Las incongruencias de «Nandito»

Rumió toda la mañana. Maldijo, vociferó improperios a sus empleados. Obcecado ordenó desmentir lo publicado. Pidió, quito, repuso y puso cabezas en minutos. Apretaba el Smartphone con la esperanza que éste le transmitiera algo de inteligencia, pero fiel al estilo de gobernar de los verdes, prefirió ponerse los guantes. La rabia consumió la escasa madurez que presume tener.

Nadie está exento de errores, tampoco nadie posee la verdad absoluta; quizá los alegatos de Fernando Cal y Mayor pudieron lograr otro matiz, otra dirección. Probablemente una documento oficial solicitando el derecho de replica hubiese bastado para aclarar los errores cometidos por su propio personal deficiente, o como argumentó “la actualización por ley…” No quiso hacerlo; este mal abogado prefirió tragarse su derecho contemplado en la obsoleta Ley de Imprenta y trasladó de un escenario a otro.

Fernando ventiló por todos lados su “verdá”, al estilo Niurka, por twitter, instragram y Facebook. Intentó hacer de las redes sociales sus aliadas pero como siempre, el tiro le salió por la culata.

Se olvidó que ya no está en campaña y que ahora debe aprender a no solo a aparentar ser honesto sino realmente serlo. Que no bastan los discursos ni las portadas o inserciones pagadas en diarios y medios electrónicos. Que debe aprender a ser prudente y no tirarse como loco al ruedo, como si estuviera en esos pleitos de cantina que tanto animó.

Quizá esperaba que los troles y los sicarios de las redes salieran en su defensa y hasta la organizaran una marcha en defensa de su mancillado “honor”, pero no pudo lograr más que simples posiciones de quienes deben obedecer sus instrucciones, sobre todo de la ex alcaldesa Victoria Rincón (quien en sus tiempos como Shakira, fue ciega, torpe y sordomuda, pues la soberbia la llevó a unir a los tuxtlecos en su contra) sin ser su labor trató de “ayudar”, pero mejor calló porque carece de autoridad moral para aclarar circunstancia que ella misma se negó a hacer siendo presidenta.

Si la intención del alcaldillo fue evidenciar a la amiga Sandra de los Santos los comentarios se desbocaron en su contra. Y cómo no, si el sueldo “público” que percibirá por tres años es una ofensa para la pobreza del estado, especialmente porque gana la tercera parte de un alcalde de ¡Nueva York! Cuyo PIB per cápita, según datos del 2014, es el segundo más rico en el mundo, mientras que el PIB per cápita de TODO Chiapas es insignificante.

Argumentan actualizaciones, logotipos, fechas, sistema, pero el mismo “comprobante” hecho público sobre lo que supuestamente gana carece de lo mismo. Se observa un simple papel mal hecho en computadora y donde, casualmente, no se lee la homoclave del empleado que cobra como presidente municipal, por lo tanto podemos inferir que también evade impuestos. Además tampoco se constata esa disminución salarial que presume. ¿Por qué su sueldo líquido es de cero pesos si los descuentos no suman ni restan esa cifra?

Con tan solo 21 días ¿al frente? de la administración municipal, con servicios de quinta categoría de la tan presumida Tuxtla Gutiérrez que está en quiebra, el irresponsable de dirigirla va de torpeza en torpeza (lo que fascina a más de un secretario del gobierno del estado) pero sobre todo, demostrando la ira que posee y cuya soberbia no le deja ver la realidad de cada uno de sus arranques de inmadurez de un niño consentido educado para mentir y solapar cuanta anomalía habremos de atestiguar en estos tres largos y fatídicos años, donde proveedores deberán caerse con el diezmo si no quieren ver afectadas las ganancias, cuyo beneficiario será el niñete de Villa Tziscao.

Para ser presidente municipal de Tuxtla no basta con querer serlo, hay que demostrarlo. Hay problemas más importantes y urgentes en la ciudad que requieren de madurez y compromiso, y no enfrentarse a una guerra de papeles donde el periodista es quien pierde menos, y arriesga más aquel que pretende verse en las boletas de 2018.