El «levantón» de diarios en Tuxtla Gutiérrez

Hoy nos levantamos con la noticia de que al menos dos diarios fueron «levantados» de todos los puntos de ventas por toda la ciudad de Tuxtla Gutiérrez. El Heraldo de Chiapas y el Diario de Chiapas, no pudo circular libremente entre los pocos o muchos lectores que pudiera tener.

Grupos de personas en autos se movilizaron por toda la ciudad recogiendo los montones de periódicos. Fue el día que ambos diarios tuvieron más ventas en mucho tiempo. Vendieron todos. Ninguno quedó para quienes son seguramente, lectores cautivos de esos diarios.

No se pudo identificar si estas personas pertenecen a alguna oficina del aparato de gobierno local, estatal, federal o municipal. Tampoco podemos asegurar o afirmar si fue el propio medio que arrepentido ordenó el retiro del medio. Tampoco se ha podido identificar si fue algún tercer actor que intervino con eficacia mañanera.

Aunado a ese incidente, la web del Diario de Chiapas permaneció fuera de línea. Pudo haber sido hackeada o ellos mismos bajaron la web. Dicen los que saben de esto:  «El prestador de servicio de su portal suspende por 3 razones: 1.- Por solicitud del cliente. 2.- Por falta de pago de la página y, 3.- por problemas en el servidor del proveedor del servicio. Estas son las razones comunes». 

Web fuera de línea

Web fuera de línea

Lo cierto es que la ausencia de ambos diarios sólo causó asombró una vez más entre el gremio de reporteros que especulan las razones del «levantón» de diarios. Y en la clase política y las oficinas de la burocracia donde empiezan a preguntar porqué no llegaron esos medios impresos.

Fuera de ese círculo, al resto de la sociedad les indiferente situaciones como la ocurrida.

En cualquier sociedad donde los medios juegan un rol fundamental para el flujo de la información para el desarrollo político y democrático, el levantón de los diarios, ya sería un escándalo. Sin embargo, no pasa nada. En Tuxtla, en Chiapas, esto ya es un lugar común. El fenómeno más atribuible es que el gobierno ordenó su decomiso para evitar que alguna noticia llegara a los lectores.

Sorprende que los medios puedan publicar una noticia que incomode al grupo de poder gobernante. Pues por antonomasia sólo se autocensuran. Los medios supeditados a la publicidad oficial gubernamental saben las reglas implícitas y no escritas que eso conlleva.

Por ello, los medios impresos, salvo raras excepciones, históricamente han estado ligado al grupo de poder gobernante, sea del partido que sea. Atienden pues a intereses políticos gubernamentales y no a los intereses de la sociedad.

Es así que cuando ocurren levantones de diarios, a la sociedad en general, ni le importa si circulan o no. No ven reflejado en ellos su contexto, su realidad. La realidad que reflejan o replican esos medios es la realidad que se les dicta desde el poder político local.

En el sexenio pasado sabinista, era cotidiano que los medios todos, debían enviar al gobierno antes de imprimir, la relación de sus contenidos. Es decir, antes de imprimir la oficina de comunicación social revisaba minuciosamente todas y cada una de las notas que al día siguiente encabezarían esos medios. Si alguna les causaba ruido, ordenaban sacarla. Y así se evitaban el levantón posterior.

El papel censurador desde el gobierno local ha sido una historia permanente. Los medios se someten a esa censura. Se autocensuran.

Claro, los lectores saldrían a las calles a protestar y reclamar en otra ciudad y otro país. Pero en Chiapas, no pasa nada. Ocurre y seguirá ocurriendo siempre.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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