No son lo mismo; pero son iguales
Algunos eran empresarios, otros socialités, la mayoría miembros de la clase política nacional, incluso había dos expresidentes mexicanos. También politólogos, presidentes de partidos políticos y periodistas.
La crema y nata del país se hallaba pues, reunida en la fiesta de cumpleaños de uno de los personajes más influyentes de la historia contemporánea de México.
Dinero y poder juntos. Empresarios del periodismo y periodistas en la misma fiesta. Religión y política juntas.
Por medio de una herramienta tecnológica muy socorrida en estos días y utilizada en las redes sociales; la Jefa de la Delegación de Miguel Hidalgo, ex consultora, ex titular de la Comisión de Desarrollo de los Pueblos Indígenas, ex candidata a la gubernatura del estado de Hidalgo, Xóchilt Gálvez Ruiz, balconeó o para decirlo en lenguaje moderno; periscopeó a los asistentes al convite.
En la fiesta departían Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo; los expresidentes Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón Hinojosa; Olegario Vázquez del imperio Vazquez Raña; José Narro Robles, el recién nombrado secretario de salud. También estaban presentes el periodista y locutor Ciro Gómez Leyva y el columnista Carlos Marín.
También Ricardo Anaya el presidente del PAN; Carlos Navarrete el presidente del PRD, Jorge G. Castañeda ex secretario de relaciones exteriores y analista pólítico. José Córdoba Montoya el poderoso Jefe de la Oficina de la presidencia en tiempos de Salinas de Gortari, el cardenal Norberto Rivera y los ex procuradores Antonio Lozano Gracia, Arturo Chávez y Rafael Macedo de la Concha; entre otros miembros de la clase política nacional.
“Aquí está todo mundo”
“Nos estamos portando bien”
“Tu periscope me la pela”
Nada tuviera de extraordinario si esa reunión hubiera sido un cumpleaños -que lo era, aunque adelantado- de un personaje que aglutinara a las altas esferas del país.
El problema es que el onomástico era de Diego Fernández de Ceballos. El responsable del nuevo vocablo del diccionario político mexicano: “la concertaseción”. Ver http://goo.gl/Gky4xX y http://goo.gl/SYzQrP
El mismo al que también se le han documentado conflictos de intereses y tráfico de influencias. http://goo.gl/RtqiyC http://goo.gl/8tq7Tt y http://goo.gl/XsOU9b
El mismísimo “Jefe Diego” o “La Ardilla” porque solo se pasaba de visita en “Los Pinos”. Como se le conoció en la época de la presidencia de Carlos Salinas de Gortari.
Diego Fernández de Ceballos demuestra con su fiesta y sus invitados, que siempre ha sido una especie de “rara avis” política que ha sobrevivido a todo en el peculiar sistema político mexicano que te encumbra y luego te manda al ostracismo por excesos, por falta de afinidad generacional o cambio de grupo político.
Pero también muestra el camino que hay que seguir para evitar ese ostracismo y triunfar en la política: aceptar y si es posible -porque siempre es mejor- imponer las reglas. Ser el líder de un grupo de interés y sobrellevar a los demás.
Ya lo dijo uno de los asistentes a la fiesta en su columna del diario Milenio, Carlos Marin: “Diego, el muy, muy querido Diego”.
¿Porqué lo querrán?
Pues porque le dicen “El Jefe” y ese apodo siendo de la oposición, no es gratis. Se lo ha ganado a través de las “concertacesiones”, que definitivamente le han dejado a Diego Fernández de Ceballos dividendos políticos y también financieros.
Desafortunadamente para “El Jefe”, la acción de Xóchilt Gálvez al ser vista por las redes sociales, provocó la ira nacional y ante ella poco importa que se analice si la Jefa Delegacional tuvo razón o no de transmitir parte de dicha fiesta.
De hecho la delegada se disculpó diciendo que era “desmadre”.
Diego Fernández de Cevallos dijo por su parte que “no me averguenzo de mis amigos”y exigió respeto para ellos.
Pero el caso es que Xóchilt Gálvez la divulgó y punto.
Se indignó la opinión pública mexicana y esa es la realidad.
Y con la certeza que han dado el papel de Fernández de Ceballos en las concertacesiones que definieron el rumbo político de nuestro país es conveniente que la opinión pública nacional le haga las siguientes preguntas al “Jefe”:
¿Es el puente entre viejas generaciones de políticos y nuevas?
Al estar Salinas en la fiesta, así como también Felipe Calderón, los dos ex presidentes de México y desdibujarse la fuerza y credibilidad de nuestras instituciones sobre todo los partidos políticos; ¿regresaremos a un México donde los caudillos mandaban?
Es decir ¿impondrán candidatos a la presidencia de la república cada uno por su lado?
Margarita Zavala es la esposa de un ex presidente y liderea las preferencias por el PAN, mientras que por el PRI la madeja lleva desde Videgaray Caso a Pedro Aspe y por último a Carlos Salinas.
En resumen, si pensáramos que el país tiene un consenso básico en que se tiene que consolidar nuestra democracia; la fiesta de Fernández de Cevallos demuestra que dicha democracia es una “democracia de amigos”.
Y además de que a nuestros políticos les aqueja la enfermedad llamada “falta de congruencia”. Porque están dominados por los intereses personales y de grupo.
No son lo mismo; es decir no están en las mismas trincheras, no representan a los mismos grupos, tienen gremios distintos; pero son iguales porque los distingue la búsqueda del poder y el deseo que seguir reteniéndolo.
Para esto último ayuda alguien que tiene muchos amigos, como el “Jefe Diego” los tiene. Sean estos del espectro político del que sean.
No. No era una fiesta de esparcimiento sano. Nadie invita al enemigo a su casa a menos que sea para tenderle una celada.
Lo invita cuando persigues los mismos intereses.
Eso hizo Diego Fernández de Ceballos. El problema es que voluntaria o involuntariamente, ahora sí fue exhibido; como también lo fue la élite mexicana.
Todos representan lo mismo: poder y dinero. Eso los hace iguales y también receptores de la ira social de una nación cuyos ciudadanos cada vez son más pobres gracias a ellos.
¿Por qué no habría que tener indignación ante sus invitados?
Correo: geracouti@hotmail.com
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