Tuxtla, marcha de la dignidad
Yo sabía, al igual que medio mundo, que a las cuatro de la tarde estaba convocada la marcha por la dignidad y el respeto al voto en Tuxtla Gutiérrez. Sábado uno de agosto de 2015 que quedará en la historia. Así que desde esa hora me mantuve pendiente de las “redes sociales” (feisbuc, tuiter y uasap), aprovechando esta chulada de artilugio comunicacional, el fon móvil-digital del siglo XXI. No estaba yo en la ciudad, sino en alguna de las mesas de trabajo de un congreso. El de las y los cronistas de ciudades mexicanas que se celebra en Sxbal. El congreso anual de la ANACCIM, sociedad nacional de los cronistas mexicanos.
Eran las 06:15 cuando comenzaron a “caer” al artilugio móvil, casi en cascada, mensajes, “memes”, fotos y vídeos que anunciaban el éxito rotundo de la manifestación emprendida. Me refiero a la marcha que, del crucero de la antigua fuente Mactumatzá, se dirigía a la plaza principal de Tuxtla, en donde se concentran los palacios de los gobiernos federal, estatal, municipal e incluso eclesial, este último encarnado en la catedral de San Marcos, sede del Arzobispado.
Muy pronto algún feisbuquero amigo subió a la red el primer vídeo: una panorámica probablemente tomada desde la azotea de la rectoría de la UNICACH, perenne centro cultural tuxtleco. Altura que permitía ver atiborrado el boulevard Belisario Domínguez. Desde aquí, al pie del vetusto Hotel Bonampak, y hasta el crucero referido, abarcando banquetas y camellón central. ¡Oh pequeña desilusión! Mientras algún conferencista se desgañita y transcurren sus diapositivas en el congreso, yo intento retransmitir el vídeo a mis redes, sin embargo… pronto desaparece. No cabe duda, pienso, los jackers de la seguridad del infausto gobierno están en su devoción.
Por fortuna, la información fluye y fluye. En Tuxtla llueve nuevamente, al igual que en la caminata de los panistas del jueves antepasado, aunque hoy la marcha está más cargada de ciudadanos que de partidos. Todos vestidos de blanco o de negro, con banderillas y banderolas, mantas y carteles. Algunos llevan sartenes y cazuelas, otros silbatos y bocinas, tambor algún despistado. Son las ocho, las nueve y el flujo no para. Transitan fotos, vídeos, comentarios, mentadas y… ya es la media noche y la euforia en las redes no para. Hay que descansar, por fuerzas. Hora del sueño.
d • c
Pero hoy en calma reviso nuevamente lo transcurrido y… pordios que esto no había sucedido antes en Tuxtla y Chiapas en general, salvo cuando el alzamiento “pollino” de mediados de los años cincuenta, de don Artemio Rojas Mandujano, contra el gobierno de Aranda Osorio, y las marchas pacifistas del 94 tras el levantamiento de los pueblos indios liderados por el EZLN. Lo que ha sucedido aquí, ha de pasar a la historia, pues son miles y miles, quién sabe cuántos, los que se lanzan a las calles, en contra del gobierno, en contra del IEPC, en contra de los consejeros de ese organismo, en contra del PRI y el Verde. En una frase: contra el gobernador Velasco y el usurpador Fernando, a quien fraudulentamente, el órgano electoral ha ungido como edil electo.
Unos dicen que hay 20 cuadras de gente, es decir, más de dos kilómetros de ciudadanos. Otros calculan 30 mil almas, y algunos estiman “más de 50 mil”, aunque las panorámicas no mienten: la gente y sus pancartas y banderines blancos tapizan la plaza del centro. Se desborda el río al atrio de la catedral y se ve cómo los manifestantes vienen por la Avenida Central y aún no llegan a la explanada.
Y pienso que ya hacía falta esta algarabía, expresión de viveza y júbilo. Manifestación de malestar y hartazgo, despertar de conciencias. Truenan las consignas y vituperios. ¡De-mo-cra-cia! ¡De-mo-cra-cia! se escucha fuerte, aunque también: Fernaando entiende ¡Tuxtla no te quiere!, o bien: Fernaando entiende ¡El pueblo no se vende! Pasos atrás gritan a la gente que ve pasar la creciente: Únete-pueeblo ¡Ú-ne-te! Únete-pueeblo ¡Ú-ne-te! o bien: Únete pueeblo ¡No somos del PRI!, aunque muy pronto es acallada esta consigna y se escucha: Gobieerno entiende ¡El pueblo no se vende!
Entonan el himno a Chiapas en alguna parte del río humano, y a ratos se oye: ¡Fueera el-verde! ¡Fueera el-verde! e incluso ¡Mueera el-verde! ¡Mueera el-verde!, y muy festiva se escucha: ¡No somos acarreados! ¡No somos acarreados! e incluso hay un coro que me hace reír: ¡Ya-vaamos llegando! ¡La-güera está temblando! ¡Ya-vaamos llegando! ¡La-güera está temblando! y clarito se escucha otra aún más atrevida: ¡El pueblo venganza! ¡Gobierno pinche tranza! y una locución algo diferente: ¡El pueblo venganza! ¡Fernando pinche tranza! Y así continúa la irrupción festiva, a pesar de la lluvia y los relámpagos.
Suenan bocinazos, pitidos acompasados, trueno de sartenes, y de pronto retumba: ¡Ni lluvia ni viento! ¡Detiene el movimiento!, mientras es imparable el ¡Fernaando entiende! ¡El pueblo no te quiere!, al igual que ¡Fueera el Verde! y su variación: ¡Mueera el Verde! y una antigua porra que me hace recordar los años mozos: ¡Se ve! ¡Se siente! ¡Tuxtla está presente! ¡Se ve! ¡Se siente! ¡Tuxtla está presente! que me lleva por un segundo a nuestras incipientes marchas, manifestaciones y mítines de finales de los 70 y principios de los 80; a nuestras consignas, lemas, pintas y mantas, contra los gobiernos de Salomón González Blanco, Juan Sabines Gutiérrez y Absalón Castellanos; las marchas de la CIOAC y la Unión de Uniones.
Finalmente, de veras que es increíble la cantidad de expresiones diversas: jóvenes, adolescentes, adultos, señoras, muchachas, familias enteras, gente madura y hasta entrada en canas. Y sus carteles y leyendas no mienten. Son comerciantes, locatarios, “vecinos del centro” e incluso se observan rostros conocidos de familias empresarias: grandas, farreras, araujos, rojas o sánchez, y hasta identifico al buen José Luis Mandiola, compañero de la Secundaria.
Hay dos o tres fotografías con señores en sillas de ruedas en plena marcha, un paletero que alegre menea un girón rojo, una abuelita discapacitada, quien desde el umbral de su puerta agita banderillas blancas y… en fin que para otra ocasión he de dejar las consignas que a viva voz lanzan los manifestantes, nunca antes tan vigorosas y fuertes. Nunca antes tan fervorosamente ciudadanas. Al congreso al que he venido debo reincorporarme. Ya habrá tiempo para la siguiente entrega.
Otras crónicas en cronicasdefronter.blogspot.mx
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© Parque central abarrotado. Tuxtla Gutiérrez. Agosto 01, 2015.
falta q nos manifestemos como esta vez contra las reformas estructurales y hagamos otra que le interese al pueblo. Los partidos no tiernen remedio.