Los enredos del Ayuntamiento tuxtleco
Ayer miércoles, el Ayuntamiento de la capital Tuxtla Gutiérrez dio una muestra más su verdadero perfil; está al servicio de los poderes fácticos estatales y no al de los ciudadanos.
Lo que ya parece innegable, es que esa realidad ya no puede ser ocultada, a pesar del poco tiempo que la nueva administración tiene con las riendas de la comuna local.
Hace algunos días, un grupo de ciudadanos se avocó a la tarea de regresarle su identidad al emblemático parque de “Joyyo Mayu”, identidad que la administración le arrebata nombrándolo “Parque Salomón González Blanco” en honor del ex gobernador chiapaneco, Senador por Chiapas y Tabasco y Ex secretario del Trabajo.
Salomón González Blanco es el padre del ex gobernador José Patrocinio González Garrido, y abuelo de Senadora con licencia y actual Procuradora de la República, Arely Gómez González.
Este grupo de ciudadanos se apersonan en el Parque, en un contexto de conflicto poselectoral local, pero sobre todo, en medio de una total indiferencia gubernamental ante el ansia de los tuxtlecos de construir ciudadanía.
En dichas instalaciones estaba proyectada la construcción de un equipamiento urbano que atentaría contra un pulmón de la ciudad, y que al parecer dicho proyecto está detenido.
Pero el día de ayer, trabajadores del Ayuntamiento tuxtleco se presentaron en las instalaciones del parque recreativo y destruyeron las letras que con el nombre original, el grupo había diseñado.
Los trabajadores municipales evidentemente que cumplían órdenes superiores.
El incidente escaló porque los mismos ciudadanos -ya indignados- subieron a las redes sociales las fotos de lo que consideraron un abuso de las autoridades locales.
Pero de manera sorprendente, poco tiempo después el propio presidente municipal Fernando Castellanos Cal y Mayor sube a su cuenta de Facebook un texto donde afirmaba que el parque se “ha llamado; se llama y se llamará por siempre Joyyo Mayu”.
El alcalde informó incluso que giró instrucciones a la Secretaría de Servicios Públicos Municipales para que retiraran el busto del político chiapaneco y se buscara un espacio para su reubicación.
El asunto no quedó ahí
El propio presidente municipal se apersonó en las instalaciones para retirar el busto de Salomón González Blanco en unas escenas que demuestran que dicha acción estuvo de más.
Los memes con la imagen del presidente de la comuna tuxtleca no se hicieron esperar en las redes sociales.
De manera increíble, tampoco el incidente paró con las acciones encabezadas por el presidente Castellanos Cal y Mayor.
Ya en la noche, la Secretaría de Servicios Municipales del Ayuntamiento tuxtleco, intentó enmendar la acción populista del presidente municipal y afirmó en un boletín oficial que habrá acciones de limpieza en el parque y que además el busto quedará bajo resguardo para ser reubicado en el mismo parque como un reconocimiento al fundador de dicho espacio público.
Para terminar el cuadro de la acción populista municipal, el propio Gobierno del Estado en un boletín de prensa ya entrada la noche, expresó sus disculpas a los familiares de Salomón González Blanco -es decir al ex gobernador González Garrido y la Procuradora Arely Gómez- y se manifestó porque la asignación de nombres a los espacios públicos se realice con apego a la ley.
Es decir, el enredo propiciado por la indefinición de las autoridades locales, elevó el conflicto a otros niveles.
Lo que demostró que en la comuna tuxtleca los enredos están a la orden del día.
El resultado de la acción populista terminó desnudando el verdadero sentido y perfil del ayuntamiento capitalino:
1.- No promueve la necesaria construcción de ciudadanía.
2.- Es una administración de reacciones, no de propuestas y de iniciativas.
Por eso, la ciudadanía tuxtleca comienza a hacerse ya preguntas de fondo sobre nuestras autoridades.
¿A dónde va el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez?
Probablemente ni el mismo grupo político que rige los destinos de Tuxtla lo sepa, y solo se dedique a las acciones populistas, que confunden con iniciativas populares.
¿Va el Ayuntamiento hacia la construcción de una plataforma política que los catapulte hacia la gubernatura estatal?
Es más que probable que piensen en ello. Con toda seguridad lo hacen, el asunto es que el desgaste pos electoral no garantiza que el sueño de gobernar Chiapas se cumpla.
Esto porque dicho desgaste provocó la indignación local y la política de reaccionar y no proponer del grupo político que gobierna la ciudad terminará por tener un costo político.
¿Cumplir las promesas de campaña?
Tampoco se podrá porque los compromisos fueron demasiados, y las necesidades de los tuxtlecos se multiplican exponencialmente.
Aunado a ello, la opacidad y la falta de transparencia no le permiten saber a los ciudadanos el verdadero estatus de los asuntos municipales, sobre todos los de la deuda y de los compromisos financieros por ejemplo de SMAPA.
Seguramente los enredos intentan ocultar la verdadera naturaleza de los asuntos trascendentales del Ayuntamiento, que están al servicio de la clase política, la cual se cubre y protege como puede.
Tal y como lo demuestran los documentos que están contenidos en el sistema de acceso a la información estatal, y que demuestran que las promesas de cárcel a los responsables del desastre municipal entre otros asuntos son pura retórica.
No se podrá castigar a los “aviadores” porque sus nombres están reservados para cualquier investigación.
Tampoco habrá forma de realizar investigaciones sobre el estado de las finanzas municipales -salvo lo que las autoridades quieran informar- porque las auditorías también son información reservada.
Por si fuera poco, la fuente de indignación de los tuxtlecos, las obras del proyecto denominado “Que Viva el Centro”, tampoco podrán ser conocidas y muchos menos castigadas, puesto que también los informes están clasificados.
El Ayuntamiento tuxtleco está enredado, es víctima de conflictos y de los juegos de poderes de la clase política estatal.
Su función de proteger a los ciudadanos está en entredicho y solo protege a la clase política. Por ello no habrá castigo para quienes nos han saqueado.
Para Tuxtla vienen más años de oscurantismo. Solo la clase política cree que vivimos en el paraíso.
A pesar de ello se indignan de las iniciativas ciudadanas.
No ven que ello responde a sus propios enredos, que a cómo vamos, lo más seguro es que sigamos viendo muchos más.
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