Septiembre, el mes clave de la patria
Aunque muchos no nos hayamos dado cuenta, septiembre es un mes muy importante para los mexicanos y lo es en varios sentidos, no solamente en la cuestión cívica y de patriotismo que se siente cuando inician las fiestas patrias.
Lo es en el sentido político, presupuestal, de desastres naturales y también de gestación de movimientos sociales que definieron el curso del México moderno.
Particularmente el mes de septiembre me agrada por sus fiestas y el patriotismo, tanto como mayo.
Mayo por la nostalgia de mi pueblo costeño en donde los largos periodos de estiaje terminaban ese mes e inicia la tradicional feria de Santa Rita de Casia, patrona de mi pueblo.
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Por eso me identifico con este porro de la gran Totó la Momposina. Aquella defensora y divulgadora de la música tradicional colombiana que Gabriel García Márquez mostrara al mundo el día que recibió el Premio Nobel de Literatura.
Pero septiembre es también importante para la historia mundial. Un día primero nace Antonio Lobo Antunes, uno de mis escritores favoritos; Hitler invade Polonia, desatando con ello la II Guerra Mundial. En este mes también muere Ho Chin Minh sin ver la victoria final sobre las tropas americanas.
Nacen el antipoeta por excelencia Nicanor Parra, Mario Benedetti y el transgresor de normas y convencionalismo Freddie Mercury. Muere Mao, deja este mundo el gran Jimmy Hendrix, fallece el presidente Salvador Allende en el marco del Golpe de Estado de Augusto Pinochet, fundamentalistas islámicos derriban las Torres Gemelas de Nueva York.
En México, un primero de septiembre Plutarco Elías Calles con los ahorros del Ejército a mando del nativo de Sombrerete; Zacatecas General Joaquín Amaro funda Banxico. También el primer día del noveno mes del año, José López Portillo nacionaliza la banca mexicana.
Un día de septiembre, el gran impulsor de las ciencias económicas en México Daniel Cosío Villegas funda el Fondo de Cultura Económica. Este es el mes en que se funda la UNAM, Álvaro Obregón crea la Secretaría de Educación Pública, Benito Juárez anuncia las leyes de reforma, este mes también se debería celebrar que Vicente Guerrero abolió la esclavitud.
Pero septiembre también tiene para México importancia social; fue este mes en que muchas cosas cambiaron en nuestro país. Sin septiembre no se puede entender el 2 de octubre de 1968. Y es que el mes de la patria vio a la más grande manifestación anterior a la concentración de Tlatelolco; la del silencio.
También estos días vio nuestro país el más grande desastre natural que se recuerde en la época moderna y también fue en estos días que México se descubrió como un pueblo solidario y que podía organizarse sin la guía gubernamental. Por ello el temblor de 1985 representa un antes y un después, porque es precisamente en esos momentos en que nace lo que hoy conocemos como la “sociedad civil”.
Septiembre ha sido el mes en donde se ha gestado la más grande tragedia después de Tlatelolco 68. El día 29 se cumplirá un año de una indignación nacional que no cesa, de una rabia social que como respuesta tiene en los gobernantes un muro levantado con la más grande soberbia, insensibilidad e impunidad que se recuerde en clase política alguna.
Ayotzinapa y el destino trágico de los 43 estudiantes normalistas desnudó a un sistema político que está atrapado en una guerra sin sentido contra el narcotráfico; una guerra que muchos tachan de absurda e innecesaria y que no se entiende en el contexto neoliberal en que vivimos.
No se entiende porque los economistas tecnócratas neoliberales se caracterizan por seguir a ciegas el libre mercado y el padre del neoliberalismo Milton Friedman dice en una de sus máximas:
«Estoy a favor de legalizar las drogas. Según mi sistema de valores, si la mayoría de la gente quiere matarse a sí mismos, tienen todo el derecho de hacerlo”.
Si Friedman viviera y observara a sus discípulos neoliberales mexicanos enfrascados en una guerra contra el narcotráfico, seguramente se volvería a morir. Y más si observa los miles de desaparecidos, la violencia en varias ciudades
En lo político, el mes arranca con el informe presidencial del día primero; con el besamanos que representaba un informe político que le pintaba a los mexicanos un mundo ideal. Lázaro Cárdenas fue el primer presidente que lee un informe en la radio, Miguel Alemán el primero que lo hace por televisión y desde entonces se convirtió en el ritual por excelencia que exaltaba la figura presidencial.
En la escuela nos hacían escuchar el informe y hacer una tarea sobre ello, a los funcionarios los hacían escucharlo y verlo por televisión, la burocracia tomaba ese día como inhábil y el Presidente disfrutaba su día con las cámaras de televisión desde temprano y después del informe recorría algunas calles en un auto descapotado, de pie, saludando a diestra y siniestra y con el Estado Mayor Presidencial haciendo gala de excelente condición física corriendo tras el auto.
Y así fue hasta que por primera vez un presidente es interpelado por un senador, fue el caso de Porfirio Muñoz Ledo que interrumpe a Miguel de la Madrid y provocó otras quince interrupciones más. Para el anecdotario quedará que ese día de 1988 el entonces desconocido diputado por Guanajuato Vicente Fox se colocó dos boletas electorales en las orejas, asunto que quedó registrado por la lente de los fotógrafos que lograron una instantánea de Fox que ha identificado desde siempre.
Ernesto Zedillo cancela el besamanos, el paseo en auto descapotado, le quitó al calendario laboral y educativo un día de asueto. Pero es con Felipe Calderón que el tradicional besamanos definitivamente se cancela.
En lo económico, septiembre es importante porque los funcionarios de hacienda federal presentan ante los diputados federales el denominado “Paquete Económico anual” integrado los Criterios Generales de Política Económica, la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación y el Proyecto de Presupuesto de Egresos para el ejercicio fiscal que corresponda que para el ejercicio 2015 deberá ser aprobado a más tardar el 15 de octubre.
Y es más importante porque la volatilidad financiera internacional, el pobre desempeño de la economía nacional, la debilidad del peso, la baja recaudación nacional y el pobre manejo de las finanzas públicas, harán que el 2016 sea quizá el peor año en materia de crecimiento económico nacional de los últimos 20 años.
Esto porque el presupuesto base cero es una falacia en un sistema financiero-programático presupuestal mexicano en donde más del 70 por ciento del gasto es irreductible; es decir para cumplir compromisos de pago de deudas, para el pago de nómina magisterial y burocrática y para realizar proyectos ya etiquetados como lo son los de desarrollo social.
En realidad el presupuesto base cero significa control sobre el gasto y esto es traducido en más poder para el delfín presidencial Luis Videgaray Caso.
Atrás quedaron las esperanzas de que con todo y los recortes el presupuesto 2016 privilegiara el gasto de inversión en infraestructura porque según las proyecciones de economistas independientes, el financiamiento de proyectos de infraestructura sufrirá un recorte del 20 por ciento respecto al presupuesto autorizado al 2015 y para la agencia calificadora Moody´s este recorte es de casi el 24 por ciento.
Lo peor es que este recorte probablemente venga del motor de la economía mexicana, es decir de los proyectos de PEMEX, que no podrá crecer porque no invertirá y al no invertir en nuevos proyectos no podrá competir en un mercado petrolero ya abierto al capital privado.
Así las cosas; septiembre siempre ha representado un punto de quiebre en el país y así será en el futuro cercano; ahora mismo la ciudadanía continúa expresando su malestar y ha encontrado otra forma de protesta, la de los festejos patrios en las plazas públicas en donde vía redes sociales los activistas han pedido a la población no asistir para así mostrar su repudio a la clase política nacional.
La evidencia demuestra que por lo menos en el zócalo nacional hubo acarreados y que ni así se contuvo la ira popular. La ira y la indignación nacional no cesan, como tampoco la frivolidad y la impunidad gubernamental. Las dos cosas no se llevan y tarde o temprano habrá consecuencias de no atender los reclamos populares.
Estos reclamos seguirán mientras el país -mejor dicho sus gobernantes- no encuentren el camino que les permita entender que los reclamos sociales pasan por las aspiraciones de una mejor vida, por la confianza en quienes nos gobiernan y por detener la impunidad que es uno de los principales cánceres del sistema político mexicano.
Habrá más septiembres importantes en el futuro, eso téngalo por seguro.
Twitter: @GerardoCoutino
Correo: geracouti@hotmail.com
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