Se desmorona el castillo Verde Ecologista en Chiapas
La frivolidad e irresponsabilidad desmoronan el castillo Verde Ecologista en Chiapas
Primero dos aclaraciones muy pertinentes:
Esta columna reprueba, condena y le indigna toda privación de la libertad personal. Es un delito en cualquier momento y en cualquier circunstancia. Corresponde a las autoridades fincar las responsabilidades punitivas a quien corresponda.
En cada entrega, se procura analizar los escenarios, los contextos, las circunstancias, los motivos, razones y consecuencias de decisiones políticas, de los rezagos chiapanecos y del estilo personal de gobernar de nuestra clase política.
Abrazo solidario a los dos diputados y las familias.
Ahora una historia:
Cuentan en Comitán, -cuna política del Partido Verde Ecologista de Chiapas- que perder la alcaldía del lugar fue un golpe al orgullo de la clase política que hoy nos gobierna.
Que también -conscientes de los errores cometidos en campaña- se reconocía que la frivolidad y los excesos eran los culpables del clima de efervescencia política que las imposiciones y los candidatos impopulares dejaron en los municipios de Chiapas.
En consecuencia, el grupo compacto del entorno que rodeaba al en ese entonces Diputado plurinominal Eduardo Ramírez Aguilar, convocó a una reunión para discutir, reconocer los errores y procurar enmendarlos para corregir el camino rumbo al objetivo final: la gubernatura en el 2018.
Se cuenta que la reunión fue de lo más franca, abierta al diálogo y con el acuerdo de terminar con la frivolidad y comenzar a ofrecer resultados concretos.
Hasta ahí todo bien. Todos contentos y reflexivos.
El problema fue cuando le corresponde a Eduardo Ramírez Aguilar realizar el cierre de la reunión y resumir los acuerdos.
Su alocución terminó con dos preguntas que intentaron levantar el ánimo:
¿Qué sigue después de la gubernatura?
¡¡¡¡¡La presidencia de la república!!!!! Se contestó el mismo.
¿Y después de la Presidencia de México?
Ante el desconcierto general que provocaba la duda, pues nadie entendía nada, nuevamente Ramírez Aguilar volvió a contestar el mismo la pregunta:
¡¡¡¡La Secretaría General de Naciones Unidas!!!!
Algunos en ese momento entendieron que –hicieran lo que hicieran- ya no habría tope para la frivolidad y la megalomanía de Ramírez Aguilar. A otros también eso no les importó, pero la mayoría -por conveniencia claro- siguieron en lo suyo: la adulación.
Pero ayer, la frivolidad y la megalomanía pagaron un precio, porque por fin chocaron con la realidad del estado.
Por último, un símil:
Como aquel cuento infantil de la “Gallina de los Huevos de Oro” del matrimonio que termina matándola. El grupo político del Partido Verde Ecologista en Chiapas, terminó echando a la borda su oportunidad de trascender sexenalmente. Y todo -como ya comentamos antes- por la frivolidad, la ambición y la megalomanía. El hecho es que mataron a la gallina de los huevos de oro o actuaron como la comadreja, que hasta sus propios huevos se come.
Hoy la realidad chiapaneca de pobreza, falta de oportunidades, marginación y hartazgo social, les estalla -como muchos esperaban y a ellos no les importaba o no creían que sucedería-, y de una manera casi trágica.
Un grupo de pobladores Tsotsiles de Chenalhó, hicieron realidad el adagio que dice: Ojo por ojo y diente por diente.
En la tarde se reportó la retención del Diputado Presidente del Congreso del Estado en San Cristóbal de las Casas y de su acompañante, el también diputado verde ecologista, Carlos Penagos Vargas.
Lo que trascendió es que quienes retuvieron a los dos diputados, son el mismo grupo político que en días pasados fue desalojado por la policía estatal de las puertas del Congreso estatal exigiendo la destitución de la alcaldesa.
El hecho, -consumado con violencia pues los dos diputados fueron golpeados- ocurrió en la sede de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas y se dio luego de tres horas de negociaciones para negociar la salida del gobierno municipal de Chenalhó de Rosa Pérez.
Las horas pasaban y no se lograba ningún acuerdo porque el presidente del Congreso estatal alegaba que a la alcaldesa no se le puede destituir porque no hay causa penal sobre ella, y tampoco existía solicitud de licencia.
Los testimonios indican que 30 hombres encapuchados entraron violentamente al lugar de la reunión y se llevaron a Eduardo Ramírez Aguilar ya ensangrentado.
Luego hubo más claridad, los habitantes de Chenalhó difundieron en su página de Facebook “Movimiento Pedrano Chenalhó” fotografías de los dos diputados retenidos en medio de una asamblea popular.
Los diputados del Congreso Local tuvieron que sesionar de manera extraordinaria y procesar legislativamente la renuncia de Rosa Pérez a la alcaldía para garantizar la seguridad de los dos legisladores.
Por medio de la fuerza, el pueblo de Chenalhó pudo lograr lo que venía exigiendo.
El asunto de la detención provocó que en las redes sociales chiapanecas circulara de todo:
Oraciones ante el hecho, indignación por el maltrato a los diputados, regocijo por su desgracia personal y también gente llamando a la mesura.
#FueraManuelVelasco #ChiapadeCorzo y #Chenalhó; fueron las tres tendencias que acumuló ayer twitter sobre Chiapas. Esto hace que sea muy recordar -por lo menos en México- tres tendencias negativas sobre la situación de un mismo lugar.
Ese récord virtual y negativo, le corresponde al Partido Verde Ecologista de México y la clase política que gobierna Chiapas.
El hecho es bastante grave, transciende las redes sociales y exhibe las condiciones actuales de la política chiapaneca y nuestra realidad social.
Además choca con el irresuelto conflicto del magisterio estatal que se rebela ante la imposición de la Reforma Educativa y que tiene a la capital chiapaneca casi en estado de sitio.
En Chiapas históricamente se han dado secuestros y retenciones de funcionarios de gobierno de primer, segundo y tercer nivel, de funcionarios y alcaldes; pero que se recuerde solo había ocurrido un fenómeno de este tipo y de alto impacto en 1994, es decir hace 22 años. En esa ocasión -como ahora- el tejido social estaba descompuesto y una guerrilla lanzaba el grito al mundo sobre las condiciones sociales.
Ahora mismo -pero sin necesidad de guerrilla- el tejido social está de nueva cuenta descompuesto.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), secuestra al ex gobernador Absalón Castellanos Domínguez y días después lo libera en un juicio popular, entregándolo mediante una negociación al entonces Comisionado para la Paz, Manuel Camacho Solís y al Obispo Samuel Ruiz García.
En esta ocasión fue retenido el Presidente del Congreso del Estado.
Es decir, se ha retenido en contra de su voluntad a un ex gobernador y a un diputado y presidente del congreso en funciones.
Y esa retención ha hecho ya insostenible -porque evidente ya lo era- lo desesperado de la situación política, económica y social del estado, la indignación de la población y la inacción del gobierno estatal.
Ello no es más que la expresión de un sexenio que nunca ha logrado concebir -¿Por qué no puede, o no le importa?- mucho menos articular estrategias efectivas para el desarrollo estatal y que este se traduzca en empleos dignos y mejores ingresos para las familias.
No hay ni nunca han existido proyectos integrales y de gran impacto, y es probable que ya no existan en lo que resta del sexenio.
Por eso, ¿Cuáles son los escenarios y las nuevas coyunturas que la retención de los diputados desata en Chiapas?
Es evidente que algunas fuerzas ya se han desatado, los rumores de la renuncia del Gobernador Velasco Coello se enmarcan dentro de la estrategia de contribuir a la desestabilización del estado desde cualquier medio posible.
Siguiendo la regla de criminalística en donde se preguntan a quién beneficia la muerte de alguien; ¿A quién benefician los rumores?. Solo el titular del ejecutivo sabrá quienes son sus enemigos o quienes pretenden ocupar su lugar a toda costa y sin importar el medio y los términos constitucionales.
Pero en lo inmediato, la retención de los diputados obliga a tomar en consideración con urgencia por lo menos tres elementos:
Replantear el gabinete -donde haya varios titulares identificados con el proyecto de Ramírez Aguilar- para que los relevos impulsen nuevas formas de trabajo y compromisos más serios con los ciudadanos. Democratizar el poder.
Buscar nuevas fórmulas para el diálogo con la sociedad chiapaneca. Porque Ramírez Aguilar ya no puede ser nuevamente un operador político con credibilidad, porque la tentación de retenerlo nuevamente para forzar acuerdos con el gobierno, será constante. Ya no habrá respeto a su investidura. Cuando se pierde el respeto, se acaba todo.
Habrá que impulsar con urgencia un programa emergente de reactivación económica que implique -por supuesto que con transparencia- una derrama financiera sobre los municipios del estado, para que cesen los plantones, los bloqueos.
En el mediano plazo, es decir rumbo al 2018, la retención de los diputados probablemente replanteará los nombres de aspirantes y suspirantes a los puestos de elección popular en juego. Si Ramírez Aguilar pierde credibilidad, también la pierde su grupo político y las aspiraciones de otros personajes aumentarán.
Pero también pierde credibilidad el Partido Verde Ecologista en Chiapas y ello significa que la frivolidad, la irresponsabilidad, la megalomanía y la insensibilidad a los problemas del estado, fueron el cóctel de la perdición de la actual clase política.
Construyeron castillos en el aire y estos ahora se desmoronan.
Todo, absolutamente todo lo indebido, cae por su propio peso.
La justicia divina tarda, pero no olvida.
Es lo mismo que sucede en todo el país y el mundo.
Después será demasiado tarde para arrepentimientos.