Carta al Señor Gobernador

 

Señor Gobernador:

Le expreso, por este medio, la sentida preocupación que muchos ciudadanos de Chiapas, entre los que me incluyo, tienen por la irritación social generalizada que se vive en nuestro estado. Son muchos los rincones de la entidad federativa que presentan algún tipo de protesta, demanda o acción de sus habitantes para hacerse escuchar públicamente, aunque el receptor de las quejas es en primer lugar el gobierno estatal con Ud. a la cabeza.

Desencuentros entre el poder ejecutivo y la sociedad son comunes, incluso diría que necesarios, puesto que el primero está para hacer cumplir medidas que no siempre son populares, mientras que los ciudadanos tienen el derecho de protestar por aquello que no consideran equitativo. En fin, nada es fácil y menos cuando se ejerce el poder, aunque haya quien piense lo contrario o se lo hayan hecho creer.

EL NIETO GOBERNADOR DE CHIAPAS 2014 ¿CASUALIDAD?

Ud. logró su puesto por el mandato de las urnas -no voy a entrar en las formas locales de obtención del voto puesto que son conocidas- y ello le obliga a atender la problemática del estado que gobierna, aunque ni le guste o la entienda. No son los ciudadanos quienes deben agradecer, aplaudir o fascinarse con el poder temporal de un individuo o varios, es quien lo ejerce el que debe agradecérselo a los ciudadanos y atenderlos en sus demandas, aunque sean imposibles de cumplir. El ejecutivo tampoco es un héroe deportivo, es un servidor público, como quienes le rodean.

Desconozco su formación personal, aunque son sabidas sus diversas etapas de legislador. Como habrá podido comprobar la vida en las cámaras es muy distinta a la del poder ejecutivo. La buena ropa y las comisiones parlamentarias son disímiles al campo donde se trata con la cotidianidad, muy poco agradecida. Es igual en la guerra, hacer los planes desde el cuartel general no es como ejecutarlos en la batalla, y ese es el símil del ejecutivo que más me place, porque sin duda se parece. Ejecutar no es andar paseando por los pueblos en visitas organizadas entre abrazos de acarreados, ejecutar es sufrir, algo que no quiere o sabe todo el mundo. Sufrimiento unido a la imposibilidad de atender las múltiples demandas que tiene una sociedad compleja como la chiapaneca.

Para cumplir con cada uno de los paisanos, o simplemente para llevar a cabo las acciones que Chiapas requiere, es conveniente tener un equipo acorde con la complejidad ya mencionada de nuestro estado. Los amigos o recomendados no siempre son los mejores ejecutores. Tal vez puedan ser leales –temporalmente porque en política esa palabra no existe- pero ello no garantiza su eficiencia. La experiencia es un grado en la ejecución de políticas o en el trato con los conciudadanos, estos últimos conocedores de los “pillos” de sexenios pasados así como de los neófitos políticos y de los contactos familiares o partidistas que les han permitido llegar a algún puesto.

Solucionar los problemas de la cotidianidad chiapaneca, o los incrustados en su historia por múltiples motivos, no se logra con apariciones carismáticas o palmaditas en la espalda, su ejecución requiere de destreza política, de intervención y, sobre todo, dar la cara con equipos preparados para ello. Nada fácil esto último, hay que reconocerlo, pero nunca imposible. Bufones y saltimbanquis sobran, pero si uno quiere gobernar debe enfrentar los obstáculos, no maquillarlos. La relación del poder con la estética es conocida por la academia desde hace años, pero un exceso de maquillaje sin ningún cimiento en el accionar político es simplemente ridículo.

Los chiapanecos se han lanzado a las calles y cuando éstas se toman nadie sabe cuándo se desocuparán. La solución a esta efervescencia social ha sido la llegada de contingentes policiales en vez del arribo de la política al estado de Chiapas. Dónde están sus funcionarios? Dónde está Ud.? Lo veo en fotos, nada extraño en su sexenio, pero no lo observo atendiendo los rompecabezas sociales de la entidad que quiso gobernar. Ojalá sepa usted lo que hace, o de lo contrario que lo sepan los ciudadanos en las calles. Y si la ciudadanía se decide a intervenir que lo haga ahora y para siempre, como forma de participación puesto que sus representantes legislativos brillan por su ausencia cuando se los necesita.

No lo conozco, ni lo conoceré, pero no le deseo mal a nadie por lo que espero que su futuro sea próspero y, sobre todo, que aprenda que la política y su carácter de servicio no son poses, fotos y mojigangas verdes. Chiapas, donde Ud. no vivirá, merece un mejor futuro y le urge un presente. Así que espero su accionar y el de los suyos, o de lo contrario quiero coherencia política o un acto de valentía. Es lo mínimo que los políticos, o los que se dicen tales, deben asumir en la lógica del servicio que cumplen.

 

 

 

 

 

 

2 Responses to “Carta al Señor Gobernador”

  1. Pablo
    23 mayo, 2016 at 8:51 #

    Hasta cuando entenderá la población, que el gobierno es empleado del Poder, que emana y esta instituido en la Constitución, esta para servir, no para servirse.

    REFLEXIÓN.

  2. Javier Montes de Paz
    22 mayo, 2016 at 12:58 #

    Falto decir que ante su ingobernabilidad debe renunciar.

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