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Casa de citas/261

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Héctor Cortés Mandujano

 

Dicen los de Luvina que de aquellas barrancas

suben los sueños…

Rulfo

 

Mi querida amiga Linda Esquinca nos invita a cenar. Vamos mi mujer, mi hija, mi yerno, mi nieto y yo, y al margen de los muchos detalles amables que tuvo con todos y los regalos a mi nieto, mi querida amiga me obsequió 17 números de los maravillosos Cuadernos mexicanos, que en la década de los 60 editaban la SEP y la Conasupo, en un formato de revista ilustrada. He ido disfrutando cada número como bocados exquisitos.

Don Javier Espinosa Mandujano, querido y cercano, me obsequia dos libros suyos. El primero me lo envía con una dedicatoria de su puño y letra, y es el original, aún sin editar, de su más reciente novela Sobre la tierra, y en la comida (una deliciosa paella, preparada por Bernal, de conejo y codornices) que generosamente nos brinda en su casa el pintor Manuel Suasnávar a don Javier, a mí y al poeta Óscar Oliva, acompañados de más gratos acompañantes, Espinosa Mandujano me obsequia Ascendencia y nocturnidad mapache, que todavía no devoro, pero también agradezco.

 

***

Con unos cuantitos de la sorpresa. Foto: Mario Robles

Con unos cuantitos de la sorpresa. Foto: Mario Robles

Pero las personas mayores son así. Pueden negar la Navidad

aunque la Estrella de Belén los esté siguiendo a todos lados

Toño Malpica,

en Por el color del trigo

 

Cumplo años y de nuevo me sorprende la multitud que se acuerda de esa banalidad; me emociona escuchar voces de mucha gente que me desea felicidad y amor, algunas que no oía hace mucho (Julia, Lulú), y otras y otros que me mandan mails, mensajes, wasaps o que van a verme para darme abrazos y regalos. En materia de libros, mi a

migo Rudy Laddaga llegó a darme un abrazo y a entregarme una historia linda en todos los sentidos: Por el color del trigo, de Toño Malpica, donde formato, texto e ilustraciones se conjugan a la perfección. Se lee en un santiamén y el corazón queda agradecido. No se puede revelar mucho, porque si no pierde chiste, pero es la historia de la amistad entre el autor de un libro clásico y su “mejor amigo de todo el mundo”, como dice la dedicatoria de esa historia que ha sido y es fundamental para muchos de los que amamos la literatura.

Mi mujer y mi hija, en complicidad con una treintena de amigas y amigos, me organizaron una fiesta sorpresa que cualquiera con mayor malicia que yo hubiera descubierto en un pispás. Como siempre ando papando moscas, sólo a toro pasado me parecieron obvias varias actitudes de este grupo de gente querida que, ya se sabe, nomás por joder, me cantaron a todo pulmón “Las mañanitas”, a sabiendas que para mí son detestables, seguidas de fragmentos del Himno Nacional y de canciones escolares dedicadas a la bandera (cumplo el 24 de febrero). Todavía me duraba la sorpresa y la alegría, de modo que hasta eso contribuyó a que ese ratote me la pasara, como todo el día, muy feliz. Recibir regalos y sentirse querido son grandes experiencias. Mil gracias a todas, a todos.

Contactos: hectorcortesm@hotmail.com

Visita mi blog: hectorcortesm.com

 

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