La hogueras de vanidades de los políticos verdes
El reforzamiento de inmuebles de gobierno. Uno de éstos es la puerta principal del Palacio Estatal de Gobierno que añade un retoque a los fragmentos de la tragicómica obra ¡Estamos hartos de ti, ya no te soportamos Manolín!
Este andamiaje de simulaciones y fastidios tuvo un clímax con la reciente incursión violenta de los chamulas, germinada por la ira poselectoral.
El repudio sarcástico adquirió forma de un monigote enfundado en los colores del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), con el rostro bufonescamente sonriente del gobernador Manuel Velasco Coello.
El muñeco de medida natural fue arrojado en la plaza central, donde presurosos funcionarios y policías temerosos lo alejaron de la vista pública, después de la estampida chamula.
El entramado adquirió relevancia con la danza de marros, piedras y cohetones que destruyeron el acceso a la sede del Poder Ejecutivo Estatal.
La fuerza indígena cundió y alentó animosidades para demoler también los cristales de la fachada del Centro Estatal de Control de Confianza Certificado.
Los militantes del PRI reclamaron, con la furia de sus usos y costumbres, el presunto fraude del PVEM en la elección de la presidencia del Ayuntamiento.
La puesta en escena de ¡Estamos hartos de ti, ya no te soportamos Manolín! arrancó con la entrega de la Medalla Rosario Castellanos a la escritora y periodista Guadalupe Loaeza.
Las afueras del edificio color palo de rosa del Congreso Estatal fue el telón de fondo del corifeo ciudadano reclamante.
Lo tuxtlecos le pararon el macho a Manuel Velasco. Le exigieron que ya no siga apoyando a Fernando Castellanos Cal y Mayor, porque pese a que se le declaró triunfador oficial en el Ayuntamiento local, el presidente legítimo de Tuxtla Gutiérrez es Paco Rojas.
En este capítulo de ¡Estamos hartos de ti, ya no te soportamos Manolín! las voces ciudadanas fueron directas, no hubo matiz de guión ni maquillaje de oratoria:
Manuel Velasco, al pueblo le das asco; gobierno corrupto qué hiciste con el voto, Muera El Güero…
Muera El Verde, Fernando corrupto entiende el pueblo no te quiere, Fernando ladrón igual que tu patrón, Paco amigo Tuxtla está contigo.
El cerco ciudadano se impuso a vallas y policías antimotines. Los argumentos y razones calaron y congelaron por más de 40 minutos la caravana oficial, expectante a las puertas del inmueble legislativo.
¡Estamos hartos de ti, ya no te soportamos Manolín! se resumió en su descontento político, al paso del convoy oficial, donde un Velasco Coello de mármol, su madre Leticia y Loaeza fingieron no escuchar las acusaciones vociferantes.
Los petardos orales encendidos volaban sobre la camioneta blindada del mandatario, Inexpresivo y sin asomar nariz parecía resbalársele el hartazgo y la repulsión ciudadana.
Gargantas a todo pulmón, lenguas de látigo de cuero crudo:
En la encerrona de hoy somos pocos, la próxima ocasión, si fuera necesario nos juntamos 30 o 40 mil tuxtlecos. Así hasta que aprendas a respetar nuestros votos, nuestro derecho a poner y quitar gobiernos.
La temporada teatral de otoño en Tuxtla Gutiérrez , con Los Peter panes de la política verde, se anticipa más melodramática con las próximas etapas de resistencias y luchas de la comunidad coneja, en medio de la tozude del gobierno estatal y las no descartables parcialidades del Tribunal Electoral Estatal, donde el próximo 31 de este mes se resolverán los juicios de nulidad, para los cuales se prevén instancias del Tribunal Electoral Regional y el Federal, y se da cabida a la rumorada creación de un concejo municipal.
¡Estamos hartos de ti, ya no te soportamos Manolín!, es un acercamiento en episodios que, a trancos, en circunstancias coincidentes y por el aplomo ciudadano, muestra y exhibe los caprichos, las ambiciones, las obsesiones, las fobias y las patologías de los gobernantes chiapanecos.
La obra empezó a escribirse hace tres años, a golpes de teclas indignadas, de coraje, repudio y hartazgo contra el gobierno verde, pero fue concebida cuando desgobernaba Juan Sabines Guerrero, El Falso Robin Hood de Chiquero.
Sujeta a varios capítulos, el dossier de tragedias y comicidades políticas sobre¡Manolín! se pitorrea, aunque también reprende duramente , desnuda y llama a cuentas a sus protagonistas lesivos: políticos improvisados, infecundos y felones queensayan sus crueldades contra los ciudadanos.
Compilación descriptiva de niños bien, de caprichosos de la política chiapaneca, que aprendieron maldades en jardines residenciales, al ritmo de conductas racistas y clasistas, que luego llevaron a colegios y universidades privadas, y como lecciones finales, trasladaron a la vida política gubernamental, con sus graves consecuencias directas y colaterales.
Estos niños bien de la política verde en Chiapas son merecedores de alguna crónica recopilatoria de Guadalupe Loaeza, en esa nada difícil labor de reunir las hogueras de vanidades y frivolidades dañinas de los políticos verdes, porque al principio y al final, ellos solitos se pintan solos.
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