Releer a Laco
Ahora que falleció Laco, no solo será bueno que lo conviertan en estatua, calle, nombre de escuela, biblioteca o que sirva para los reflectores de políticos en asenso, muchos de ellos no han tenido la oportunidad de gozar de los buenos oficios de escritor de Laco. Creo que es buen momento para recapitular lo que aportó Laco a nuestro ser chipaneco.
Laco plasmo en literatura el imaginario colectivo de los cuentos que se repetían de boca en boca en los ranchos, caminos y pueblos de estás lejanas y serranas tierras de nuestro estado. Los recupero y los hizo literatura, gracias a ellos y a la producción artística de su generación, pudimos compartir el ser chiapaneco y nuestro modo de hablar, de nombrar fueron conocidos en otros lados del mundo.
La generación de Laco es la del Nacionalismo revolucionario, ideología lanzada por el Estado postrevolucionario y que sirvió para dar identidad a las culturas regionales y vernáculas que conforman a México. Con ella el Mariachi represento a Jalisco, La trova a Yucatan, La Tambora a Sinaloa, la Marimba a Chiapas.
Hay que recordar que los chiapanecos tenemos mucho de nuestros ayeres guatemaltecos, somos el único estado mexicano donde se usa el Vos, acá quedo arraigado el dejálo, bebélo, tomálo, jimbálo, viejas palabras que nos venían del español de castilla , que sustituyeron al dejadlo, bebedlo, tomadlo. Viejas palabra que se quedaron en nuestro modo de hablar, en nuestro ser Chiapaneco, que comenzó a ser mexicano, tierras bellas pero agrestes y que don Chico que vuela quiso surcar con sus alas de petate.
La literatura de Laco da voz a nuestro ser chiapaneco, a ese ser que muchas veces quisimos ocultar o negar, íbamos a México y dejábamos de hablar como chiapanecos. Recuerdo casos de amigos que venían del DF y hablaban como chilangos.
Sin duda alguna la literatura de laco esta marcada por su tiempo y espacio, realizó Ben Zulul viviendo en san Cristóbal e influenciado por la literatura indigenista de Rosario Castellanos, Asalto Nocturno tiene escenarios urbanos, producto de sus largas estancias fuera de Chiapas.
La generación de Laco ha sido de las que mejor ha representado a Chiapas, Nokis Cansino, Jaime Sabines, Rosario Castellanos, Daniel Robles, Juan Bañuelos, Héctor Ventura, Zeferino Nandayapa, Carlos Jurado , Reinaldo Velázquez, entre otros han conformado la identidad chiapaneca a través de su obra artística y la dieron a conocer en el mundo.
Con la obra de esa generación y la que le siguió, los chiapanecos hemos sido conocidos y reconocidos, ya no como pertenecientes a Guatemala ni como Mexicanos, sino como Chiapanecos con identidad propia.
El cuento de la Marimba al son, nos narra como alcanzamos a ser chiapanecos por la vía de la creación y desarrollo de nuestro instrumento musical. Su tetralogía de novelas, grandes lluvias, Tocar el fuego , Sobre esta tierra, Viento de siglo. Dan cuenta de cómo en el Chiapas del siglo XIX y XX , recién anexados al Estado Mexicano, nuestro territorio comenzó a ser escenario de las batallas nacionales, como nos fuimos integrando a los grandes temas nacionales y como también nos fuimos quedando en el olvido nacional.
En estos tiempos de globalización es indispensable leerlo, para recordar quienes hemos sido a lo largo de nuestra historia. Descanse en paz Laco, Eraclio sin H al más puro estilo chiapaneco.
a un lado dejemos su actuar político: su papel como secretario de estado, siguiendo al priista Eduardo Robledo Rincón, y en plena creación de las guardias blancas, pagadas por el estado, en contra de las organizaciones campesinas que recuperaron sus tierras, después del primero de enero de 1994. Dónde queda la obra y dónde el autor de Benzulul?