El Carlos Cuahtémoc Sánchez del sureste mexicano
El Carlos Cuauhtémoc Sánchez del sureste mexicano
Luis Fernando Bolaños Gordillo[1]
El pasado 23 de febrero, quien administra el perfil de Facebook de Manuel Velasco Coello –considero que él no maneja su cuenta- escribió un animoso saludo a la ciudadanía: Amigas y amigos muy buenos días. ¿Cómo amanecieron? ¿Ya listos para comenzar su día? Que tengan todos un feliz martes y no olviden que tenemos una cita en la próxima publicación!
Tres cuartas partes de la población están en situación de pobreza y no es porque no le estén “chingando” como dijo Raúl Araiza en su papel de representante de la fresocracia mexicana, sino porque los rumbos económicos de la entidad siempre han estado en manos de las oligarquías. Entonces ese efusivo, mañoso y convenenciero “muy buenos días” no encaja dentro de la calidad de vida promedio que prevalece en la entidad que espera otro tipo de mensajes de la clase gobernante. No falta el palero o el lamebotas que contesta ese mensaje en los mismos tonos e incluso con bendiciones hacia quien le pone la yunta encima.
En ese tenor de pintar de optimismo y buenas vibras a una entidad que se desmorona a pedazos, principalmente en lo económico, quien o quienes se encargan de escribir en Facebook, no tienen empacho alguno en redactar con tonos propios de la clase bien, aquella que no sufre de desempleo, bajos salarios, inseguridad y otros problemas que ya son exclusivamente parte del pueblo, mensajes de este tipo: “Lo más padrísimo es que en este año que ya empezó ya no pagamos Tenencia»: María del Carmen, abogada. En #Chiapas ya le dijimos #AdiósALaTenencia, los invito a conocer los testimonios de quienes ya se benefician con esta medida de apoyo a la economía familiar. #Únete.
Es cuestionable la dimensión ética de la comunicación social –yo en lo particular lo denominaría aparato informacional unidireccional y cínico- de quienes disfrazan la miseria con bonanza y que utilizan el Chiapasionate para presentar a nivel nacional e internacional, a una entidad que camina hacia su desarrollo. Los mensajes de agradecimiento y reconocimiento a Manuel Velasco de parte de algunos usuarios, o son reflejo de que el trabajo comunicacional está cumpliendo con sus cometidos o que hay que hacer uso del autoelegio para generar una imagen emergente,
El Facebook de Velasco Coello juega –término apropiado- a interactuar con los seguidores de la página en tonos entusiastas y optimistas. ¿Acaso no existe la pobreza, corrupción, encubrimiento, tramas, enredos, intereses, compadrazgos, conflictos de intereses y muchas cosas más que son propias de los estados fallidos? “Amigas y amigos buenos días! ¿Están de acuerdo con esta frase? ¿Ustedes qué piensan? Les mando un fuerte abrazo y nos vemos más adelante en una nueva publicación!”
Ahora al brillante equipo de trabajo en redes le dio por poner al güero como el Og Mandino del Sureste mexicano, una mezcla de Miguel Ángel Cornejo y Carlos Cuauhtémoc Sánchez, dispuesto en todo momento a compartir frases propias de la meritocracia y de la teoría del capital humano que no dan lugar para la autocrítica. Un gobierno apoteósico, capaz de endiosarse a sí mismo y presentarse bajo un halo de buenas intenciones y perfección, es más bien reflejo de un autoritarismo simbólico que no da paso al derecho de réplica o las inconformidades.
Si se toma esto literalmente, podría ser síntoma de que las y los chiapanecos necesitamos mensajes de autoayuda, que subestimamos nuestra grandeza, autoestima, capacidad de crecer y que ese tipo de mensajes aparte de darnos fortaleza y certeza, nos ayudarán a encontrar el camino en un Chiapas que tiene oportunidades para todos. Ese discurso atenta contra la razón, hay un alejamiento de una realidad que no es tan agradable pero que puede superarse con fe, optimismo, amor, amistad y todos esos valores que prevalecen en ese tipo de literatura.
Existe en ese enfoque informacional un reduccionismo entusiasta que intenta llenar un vacío de gobierno, una ausencia y, obviamente, la falta de respuestas de una instancia que no sabe escuchar. Las soluciones que necesita Chiapas no son fáciles y no están precisamente en esta insistencia meritocrática. Solo hay que observar la situación de la entidad para darnos cuenta de que los rumbos no son nada favorables y que los discursos no ayudan en nada, ya que en esa agenda no figuran los verdaderos temas de interés.
El lunes pasado este estado de ánimo que distingue en redes a Velasco Coello, también se imprimió de un toque poético para anunciar un convenio: Amigas y amigos muy buenas noches, ¿Cómo va su lunes? Lunes de luna llena, ¿Ya la vieron? Nosotros acabamos de firmar un convenio con la Suprema Corte de Justicia de la Nación para construir más juzgados en #Chiapas, especialmente en la frontera sur y acercar la justicia a más chiapanecos. Agradezco al Ministro Presidente, Luis María Aguilar Morales, al Ministro Alberto Pérez Dayan y al máximo tribunal de nuestro país por apoyar a nuestro estado
Pareciera que ese entusiasmo estuviese enmarcado en un estado de bonanza y con la percepción de que la ciudadanía que tiene acceso a internet y tenga una cuenta en esa red social, se identifica totalmente con el joven mandatario, que en los últimos días no las ha traído todas consigo con el asunto del endeudamiento del estado, aspecto que ha sido denunciado únicamente por la prensa alternativa.
Es lamentable el hecho de que la comunicación social esté decayendo a tal grado de que no permita la retroalimentación con los sectores inconformes, en redes solo aparecen posts de agradecimientos, felicitaciones y reconocimiento, lo que más bien habla de una autolegitimación que no está tomando rumbos inteligentes y que tarde o temprano se les escapará de las manos.
El trabajo informacional aparte de ser decadente y engañoso, no tiene novedades y le encuentro muchas simetrías con el desparpajo priísta setentero de José López Portillo; es una mezcolanza entre populismo y meritocracia en el que se adaptan los recursos verbales y visuales según la ocasión. Esto tiene una marcada laxitud en sus cuestiones éticas, porque las cualidades que se le atribuyen a la imagen de Velasco Coello no siempre están en sintonía con la realidad.
La unilateralidad del aparato informacional influye para que la opinión pública piense o se exprese de manera favorable de los personajes de la clase política chiapaneca, gracias a la institución de cierto tipo de imágenes, discursos, cualidades, calidad humana y otros aspectos más que son vinculados con la historia de vida de quien paga estos servicios que no son para nada baratos.
El posicionamiento de la imagen de Manuel Velasco Coello no es reciente, es producto de un proceso sutil desde que era diputado local y una manera simplista de definirlo es que es un político joven que ha subido escalón por escalón al lugar en donde está. Las realidades que se construyen alrededor de su imagen –económica, política, educativa o cultural- están alteradas, y pareciera que los que únicamente se dan cuenta de eso son quienes se instalan en una comunicología crítica o la cada vez más evidente ardidocracia.
Los recursos visuales o discursivos se le están agotando a los asesores de imagen de Velasco Coello, y los lenguajes verbo-corporales ya no pueden disimular esa distorsión, porque cada vez son más evidentes las inconformidades que se hacen a través de la contrapropaganda que ha encontrado un lugar significativo en internet, principalmente en blogs y redes sociales.
El endiosamiento es muy marcado en el trabajo de imagen del gobierno estatal y a esos genios no les ha caído el veinte de que la gente ya no se cree esos spots tendenciosos, el triunfalismo o la mesura con la que supuestamente se maneja el gobernador en todo momento. En este sentido, cuestiono si quienes hacen ese trabajo creen que están cumpliendo bien con su encomienda o han llegado a tal grado de tragarse sus propias píldoras y creen que viven en una entidad con altos índices de desarrollo humano.
Esa unilateralidad propicia la creencia (porque no creo que haya bases metodológicas) de que bastan muy pocos recursos para fijar la imagen de un gobierno bueno e incluyente, y que quienes se atrevan a cuestionar esto no son más que personajes salvajes, repugnantes e irracionales que buscan desestabilizar a una entidad que camina hacia el desarrollo.
El desenmascaramiento de esta apoteosis –elitista, por cierto. es importante para analizar no solamente qué grado de verdad o mentira lleva cada discurso o imagen, sino cómo nos ven desde esas esferas, ya que las fronteras entre la apoteosis y el totalitarismo son muy sutiles y quien se sienta en esta última instancia puede convertirse en un tirano, represor u homicida.
La parte instituyente se legitima permanentemente a sí misma, asume una posición universalista que lejos de conseguir su objetivo de homogeneizar la información, consigue un empobrecimiento de la imagen de sus representantes, lo que indica que no toda la sociedad se chupa el dedo. Los intentos de eliminar las diferencias de pensamiento mediante el uso de la comunicación social representa un supremo empobrecimiento para la parte que lo practica; pero esa meritocracia en la que se han instalado hace que no se den cuenta y crean que Manuel Velasco tenga una aceptación total cuando en realidad no pasa de ser simplemente un ícono con un cuestionable enunciado valorativo.
Las redes sociales del gobierno estatal crean fronteras políticas y culturales entre los “buenos” (quienes construyen sus propios criterios de verdad, justicia, y eficiencia) y los “ardidos” que únicamente ven el lado malo de las cosas, los emocionalmente disociados cuya única catarsis es escribir febriles columnas donde quedan al desnudo sus frustraciones.
[1] Profesor e Investigador de Tiempo Completo de la Licenciatura en Comunicación Intercultural de la Universidad Intercultural de Chiapas; forma parte del Cuerpo Académico Lenguas y Discursos Culturales en la Frontera Sur y trabaja temas sobre culturas juveniles, diversidad cultural y contracultura; Doctor en Ciencias Sociales y Humanísticas por el Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.
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