Las industrias culturales y periodísticas en la construcción de estereotipos y odio hacia los árabes y el Islam
LAS INDUSTRIAS CULTURALES Y PERIODÍSTICAS EN LA CONSTRUCCIÓN DE ESTEREOTIPOS Y ODIO HACIA LOS ÁRABES Y EL ISLAM
Luis Fernando Bolaños Gordillo[1]
¿Es posible construir desde las industrias culturales o los enfoques periodísticos de los noticiarios televisivos una cultura del odio hacia ciertos individuos, grupos, religiones, partidos políticos e incluso pueblos y naciones? Ser consumidor de noticias, películas o series televisivas, por ejemplo, puede volverlo a uno parte de un tribunal masivo, en el que reporteros, conductores estelares, directores, actores o guionistas, pueden asumir los roles de fiscales y jueces de diversos acontecimientos donde no hay, por supuesto, el derecho de réplica para los condenados que generalmente son de una cultura que desconocemos.
Los alcances nacional e internacional de un espacio informativo o cualquier producción de un emporio comunicativo, aunados a su infraestructura tecnológica, capacidad de transmitir en vivo, políticas editoriales, relación con los poderes políticos y económicos globales, enfoques periodísticos e incluso la manera de presentar la información o la producción de un programa, pueden ser determinantes para construir y dirigir una opinión pública desfavorable hacia cierto sector, que se puede traducir en odio, deseo de justicia, venganza y visto bueno para el ejercicio de una violencia justificada.
El tribunal masivo de los países del primer orden y, por ende, el de los países en vías de desarrollo –como amablemente nos dicen diversos organismos internacionales- ha juzgado y condenado a la cultura árabe y la religión islámica, aprobando la declaración de una guerra al terrorismo, sin más referentes que las imágenes de la cobertura de los atentados en París suscitados el pasado 13 de noviembre. En dichos sucesos fallecieron más de 139 personas de diferentes nacionalidades y el Estado Islámico asumió su responsabilidad, aumentando con ello el estado de psicosis de la población francesa, de otros países europeos y Estados Unidos.
El estado de psicosis no solamente fue causado por las declaraciones del Estado Islámico, que en enero pasado había atentado contra personal del diario Charlie Hebdo; también es generado por el tratamiento periodístico de la información que se transmite en los noticiarios televisivos, que lleva como distintivo la estrategia general imperialista de la presentación negativa del mundo árabe y de la religión musulmana, así como la autorepresentación positiva de lo occidental, que se asume como víctima de una cultura calificada desde las industrias culturales y periodísticas como beligerante, terrorista, violenta y extremista, religiosamente hablando.
Con base en lo anterior cuestiono sobre qué tanto sabemos de la cultura árabe y la religión musulmana, para emitir juicios de valor que justifiquen una guerra de gran magnitud, pensando en los alcances de las diferencias entre culturas y religiones, los comportamientos racistas, la permanente colonización cultural y las ficciones que pueden construirse unilateralmente desde los medios masivos que a su vez influyen en nuestra falta de autocrítica y perspectiva.
Todorov (1991) habla de la posibilidad de llevar los juicios más allá de las fronteras y que en este sentido existe en nuestra condición social lo concerniente a lo universal y lo relativo, que son usados para fijar cierto tipo de posicionamientos. Lo primero está íntimamente relacionado con el etnocentrismo, definido como el hecho de elevar, indebida y arbitrariamente, a la categoría de universal los valores de la sociedad a la que uno pertenece, aunque no sean positivos para el buen vivir.
El etnocentrista es, por así decirlo, la caricatura natural del universalista. Éste, cuando aspira a lo universal, parte de algo particular, que de inmediato se esfuerza por generalizar; y ese algo particular tiene que serle necesariamente familiar, es decir, en la práctica debe hallarse en su cultura (Todorov, 1991:21).
El etoncentrismo para posicionar su pretensión universal echa mano de lo relativo, entendido por Todorov como contenidos particulares preponderantemente nacionalistas elaborados desde cúpulas de poder. Lo relativo abona a lo universalista con cierto tipo de ideas sobre lo político, cultural o religioso, abre un campo en el que las industrias culturales o periodísticas separan a los buenos de los malos, a los políticamente correctos de los extremistas, de un cristianismo puro y lleno de bondad de un islam bárbaro que realiza terrorismo en nombre de su dios y su profeta.
El desconocimiento sobre el otro ha sido el que ha hecho que árabes y occidentales desconfíen el uno del otro, pero ¿somos realmente tan diferentes? La brecha entre ambos mundos continúa. Los árabes suele recurrir a imágenes simplificadoras y distorsionadas (con frecuencia) sobre Occidente, tratan de preservar su identidad y protegerse frente a la Westoxication. Mientras que Occidente los sigue viendo como bárbaros, violentos, terroristas y extremistas religiosos. Por todo ello, existe la necesidad de realizar un esfuerzo para propiciar un mejor conocimiento que los aproxime (http://www.esglobal.org/estereotipos-arabes-y-occidentales/).
Esos estereotipos negativos son impuestos sutilmente en películas, libros, comics, series televisivas, documentales, memes, etc., donde se posicionan mensajes anti árabes y antimusulmanes, aunque habría que aclarar que los musulmanes son los practicantes del islam, y pueden ser de cualquier país; y los árabes son los habitantes de los países donde se habla este idioma (Arabia Saudi, Emiratos Árabes, Egipto, Marruecos, Líbano), pero la manera en que se imponen estas ideas hacen que se tomen por igual por sociedades como la nuestra que no tiene muchas opciones para informarse adecuadamente.
Los árabes son frecuentemente estereotipados como villanos en las caricaturas de la televisión los sábados en la mañana—por ejemplo, “Batman” de la Red de los Niños de Fox. Esta caricatura representa a árabes fanáticos, de complexión oscura armados con sables y rifles como aliados de un conspirador “extranjero” para tomar la Tierra bajo su poder. Hace pocos años, las tiendas Spencer Gift vendieron máscaras “árabes” con características físicas grotescas para la víspera de Todos los Santos, junto con su usual arreglo de máscaras de duendes, demonios y vampiros (Wingfield y Karaman.
Así como Nietzsche (2008) habló de lo apolíneo y lo dionisiaco en El origen de la tragedia, al describir las diferencias entre dos tipos de belleza, de percepciones de un mundo, a su juicio artificialmente limitado por la apariencia; Eco hizo una comparación similar con los apocalípticos y los integrados, siendo estos últimos receptores pasivos de la construcción de un mundo políticamente correcto que se separa de otro supuestamente oscuro y siniestro.
Lo “titánico” y lo “bárbaro” le parecían al griego apolíneo estados provocados por lo dionisiaco, y ello sin que pudiese engañarse respecto de la afinidad profunda que lo acercaba a esos titanes y héroes vencidos Hasta hubo de sentir algo más su existencia entera, con toda su belleza y su medida, lo dionisiaco le mostraba de nuevo el fondo del abismo. ¡Y no obstante, Apolo no pudo vivir sin Dionisio! (Nietzsche, 2008:37).
Es difícil, dado el condicionamiento de las cadenas informativas y las industrias culturales, ver a la cultura árabe o la religión musulmana desde otra dimensión que no sea la de los estereotipos impuestos por décadas. A esto se suma el hecho de que los medios electrónicos tienen más penetración que los impresos (donde hay más diversidad de opiniones), provocando que dicha cultura y religión sean vistas como enemigas de occidente: el bloque del mal, aunque esto también es visto así desde la otra perspectiva.
Es común que en una película hollywoodense (elijan la que mejor ejemplifique esta idea) que un personaje árabe por lo general encarne a un villano secundado por terroristas o fanáticos religiosos con chalecos bomba, que al final de cuentas son derrotados por Arnold Schwarzenegger, Silvester Stallone, Bruce Willis o cualquier otro héroe apolíneo que porte las banderas de los Estados Unidos o la Unión Europea, en medio de bombazos, metrallas y un país al que salvar.
La televisión incita a la dramatización, en un doble sentido: escenifica en imágenes, un acontecimiento y exagera su importancia, su gravedad así como su carácter dramático, trágico (Bordieu, 1996: 25).
La violencia, la xenofobia, machismo, intolerancia, exclusión, feminicidios, están presentes en todos los pueblos y culturas, y las visiones estereotipadas sobre la cultura árabe y la religión musulmana presentadas por las industrias culturales y los emporios noticiosos son parciales, tendenciosas, carentes de objetividad y de razonamiento crítico que justifican sutilmente la victimización occidental.
Para Sartori (1998) la opinión está teleridigida y la información noticiosa condiciona, políticamente hablando, nuestra vida y condición social, lo que pone en entredicho la objetividad de los medios y la calidad de los productos audiovisuales de las industrias culturales al referirse a contextos que nos son desconocidos.
Cuanto más se abre y se expone una opinión pública a flujos de información exógenos (que recibe del poder político o de instrumentos de información de masas), más corre el riesgo la opinión del público de convertirse en “hetero- dirigida”, como decía Riesman (Sartori, 1998: 70 y 71).
La atención periodística televisiva europea y norteamericana se centraron en buena medida en enfoques sentimentalistas que comenzaron a posicionar historias de vida que quedaron truncadas con los atentados, en un marco de indefensión ante un mundo bárbaro.
Los Ángeles (EE.UU.), 15 nov (EFEUSA).- Familiares y amigos de la estudiante de 23 años Nohemí González recuerdan a la hispana como una «estrella brillante» que soñaba con ir a París e hizo todo lo posible para lograrlo, sin imaginar que engrosaría la lista de víctimas mortales del atentado más letal en la historia reciente de Francia.
En este sentido, el lema Pray for París, el filtro de la bandera francesa sugerido por Facebook para solidarizarse con las víctimas de los atentados, los discursos de los mandatarios de diferentes naciones y el tratamiento periodístico, generaron una opinión pública desfavorable para el islam y los países árabes que justificaba la declaración de guerra al Estado Islámico y al terrorismo en general, que en realidad no es un asunto nuevo.
El sentido universalista de los atentados suscitados en París, vistos como un ataque a la humanidad entera, puede ejemplificarse con el mensaje del mandatario norteamericano propagado por los emporios periodísticos:
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró este viernes que los atentados ocurridos en París no son solo contra «el pueblo de Francia», sino que «son un ataque contra la humanidad». En una comparecencia en la Casa Blanca, Obama aseguró que las autoridades estadounidenses están preparadas para asistir al Gobierno francés. Obama agregó que «es una situación desgarradora y obviamente aquí en Estados Unidos sabemos lo que es y hemos pasado por esas situaciones» (http://www.cnnexpansion.com/economia/2015/11/13/obama-condena-los-ataques-en-paris)
. A esta declaración se sumaron las de los mandatarios de diversos países, entre ellos la de Enrique Peña Nieto, lo que generó a su vez un asomo de un sentido de autocrítica de ciertas minorías que se hicieron notar en las redes sociales, principalmente Facebook, para dar cuenta del enfoque universalista de los atentados en la capital francesa, que hacen que olvidemos los miles de muertos en nuestro país, producto de la hasta ahora fallida guerra contra el narcotráfico.
En redes sociales aparecieron infinidades de mensajes que categorizaban el suceso, al grado de afirmar que habían muertos de primera categoría –los de los países desarrollados- y de segunda, que en el caso del contexto mexicano, se refieren a los ejecutados por el crimen organizado o desaparecidos, como el caso de los 43 jóvenes de la Normal Rural de Ayotzinapa, que hasta la fecha no está plenamente resuelto.
Y además de ser el “mensaje“, la CNN, junto con las otras cadenas internacionales (que hegemonizan la comunicación masiva a nivel planetario) determinan lo que es “importante” (valoración de las noticias) y lo que es “secundario”, además de decidir qué ingresa o no (selección de las noticias) en el flujo informativo diario (https://gonzaloantinwo.wordpress.com/2010/09/17/cadenas-televisivas-manipulan-la-realidad/)
En ese asomo minoritario de críticas al imperialismo, infinidad de posts hacían alusión a poner atención a las matanzas diarias en Irak, Afganistán, África y Medio Oriente, a los bombardeos turcos en el norte de Irak, entre otros temas, como la violencia que priva en México, que deberían estar también tanto en las agendas de los gobiernos como en la opinión pública.
Incluso, como muestra de su poder y penetración mundial, los grandes emporios informativos se asumieron, en un acto de vanidad e incongruencia, como ejemplos periodísticos, como si quisieran dar cátedra en materia de coberturas noticiosas en hechos violentos donde, por supuesto, los villanos son los otros.
Las redes sociales no fueron la única forma de informarse del atentado de París la noche del viernes. Los medios de comunicación, especialmente los digitales, supieron reaccionar a tiempo para explicar minuto a minuto la confusa situación que se vivía en la capital francesa, en un atentado en el que murieron más de 129 personas. Estas son las conclusiones que sacamos en este especial #Tienesqueverlo de los ejercicios periodísticos más relevantes e innovadores de las últimas horas. Los grandes referentes de la innovación periodística -The New York Times y The Guardian, especialmente- desarrollaron sendas cronologías interactivas para hacer comprender a los usuarios la magnitud de los hechos y el modo en que se produjeron. Supieron mezclar distintos lenguajes -mapas, fotografías o vídeos de testigos- para situar la acción y hacer atractiva la información. Es especialmente brillante el ejemplo de los estadounidenses, que integran un vídeo con Google Earth además de una infografía con el minuto a minuto del atentado de París.
http://blog.rtve.es/lablogatorio/2015/11/atentado-de-paris-5-lecciones-cobertura-informativo.html
¿Qué sigue después de este afán de posicionar una imagen negativa de la cultura distinta?
Referencias
Bordieu, Pierre (1996). Sobre la televisión. Anagrama. Barcelona.
Esglobal (2013). Estereotipos: árabes y occidentales. 9 de julio. Recuperada de 2013http://www.esglobal.org/estereotipos-arabes-y-occidentales/
Fernandez, Gonzalo (2010). El medio es el mensaje: Cómo manipulan la realidad las grandes cadenas televisivas. 17 de septiembre. Recuperado de https://gonzaloantinwo.wordpress.com/2010/09/17/cadenas-televisivas-manipulan-la-realidad/
Lablogatorio (2015). Atentado de París: 5 lecciones de una cobertura informativa. 17 de noviembre. Recuperado de http://blog.rtve.es/lablogatorio/2015/11/atentado-de-paris-5-lecciones-cobertura-informativo.html
Nietzsche, Friedrich (2008). El origen de la tragedia. Ediciones Terramar. Buenos Aires.
Sartori, Giovanni (1998). Homo videns. La sociedad teledirigida. Taurus. México.
Todorov, Svetan (1991). Nosotros y los otros. Reflexión sobre la diversidad humana. Siglo XXI Editores. México.
Wingfield, Marvin y Karaman, Bushra (2010). Estereotipos árabes y los educadores americanos. Early Childhood Equity Alliance/La Alianza para la Equidad Infantil. Recuperado de http://www.teachingforchange.org/wp-content/uploads/2012/08/ec_arabstereotypes_spanish.pdf
CNN Expansión (2015). Líderes mundiales condenan los tiroteos en París. 14 de noviembre. Recuperado de http://www.cnnexpansion.com/economia/2015/11/13/obama-condena-los-ataques-en-paris
Poner esto en un cuadrito
Hay canciones que a la larga dejan de ser clásicas para convertirse en una especie de profecía que anticipa un futuro no promisorio. Tal es el caso de La ruleta ruso-americana, del rockero español Miguel Ríos, que a mediados de los ochenta describía en el LP La Encrucijada, un imaginario lleno de guerras, muerte y, principalmente, imperialismo.
Cierren sus contratos, firmen sus tratados, compren el mejor arsenal. Jueguen a la guerra, hagan sus apuestas, comprueben que el misil manda más. El nombre del juego, venta de armas para la disuasión. Esta es la ruleta rusa americana. Rojo, sangre; negro luto; la bolita de la Tierra va perdiendo el culo por los picotazos del halcón. Y así se jugaron Vietnam, Afganistán Centro y Sur América, la Europa nuclear, Oriente medio y mucho más, la humanidad convertida en carne de cañón.
[1] Profesor e Investigador de Tiempo Completo de la Licenciatura en Comunicación Intercultural de la Universidad Intercultural de Chiapas; forma parte del Cuerpo Académico Lenguas y Discursos Culturales en la Frontera Sur y trabaja temas sobre culturas juveniles, diversidad cultural y contracultura; Doctor en Ciencias Sociales y Humanísticas por el Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.
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