El Idiota útil de la Televisión
La expresión “idiota útil” se utilizaba con frecuencia en la época de la guerra fría para referirse a las personas que en occidente mostraban simpatía y activismo por la Unión Soviética; cuyos líderes en realidad los repudiaban.
Atribuida originalmente a Lenin; el término actualmente puede utilizarse para describir a aquellas personas que hacen propaganda de una causa cuyos fines no los tienen suficientemente claros; y que además esas personas son utilizadas cínicamente por los líderes de la causa.
Es decir, de un lado hay cinismo y del otro lado fanatismo o ignorancia.
La frase describe perfectamente el “affaire” que todos los mexicanos hemos visto con sorpresa en la televisión y que algunos lo tomaron con indignación y otros con humor.
De entrada nunca pareció creíble que alguien que ha hecho carrera en el mundo del espectáculo pudiera dar cátedra de finanzas internacionales y de la situación específica de la economía mexicana.
Las partes medulares del comentario de la actriz y conductora Andrea Legarreta se referían a una explicación de la reciente caída del valor de nuestra moneda; es decir del peso frente al dólar, -la moneda franca internacional- el impacto en la economía familiar y el papel de China en toda la guerra de divisas actual.
La conductora prácticamente concluía que la situación “no es por culpa de nuestro gobierno”.
Por su parte su compañero a cuadro; el actor de telenovelas y también conductor Raúl Araiza recalcaba “lo que pasa con el dólar no tendrá efectos negativos en nuestra economía familiar”.
Poquito más de dos minutos en televisión abierta bastó para que la ira y las burlas de los mexicanos estallaran en contra de los conductores y especialmente contra la señora Legarreta.
Ante ello y al convertirse en Trending Tópic en Twitter, la conductora no soportó los memes, las burlas y las críticas y desnudó una práctica que los especialistas denominan “infomerciales” y que no están reguladas por las leyes:
“A ver…Les platico que en un programa de televisión, los contenidos, menciones y secciones NO LOS ESCRIBIMOS los conductores… Y por lo tanto no todo son opiniones personales… Cualquier comentario escriban a la producción de @programa_hoy”.
Esa fue la explicación que la señora Legarreta otorgó a los televidentes ante las burlas en redes sociales.
Pero el affaire incluso, trajo a colación otros apoyos ilegales que la comunidad de los espectáculos en México otorga al PRI y al Verde
Ecologista Mexicano; por ejemplo los relacionados con las tarjetas sorianas y la imagen de algunos artistas para las campañas electores.
Y es que la señora Legarreta fue participante en dichos anuncios a favor de la tarjeta electrónica Soriana, esto en el climax de la campaña electoral en 2012, y Raúl Araiza también ha prestado su imagen a favor del Partido Verde en distintas ocasiones.
Por eso, en las redes sociales; específicamente en Twitter el consenso de los líderes de opinión mexicanos era ¿Quién pagó el comentario de la Señora Legarreta?.
Obviamente que Televisa es un emporio, y como un gran negocio no regala tiempo al aire. Así que el recurso financiero para pagar el “infomercial” tuvo que salir de algún área del gobierno; ¿Los Pinos?, ¿Comunicación social de la Presidencia?. ¿La Secretaría de Hacienda en manos del presidenciable Luis Videgaray o Banxico en manos de Cartens quien una vez dijo que la crisis financiera internacional haría que a México le diera un simple catarro?
Es decir, por donde se le vea, con la confesión de la Señora Legarreta, se documenta que en el affaire hay dinero público involucrado y que los infomerciales son práctica ilícita común.
Además, al perder los estribos en las redes sociales, la conductora en un país democrático y con instituciones transparentes, hubiera obligado a sus patrones; en este caso la televisora a ofrecer explicaciones a los ciudadanos del país.
Obvio, en México esto no es así; pero ello no elimina el hecho de que Televisa y la Presidencia de la República le deben al país la explicación de que si el infomercial fue diseñado para promover y recomponer la imagen presidencial en un contexto de crisis económica internacional y de bajo crecimiento de la economía mexicana.
En el fondo el affaire televisivo de la Señora Legarreta nos demuestra que -y ahora con más fuerza por el impacto de las redes sociales- el gobierno mexicano está dispuesto a todo, menos a reconocer sus culpas y sus errores en temas económicos y también en cualquier otro tema de la vida nacional y eso no es desde ahora; es desde siempre.
López Portillo decía que era el responsable del timón, no de la tormenta. Miguel de la Madrid acusó a su sucesor de robarse la partida secreta y luego desmintió sus aseveraciones. Carlos Salinas cuanto la crisis política y económica se llevaba al traste su sexenio acusaba a la “nomenclatura” a los “emisarios del pasado” de todos los males que desbarataban su gobierno.
Vicente Fox decía ¿Y yo por qué? y Felipe Calderón cuestionaba a propósito de su guerra contra el narco ¿Qué querían que hiciera? ¿Que los saludara? ¿Que los invitara a pasar? ¿Qué les llevara un café́?”.
Lo bueno es que ahora el gobierno federal, Televisa y su ¿talento? artístico no aguantan la crítica que se observa en las redes sociales.
Legarreta o sus guionistas o el gobierno federal usaron -como otras veces- un medio masivo de comunicación, en ese caso la televisión para no decirle la verdad a los mexicanos.
En realidad el alza en el precio del dólar si afecta a los mexicanos; si afecta a nuestra economía personal y familiar.
Si bien el alza en los precios no es súbita, en el corto plazo si afectará los precios de los productos que son importados del extranjero porque la mayoría de las transacciones comerciales internacionales se hacen en dólares.
En ese escenario, si bien puede decirse que nuestros indicadores macroeconómicos son excelentes hay datos inquietantes; por ejemplo México se convertirá en el mayor importador de carne de pollo del mundo el próximo año y también será el más grande importador global de maíz en el 2024, de acuerdo con proyecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. http://goo.gl/CkX2PL
El escenario no pinta bien para nuestra soberanía alimentaria con un peso en caída ante el dólar.
Adicionalmente a ello, si los empresarios mexicanos tienen deudas en dólares, pues las tendrán que pagar en dólares, pero a menos que exporten y vendan en dólares, su deuda aumentará.
¿Cuántos perderán su empleo con ello?
La caída del peso, -se dice- hace más competitivos nuestros productos en un mercado global y aumentan nuestras exportaciones porque nuestros productos se abaratan. Incluso es bueno para el turismo porque se abarata nuestra oferta de servicio.
Eso es cierto, pero solo hasta cierto punto. Inclusive eso no nos hace altamente competitivos porque nuestro modelo económico es fuertemente dependiente de lo que ocurra más allá de nuestras fronteras.
Ello porque exportamos manufacturas y dependemos también del flujo de inversión extranjera directa e indirecta para crecer.
Somos vulnerables a lo que ocurre en el resto del mundo porque nuestra productividad nacional es baja y además el mercado interno no despega.
México tiene el último lugar en productividad de los países que integran la Organización Mundial para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE)
Por todo ello, el asunto del infomercial de la Señora Legarreta y el Señor Araiza no es un asunto menor. Es un engaño.
Un engaño que afortunadamente miles y tal vez millones de mexicanos no se tragaron.
Ellos quedaron como los “idiotas útiles” de la televisión al servicio de los grupos actuales en el poder político.
Con todo y sus males y peligros; el debate está en las redes sociales; ahí -como ya lo hemos afirmado en otras ocasiones- se condensa la ira y la indignación mexicana.
Y esta indignación seguirá ahí por lo menos en el corto plazo porque los políticos no pueden manejarla, contenerla ni atajarla.
El reto para la sociedad civil es pasar del ciberespacio a la indignación pacífica en las calles.
El día que así sea, probablemente se acerque cada vez más.
Twitter: @GerardoCoutino
Correo: geracouti@hotmail.com
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