2016, un Chiapas diferente
En 2016 tendremos un mejor Chiapas, mejores gobernantes y ciudadanos más responsables y participativos.
El gobernador dejará de hacer campaña en otras partes de México y se enfocará a su verdadera tarea, que es el de llevar bienestar a la sociedad chiapaneca. Dejará de gastar mil millones en publicidad para dedicarlos al desarrollo integral de las niñas.
Gobernará mirando cómo mejorar la condición del 76.3 por ciento de chiapanecos pobres, en lugar de ver hacia los reflectores, las cámaras de televisión y los micrófonos radiales.
El presidente municipal de Tuxtla por fin asentará cabeza. Tendrá buenos asesores y pondrá sus energías no a la justa electoral de 2018 sino a las necesidades apremiantes de las tuxtlecas de 2016.
Pavimentará una calle por día, dejará de estar bajando bustos cagados por palomas y se abstendrá de encontrar como enemigos a las personas que cuidan, barren y se apropian con las mejores intenciones de los espacios públicos.
Dejará de convertirse en bufón para ser realmente un presidente municipal de propuestas serias y creativas. Por eso, lo respetaremos. Y es urgente para todos. De su llegada fraudulenta a la presidencia la olvidaremos por un rato, con tal de contar con una mejor y más habitable ciudad.
Los otros presidentes municipales serán en este 2016 modelo de honestidad, eficiencia y dedicación. Harán obras pensando en las nuevas generaciones y los licitarán de forma transparente y equitativa, sin otorgárselas a sus compadres o a sus familiares.
Los funcionarios, en este escenario de un Chiapas renovado, se abstendrán de la rapiña y del saqueo, porque han palpado que la entidad camina de reversa, sin circulante suficiente y con familias que de ricos o clasemedieros se convirtieron en pobres, y de pobres en miembros de la extrema pobreza.
Hacía años, y ellos lo saben, que no se vivía una sequía tan angustiosa como ésta, que si no fuera por los numerosos profesores y burócratas, los pueblos de nuestra entidad estarían totalmente paralizados.
En este 2016 las profesoras –y profesores, porque espero que no se sientan excluidos cuando hablo en femenino– completarán un ciclo escolar sin ausencias en las escuelas. Sé que deben luchar por sus derechos, pero no descuidarán las clases en el aula.
Los periodistas seremos más parciales y más profesionales. Simpatizaremos con los pobres y criticaremos a los funcionarios corruptos. Mostremos errores con el ánimo exhibir pero también con el propósito de que la autoridad investigue y castigue a los delincuentes disfrazados de políticos.
El Congreso del Estado será un contrapeso esencial del mando autoritario del gobernador, y guiado por su prudencia y tino político, aprobará leyes adecuadas para este 2016 y para los años venideros.
Los partidos políticos de oposición no serán comparsa, ni coto de una familia o del gobernador, tampoco un club de amigos, sino espacios verdaderos de discusión y propuestas de políticas públicas.
Los hombres y mujeres defenderán sus derechos. Denunciarán los atropellos y no se dejarán cooptar por la oferta casquivana del Estado.
En ese Chiapas diferente, brillante, tenaz, profesional, honrado y, sobre todo, sin impunidad, he soñado despierto en este día de los Santos Inocentes. Y se vale. ¡Feliz día!
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