Definición de maqueta
Esta palabra sirve para nombrar una representación en tercera dimensión. Los estudiantes de arquitectura conocen bien este camino. ¡Noches de desvelo los acompañan! La maqueta sirve para ver, a escala, cómo será un edificio, cómo una casa, cómo un puente. Quien hace una maqueta emplea diversos materiales para acercarse lo más posible a la idea general.
Matilde sorprendió una vez a toda la audiencia de la radio. En su programa dijo que le gustaría tener a la mano una maqueta del sueño de la noche anterior. José, quien lo acompañaba en la cabina de transmisión, le dijo que eso era posible. Un profesional de la construcción podría hacerle una representación cercana. A final de cuentas, dijo José, las construcciones son la realización del sueño de alguien y comenzó a desglosar una serie de proyectos arquitectónicos que se habían hecho realidad, a la relación donde estaban incluidos el Palacio de Versalles, el Golden Gate y la pirámide de Gizeh, agregó su casa de verano. Pero Matilde le dijo que eso era simple. Hacer una maqueta de su sueño era una labor imposible y explicó que su sueño consistía en un túnel que unía un universo con otro. José dijo que estaba difícil la consecución del proyecto, pero ¡no era imposible! Todo, concluyó José, todo puede materializarse y hacerse realidad. Pero, un segundo después de haberlo dicho, José se preguntó si, en efecto, podría, a través de una maqueta, materializar algo como un túnel que fuera el canal que comunicara uno y otro universo. Matilde aprovechó esa duda, que apoyaba su incredulidad, y dijo que materializar algo le resta grandeza a los sueños. Por lo regular, lo soñado es superior a lo material; es decir, si alguien soñara con el espacio donde mora Dios (algo que es factible), construir una maqueta de tal territorio sería absurdo. ¿Cómo representar la Totalidad a través de una simple maqueta a escala? La grandeza no puede estar sujeta a la representación mínima. Las personas aceptan las maquetas porque saben que las cosas que el hombre realiza son acciones mínimas. Cuando alguien está frente a una maqueta excelsa se asombra por lo bien logrado, aun cuando en su interior intuya que dicha obra, como la maqueta misma, puede terminar en ruinas. No hay sueño del hombre que haya soportado el paso del tiempo. ¿En dónde está la Biblioteca de Alejandría? ¿En dónde los Jardines Colgantes de Babilonia? Los turistas se extasían ante la visión de la Pirámide del Sol, en Teotihuacán, pero no alcanzan a vislumbrar la grandeza que esta pirámide tuvo en su época de esplendor. La maqueta intenta acercar al espectador un poco de la grandeza de la obra del hombre, de la magna obra, de la ínfima obra. Y las personas, solidarias con el género humano, aplaudimos y lanzamos vítores, y es un poco como si un ratoncito se maravillara ante el vuelo mínimo de una ardilla de una rama a otra, desconociendo el vuelo de los albatros y de las águilas reales.
Las maquetas, perdón, sirven para aquéllos que no tienen la capacidad suficiente para imaginar; son para aquéllos que son como Santo Tomás y deben meter el dedo en el hueco para saber que tienen dedo.
Algún día, los estudiantes de Arquitectura contarán con tecnología de avanzada que les permitirá imaginar el proyecto y, como si fuese en impresora de 3D, de inmediato aparecerá sobre la mesa la maqueta deseada. Mientras tanto, ¡pobres muchachos!, seguirán desvelándose y cortándose dedos con el cúter.
Matilde prefirió dejar de soñar.
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