Conflictos en los municipios resultado de un proceso electoral viciado
Los resultados de un proceso electoral viciado se están viviendo ahora en diferentes municipios de Chiapas. Siete meses después de haber tomado posesión del cargo las y los presidentes municipales, de algunos lugares, están viviendo las consecuencias de haber llegado a esos puestos de forma cuestionable haciendo promesas irreales o pactando con quienes no debían.
El Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el gobierno del estado hicieron todo lo que tenían que hacer –legal e ilegal- para ganar las elecciones, lo lograron, pero las consecuencias ahora se están viviendo en diferentes municipios de la entidad y en la economía del estado.
Los recursos públicos que fueron utilizados en campaña ahora andan haciendo falta en diferentes dependencias. No hay dinero en el estado ¿en dónde está? ¿en qué se empleó? Son las preguntas constantes.
El PVEM sabe ganar elecciones –de manera cuestionable, pero logra su cometido-; pero se enreda demasiado a la hora de gobernar. Estando en el poder no saben qué hacer. Son demasiado inexpertos, voraces y soberbios con esa triada de características nada puede terminar bien.
Lo que ha sucedido y está sucediendo en Chenalho, Tila, Ixtapa, Chanal, Oxchuc y San Cristóbal de las Casas son las consecuencias de que los actuales alcaldes hicieron todo por ganar: dividieron a la población, se aliaron con quienes pensaron podrían controlar y ahora les dan la vuelta, compraron conciencias y ahora que ya no tienen recursos para mantenerlas se les vienen encima; tomaron posesión de su cargo aún con el descontento de la mayor parte de la población.
El caso de Chenalhó evidencia todas las dolencias de los diferentes niveles y poderes de gobierno.
Para ganar la presidencia municipal el PVEM se alió con los caciques priístas de siempre, les ofrecieron puestos dentro de la planilla, creyeron que con eso se iban a conformar. Lo mismo hizo en otros municipios, hicieron tratos con medio mundo sin importarle en ese momento quiénes eran y cómo se las cobrarían.
El presidente de la mesa directiva, Eduardo Ramirez Aguilar y la alcaldesa, Rosa Pérez se llaman a engaño. Denuncian que el síndico municipal está extorsionando a la alcaldesa –que no es de dudarse-. Los priístas se están cobrando a la mala lo que les prometieron en campaña.
En el caso hay una carga de sexismo hacía la alcaldesa, pero me parece hipócrita que el diputado Eduardo Ramírez diga que se defenderá la paridad de género en este caso cuando nada hicieron en los municipios de Chanal y Tila; cuando han aprobado la «renuncia» de decenas de regidoras en distintos municipios. Cuando el PVEM ha sido el primero en violentar la paridad de género. El argumento puede ser válido, pero cuando lo dice él suena manoseado y mentiroso.
De manera que el hombre siempre se le abrían tres posibilidades ante el encuentro con el otro: podía elegir la guerra, aislarse tras una muralla o entablar un diálogo
En cuanto a la actitud hacia el otro –hacia los otros-, los dialoguistas rechazan la guerra, que consideran un camino que conduce a un único fin: el aniquilamiento; asimismo, critican la indifferencia y el aislamiento tras la muralla. En lugar de estas actitudes, pregonan la necesidad – más aún: el deber ético- de posturas abiertas, de acercamiento y buena disposición.
Rizard Kapuscinski
Los habitantes de Chenalhó bloquearon todos los accesos del Congreso del Estado hasta la tercera vez que llegaron al Poder Legislativo a pedir una audiencia con el presidente de la mesa directiva, Eduardo Ramírez. Le pedían que se hiciera valida la renuncia de la alcaldesa, Rosa Pérez. Según los manifestantes nunca los recibieron.
La tercera vez que llegaron ya no iban con tan buena gana como la primera. El desdén del diputado del PVEM enardeció los ánimos. El legislador ha demostrado que entre la “guerra, aislarse tras una muralla o entablar el diálogo” prefiere las dos primeras opciones. El diálogo a quien fue Secretario de Gobierno no se le da, huye ante la posibilidad del encuentro con las otras personas, se le dificulta llegar a acuerdos.
La falta de capacidad de resolver este conflicto con el dialogo hizo que unas 350 personas entre trabajadores, ciudadanía y periodistas estuvieran retenidos por ocho horas el miércoles.
Hizo que centenares de policías municipales y del estado, sin el equipo y la capacitación adecuada, realizarán un torpe operativo para disuadir el bloqueo. Mientras ellos trataban de librarse de las agresiones de los habitantes de Chenalhó a unas cuadras estaban grupos de vándalos saqueando los comercios. El caos en el centro de la ciudad en donde se encuentran concentrado el Poder Ejecutivo, Legislativo del estado y el gobierno municipal de Tuxtla Gutiérrez.
Los conflictos en los municipios continúan destapándose, el futuro próximo no se ve muy alentador más cuando quienes deberían de estar dialogando para resolver estos problemas prefieren seguir amurallándose o enfrentarlo con violencia.
Hasta cuando entenderán que el pueblo es el patrón de los gobiernos, ellos pueden modificar las formas de gobernar legalmente en apego a la constitución.
Si no reflexionan, y tengan de voluntad de remediar las cosas, se irán suscitando peor las cosas.