Legalización de las drogas, ideología económica y consecuencias prácticas
Gran debate nacional ha causado la decisión de una de las salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que a partir del momento de dicha determinación; se permite la siembra y el autoconsumo de mariguana con fines recreativos a cuatro mexicanos.
Ante la decisión de los ministros, la primera consecuencia será que se espera una cascada de amparos que permitirán que miles de mexicanos hagan uso efectivo del derecho avalado por la corte de fumar mariguana si así lo desean.
Los que saben de leyes dicen que la Ley General de Salud prohíbe el cultivo para el autoconsumo de la mariguana y que los artículos de esa ley están vigentes. Pero el fallo de la Corte a favor de los cuatro amparados establece un precedente legal; se necesitan otros cuatro amparos para que dichos artículos sean inconstitucionales; en ese momento, la Cámara de Diputados deberá legislar para enmendar los artículos de la ley de salud; sino lo hace, estos automáticamente dejarán de ser válidos.
Es decir, no hay vuelta atrás, la siembra y el autoconsumo de mariguana con fines recreativos es ya un asunto legal.
La decisión es controvertida, pero no se le pueden negar dos cosas: primero que es acorde con la tendencia mundial de legalizar la mariguana y algunas otras drogas; y también que dicha decisión de la Corte está en sintonía con las aspiraciones de respeto a las libertades individuales y por ende a las decisiones también individuales.
El mismo ministro Arturo Saldívar, quien encabezó los dictámenes dijo que “La Constitución –mexicana por supuesto- permite que cada individuo elija su plan de vida y adopte el modelo de virtud personal que considere válido, en tanto no afecte a los demás”.
Con ello, la corte suprema vio el asunto como un tema de libertad de elección.
Por su parte, el gobierno federal en la voz misma del presidente Peña Nieto fijó su posición y lo hizo de manera personal; no lo hizo como estadista, en un momento de la vida nacional que definirá en muchos sentidos el futuro de México en los años que vienen.
Dicha posición personal del presidente de la República fue la de oponerse a la legalización de la mariguana y convocar a un debate nacional, cuando ya era un hecho consumado su legalización. En otras palabras, ese es un posicionamiento que ya llega demasiado tarde.
Tal vez Peña Nieto lo hizo pensando en el futuro político de su partido, que con todo; todavía tiene una base social o voto duro bastante respetable, sobre todo en personas maduras, las cuales la inmensa mayoría seguramente están y estarán en contra de la legalización de esta droga que los expertos denominan recreativa.
Ahora bien, ¿Por qué se dice que la decisión está acorde con el respeto a las libertades individuales?
Recordemos que vivimos en un mundo globalizado y que el modelo económico dominante es neoliberal; pues bien, el gurú del neoliberalismo expresó en algún momento unas frases respecto a las drogas que se ha hecho célebre.
El gurú es el premio Nobel 1976 de economía Milton Friedman y las frases dicen:
“Estoy a favor de la legalización de las drogas. Según mi sistema de valores, si la gente quiere matarse tiene todo el derecho de hacerlo. La mayor parte del daño que hacen las drogas se debe a que son ilegales”.
Friedman reducía el problema de las drogas a dos asuntos esenciales: a un tema económico y también moral y era bastante explícito en ello; aquí un extracto de una célebre e imperdible entrevista que condensa su particular -pero genial- punto de vista sobre la cuestión de las drogas:
https://www.youtube.com/watch?v=MHZC5LlsRxs
Hoy, de acuerdo al mundo neoliberal en que vivimos, -sin el dictamen de la corte suprema- el mercado de las drogas está regulado por delincuentes que son capaces de todo; en un mundo ideal dicho mercado debería estar regulado por el estado para ofrecer calidad y mejor precio a quien quiera matarse drogándose si así lo desea.
Pero la propuesta legal -en el marco de las libertades individuales- es que las regule el mercado y este, es tan descarnado o más que la delincuencia organizada, ahí está el problema económico del asunto de las drogas.
Ese precisamente es el lado malo de la legalización de la mariguana.
Hoy todo se deja al mercado y el Estado nacional seguramente renunciará a cumplir una de sus funciones esenciales que es la de proteger y dar seguridad al ciudadano.
Esto porque la decisión de la corte traerá en el mediano plazo las siguientes consecuencias:
El consenso entre los expertos de temas de narcotráfico es que la mariguana y sus ganancias representan el pago de la nómina de los cárteles de droga. El verdadero negocio está en la cocaína, las drogas sintéticas y recientemente por la experiencia guerrerense, en la heroína.
Recordemos que somos un país que tiene problemas para ofrecer empleo formal, digno y bien remunerado a nuestros compatriotas.
Por ello, probablemente el consumo de mariguana en México se incremente, cuando hoy realmente los problemas nacionales respecto a las drogas es el de trasiego y no de un consumo elevado.
Por eso, deje atrás la ilusión de que la decisión de la Suprema Corte disminuirá los niveles de violencia provocada por los cárteles mexicanos. Eso no sucederá.
Aunado a ello, el sistema político económico mexicano probablemente también pierda tutela sobre los ciudadanos, porque constitucionalmente está obligado a ofrecer salud, educación, techo vivienda; es decir todos los satisfactores sociales; pero la gran pregunta:
¿Podrá ofrecer seguridad a sus ciudadanos? esto respecto a unos asuntos que en el nuevo contexto vale la pena preguntarse:
¿Un Estado fuerte debe tolerar, en aras de las libertades individuales que en el tema de las drogas, como en el resto de los sectores económicos, aparezcan competidores fuertes que devoren a los pequeños?
¿Cuál será la reacción de los cárteles ante el hecho legal de que la siembra ya está permitida?
¿El gobierno federal dejará de invertir recursos en la lucha contra las drogas y redistribuirá esos ahorros en la promoción de infraestructura estratégica?
Se supone que el tetrahidrocannabinol, es decir el componente básico de la mariguana no provoca la muerte, pero al parecer si puede hacer que el 15 por ciento de los consumidores de mariguana se vuelvan adictos.
Una cifra relativamente baja. Pero si las proyecciones son ciertas, por la decisión de la Corte Suprema, el número de consumidores de cannabis se incrementará y con ello también el número de potenciales consumidores de drogas duras.
Es decir, se avecina una crisis de salud pública.
En este hipotético escenario, ¿Cómo responderá a esta futura crisis nuestro sistema de salud pública?, si la mayoría de los mexicanos tenemos la percepción -y muchos también la certeza- de que el sistema está colapsado.
El sistema de salud está más que asfixiado con epidemias mexicanas de diabetes, obesidad mórbida infantil y todas las enfermedades crónicas degenerativas de una nación sedentaria y que cada día se vuelve más vieja.
¿Cómo responderá el sistema penal mexicano ante la nueva realidad?
¿Cuáles serán las agravantes, los atenuantes?
En materia de responsabilidades civiles, ¿Cuáles serían los pasos a seguir por ejemplo de las aseguradoras en caso de accidentes automotrices?
Qué decir del sistema educativo, el cual tendrá que prepararse para que en las aulas y los salones de clases se hable de las drogas sin tabúes, cuando todavía se asoman atisbos de conservadurismo, sobre todo en temas religiosos y evolutivos.
Por todo ello, -creo desde mi particular punto de vista aclaro- que la despenalización de la mariguana no es un gran cambio de paradigma en México.
En realidad lo que puede llegar a resolver muchos de nuestros problemas -incluidos el del narcotráfico- son como dice el ex Presidente Zedillo; hacer efectivas tres cosas en México:
El estado de derecho, el estado de derecho y el estado de derecho.
Estoy de acuerdo, como Friedman de que aquel que quiera matarse, que se mate.
Creo que con la decisión de la Corte, un efecto -no sé si deseado- pero es posible; es que el Estado mexicano abandone su rectoría sobre otro tema más de la vida nacional y deje a las familias mexicanas la decisión de educar a los hijos como se pueda y no como se deba.
Recuerdo las palabras que muchas veces oí en mi infancia: “La educación se mama”. “Es mejor prevenir que lamentar”.
Pues sí, al final de cuentas ese es el camino, la educación en el hogar. Pero como mexicanos tenemos derechos y obligaciones. El Estado abandona otra más de sus obligaciones que es la de protegernos.
El verdadero debate y las consecuencias buenas y malas de esta decisión apenas comenzarán a verse. Lo único cierto es que la decisión es irreversible y bienvenido el debate.
Twitter: @GerardoCoutino
Correo: geracouti@hotmail.com
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