Chiapas más pobre con Francisco
Aquí uno se acuesta pobre y se
levanta más pobre. Carlos Monsiváis
El papa Francisco viene a Chiapas para ver cómo vive el estado más pobre de México pero se encontrará con el oropel y el dispendio. Le mostrarán la cara bonita: Indígenas con traje de domingo. Mucha gente bien. Funcionarios de saco y chamarras de diseñador.
La pobreza solo podrá conocerla por números. Sabrá que aquí el 48 por ciento de los habitantes padece hambre; que somos líderes en el país, y que nuestro más cercano competidor, Guerrero, está alejado por diez puntos, con un 38 por ciento. A nivel nacional, la cifra es todavía menor: 18 por ciento.
En 1990, Juan Pablo encontró entonces a un Chiapas menos pobre que el actual, 75.1 por ciento, contra el 76.2 que hallará Francisco, mayor gobernabilidad, y me atrevo a decir que menor corrupción.
La entidad, para desgracia nuestra, es hoy de las cuatro en el país que ha aumentado su pobreza. Las otras tres son Quintana Roo, Chihuahua y Baja California. Estamos a la cola de los estados más pobres de México.
Hace 25 años éramos menos pobres y más productivos; ahora hay más de 63 mil chiapanecos pobres que en 1990.
Juan Pablo II vio a un pueblo que parecía tener esperanza. Era muy desigual pero las cifras indican, siguiendo de nuevo a Coneval, que Chiapas era el quinto estado más desigual del país. Hoy, tenemos una medallita de primer lugar en el pecho en este rubro.
Hace un año, al publicar un análisis sobre Chiapas, la revista Nexos tituló su artículo “Chiapas, peor que ayer”. Y así se puede sintetizar la situación de la entidad al papa Francisco. Estamos peor que hace 25 años en casi todos los rubros.
La seguridad que ha sido uno de los aspectos que más han presumido nuestros gobernantes empieza a ser cuestionada, con los frecuentes asaltos a mano armada que sufren los empleados de negocios así como un incremento de secuestros.
En 1990, como ahora, éramos el estado con la más alta tasa de analfabetismo, carencia de energía eléctrica, agua potable y drenaje. Hace 25 años, el número de chiapanecos que no habían concluido la primara era del 34 por ciento, hoy es del 37 por ciento. Las personas que no saben leer abarca el 21 por ciento, mientras que a nivel nacional es del 9 por ciento.
En calidad de vida democrática también hemos descendido. En percepción de la corrupción, solo cuatro estados salen aprobados con una calificación superior a cinco: Hidalgo, Yucatán, Campeche, Aguascalientes y Colima. Nuestra entidad obtiene 3.4.
El Papa verá la opulencia de la clase política, pero mirará hacia otro lado e hilvanará un discurso en donde condene el abuso, la corrupción y la impunidad, para que nadie se sienta aludido. Hablará de la esperanza con que deben llenar sus estómagos los pobres, de la compensación en el cielo de los sufrimientos en esta tierra, pero no se confrontará con nadie. A todos, pobres, ricos, corruptos y desfalcadores dejará contentos y repartirá bendiciones.
Hablará en parábola, con generalidades, pero sabremos a quienes se dirigirá: “Cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano la vida en sociedad se vuelve terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte”.
Me gustaría, sin embargo, que fuera más directo. Pero eso es impensable. No vino a confrontarse con los políticos, sino a aliviar, dicen, a los pobres cada vez más pobres de México.
Es infantil esperar, o peor aún, exigir, a que alguien de fuera que venga a decir lo que como pueblo somos incapaces de hacer escuchar y cambiar. Él vino y puso los puntos sobre las íes, y creo que es mucho más de lo que tendría que hacer como líder religioso.
El Papa ya conocía algo de Chiapas, y ha sido crítico de los gobiernos desde joven, así que creer que desconoce la realidad o que se lo pueden bailar con pantallas es un pensamiento mediocre. Es obvio que el señor conoce la realidad.
No comparto toda la ideología católica, pero me queda claro que esta persona es inteligente y ha aprovechado para decir, desde su postura y lugar, lo que muchos quisiéramos que se diga. Y aunque sintamos que podría haber sido más directo, hay que agradecerle que tiene pantalones para decir lo que nadie más ha dicho en espacios como esos.
Y para muestra está Baillères, ¿qué dijo cuando recibió la Medalla Belisario Domínguez? ¿Criticó? No, solo alabó alos legisladores. ¿Y cuántas voces se alzaron? En fin…
Tiempo al tiempo, confirmarán que todo seguirá igual o peor que ahora, la soberbia no tiene limite, el mensaje de este señor de poco valdrá, harán caso omiso como siempre ha sucedido.
P.D. Todo lo indebido, al tiempo le llegara su justicia por si sola.
Ojala que la visita del papa Francisco, nos comprometa como pueblo para estar mas cerca de los pobres Jesucristo nos dijo «a los pobres siempre los van a tener a su lado» si los tenemos, y sin embargo no somos capaces de reconocer el rostro de Jesucristo en cada uno de ellos. Reconozcamos a Cristo, pobre, que sufre la injusticia de los poderosos, a Cristo sufriente, enfermo, despojado….