como Díaz Ordaz. Represión total con el costo político, social e histórico que ello implica.
Desmantelamiento de los plantones con el uso de la fuerza, aplicación de la ley para que el maestro que no quiera regresar a clases sea despedido. No permitir más bloqueos carreteros. Encarcelamiento de la dirigencia magisterial.
La represión sería durísima y falta ver si México entero quiere ver sangre.
Tercer escenario; fuera la “política ficción y más participación ciudadana”.
Para que este escenario se vuelva factible, es necesario que la indignación social no cese.
A la usanza de 1994, cuando la sociedad civil exigió al salinismo parar la guerra y este nombra un comisionado para negociar la paz. El conflicto magisterial puede revivir esa figura.
¿La mesa de diálogo?
¿Para qué entre gobierno y magisterio si no se tienen confianza?
La vía podría ser un Comisionado que restaure la confianza entre las dos partes antagónicas y que a partir de ahí negocie con el magisterio apoyos compensatorios sin derogar la ley.
Incluso, no necesariamente tiene que ser alguien con perfil de conocedor profundo del magisterio, porque incluso los paristas también le tendrían desconfianza.
En la sociedad civil hay varios perfiles que pueden llenar el principal requisito que el diálogo en el conflicto necesita; credibilidad entre los actores sociales.
Lo que no debe suceder
No debe de haber inamovilidad en las políticas públicas educativas.
La Reforma Educativa vino a marcar un antes y después en materia educativa mexicana y las relaciones entre el gobierno y sus trabajadores, por lo menos los de la docencia.
La sangre que ya se derramó debe de obligar a las partes a la negociación y al dialogo. La cerrazón generó la violencia y esta no debe dejarse crecer.
Nada justifica la sangre.
En el Chiapas de la insurgencia magisterial se ha evitado.
Que la cordura no le gane a la locura del radicalismo de las dos partes.
COLOFÓN
El día de hoy, momentos antes de entregar esta columna, la CNTE afirmó que este miércoles 22 se reunirá con el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Los maestros reiteraron su disposición “al trabajo con el Gobierno Federal, para encontrar soluciones a los planteamientos que hemos hecho públicamente y en reiteradas ocasiones”. Al Gobierno Federal le insistieron: le “exigimos una postura franca y seria”.
La Secretaría de Gobernación declaró que el propósito de la reunión es escuchar los planteamientos de la CNTE y avanzar en la construcción de soluciones que permitan regresar la tranquilidad a las regiones que se han visto afectadas por las movilizaciones.
Es decir; nada de avances sólidos todavía.
Un poco más tarde, el Secretario de Educación Aurelio Nuño invita a poner fin a la violencia y garantizar derechos de los oaxaqueños. Pero señaló que la Reforma Educativa es un proceso que sigue y no se va a detener.
Precisó Aurelio Nuño que no participará en la reunión que este miércoles en la Secretaría de Gobernación con la CNTE.
Se avocó a contestar que el diálogo será para generar las condiciones actuales en Oaxaca.
Probablemente ahora que CNTE y SEGOB se sienten a dialogar, lo que busquen es no agredirse. Es evitar que la sangre siga llegando al río.
Pero lo verdaderamente necesario, es decir el diálogo sobre las condiciones de la Reforma Educativa, no llegará mañana con la reunión.
El riesgo es el impasse. Que la lucha magisterial siga y la cerrazón gubernamental siga también. Pero ahora mismo, la comunidad internacional ya volteó a ver a México. Eso probablemente también cambie los escenarios.
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