Manuel Velasco, el gobernador desinflado
Acotado y ajeno a la realidad, Manuel Velasco cavila de vez en cuando en ser candidato a la presidencia de la república, pese su popularidad a la baja como lo indican diversas encuestas.
La valla de sus amigos le impide conocer lo que vive y siente el grueso de los chiapanecos. Antes, se mimetizaba entre las gente, hablaba, saludaba y palpaba parte de la cotidianidad. Hoy ni eso. Es cierto que reinició sus visitas a los municipios, pero solo para la foto.
Su imagen tan paciente y tan onerosamente construida empezó a chocar con la realidad cuando quiso repetir la fórmula de posicionamiento pero en otros ámbitos y con otras personas poco necesitadas de despensas y playeras.
Derrapó entonces el gobernador Verde y se sumió en un mutismo que pocos logran sacarlo.
Las elecciones de 2015 tampoco le beneficiaron porque se aferró a los suyos y a su partido, con prácticas oscurantistas del pasado. Consolidó así una imagen de terco, obstinado e incapaz para el diálogo.
Manuel Velasco Coello es hoy un gobernador desinflado que difícilmente dejará sucesor y que no tendrá la buena fortuna de Juan Sabines Guerrero de contar con un círculo de protección entre funcionarios y legisladores.
No. Al gobernador chiapaneco se le acabó el momento de gracia, y los desbarajustes, metidas de pata y desaseo son tan grandes, que no habrá quién le proteja ni cubra los hoyos financieros cavados en las dependencias.
A más de tres años de su gestión, Chiapas marcha a la ingobernabilidad. Y es lamentable, porque los gobernadores en esta etapa del virreinato, la libran muy bien, porque mandan, ordenan y reparten dinero, sin la presión negativa de recaudar impuestos.
Así es bastante fácil ser gobernador y mantener buenos niveles de popularidad, pero a este gobernador le sucede lo contrario. Se ha desinflado y parece un mandatario cansado, envejecido prematuramente, que hace su trabajo con desgano. Para tomar aire ha querido insertarse en el gabinete presidencial.
Me dicen que ha buscado salirse del encargo, pero que Miguel Ángel Osorio Chong no le aceptó la propuesta. Le dijo que en el gabinete no había espacio para él, ni siquiera en la moribunda Secretaría de la Reforma Agraria.
El próximo año será peor en la parte financiera para México y para Chiapas, y eso le preocupa Manuel Velasco, porque si este año, en que todavía hubo cobertura del petróleo, fue imposible pagar adeudos, en 2017 desfilará un bloque de empresarios a quienes no se les podrá cubrir sus adeudos.
En julio de 2015, Manuel Velasco tenía todavía una aceptación notable. De acuerdo a Parametría, el 25 por ciento de los mexicanos lo conocía y un 16 por ciento tenía una opinión favorable. Estaba en el lugar 14 de los 21 políticos más populares.
Perdió sus bonos en las elecciones. En la encuesta de noviembre de 2015, Parametría ya no lo tomó en cuenta al no ser mencionado por los encuestados. Pero sí aparecieron Silvano Aureoles, Juan Ramón de la Fuente, Graco Ramírez y José Calzada Rovirosa.
En las más recientes encuestas, tanto de Reforma como de El Financiero, tampoco figura el gobernador chiapaneco. Fue rebasado incluso por Pedro Ferriz de Con, Jorge Castañeda y Agustín Basave.
No se ve cómo pueda levantar su alicaída imagen en los próximos dos años, que serán de su aciaga despedida de la magistratura chiapaneca.
El problema es que heredará un Chiapas destruido, paupérrimo y con una clase política que ha vivido del atraco al erario en total impunidad.
totalmente de acuerdo desinflado y sin oxigeno, un estado deprimido y de promesas, acotado por la corrupcion del sistema heredado por el amtecesor.
Pero no solos es el, es todo el engranaje que gira a su alrededor, sobre todo los de fuera que nada tienen que hacer acá.
Reflexión, todo seguirá igual o peor en un futuro.