Después de 86 años San Juan Chamula cambió de color… se puso Verde… Chiapas también…
El 13 de agosto pasado, unos 500 indios chamulas de San Juan “afiliados” y/o “simpatizantes” del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se manifestaron en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Hicieron destrozos en el Palacio de Gobierno y se enfrentaron a la policía. Iban armados con palos, piedras, resorteras y quemaban cohetones. Dañaron la puerta principal y ventanales. 12 de ellos fueron detenidos y acusados de asociación delictuosa, daños, motín, atentados contra la paz, la integridad corporal y patrimonial de la colectividad y del Estado. Es la primera vez que chamulas “priístas” se manifestaron de esa forma contra el gobierno de Chiapas. Reclamaban que la elección municipal no se hizo de acuerdo a los “usos y costumbres”. Su “cultural” argumento pierde validez una vez que participaron en el proceso bajo las reglas electorales vigentes y, el pasado 26 de julio, depositaron su voto en alguna de las urnas de las 111 casillas y… perdieron. Con ello, 86 años de dominio priísta al modo Chamula. El candidato del Partido Verde… ganó.
En San Juan Chamula participaron planillas de 10 partidos. El cómputo de votos fue el siguiente:
- Partido Verde: 20,012
- Partido Revolucionario Institucional: 10,043
- Chiapas Unido: 4,631
- Mover a Chiapas: 2,639
- Nueva Alianza: 444
- Partido del Trabajo: 249
- Morena: 171
- Partido Acción Nacional: 123
- Partido de la Revolución Democrática: 118
- Encuentro Social: 45
Se computaron 38 mil 475 votos válidos y 2,149 nulos. Total: 40,629. Es decir, participó el 74.32% de los electores de esa población tzotzil. Sin duda el sistema de partidos, junto con todas las estructuras paralelas –legales e ilegales- y la reciente reforma política que garantiza la “paridad de género” para el ejercicio de la llamada democracia electoral funciona. Ha sido un éxito en toda la geografía mexicana. Es incluyente. No distingue etnia, género o clase.
Por otra parte, la diversidad de colores hace evidente que en San Juan Chamula la hegemonía del PRI es cosa del pasado. Es el resultado de casi medio siglo de perfeccionamiento del sistema político electoral mexicano. No hace mucho que los mandones de San Juan Chamula alardeaban que los indios en Chamulas eran: “cien por ciento priístas”. Todavía en 2012, un Ayuntamiento priísta recibió a un Salinas-Peña Nieto en campaña que, junto a su pareja, lucían el atuendo Chamula en la enorme plaza de San Juan.
¿Qué pasó? Algunos antecedentes.
Desde arriba, primer quiebre
A principios de la década de 1930, San Juan Chamula vivía su particular autonomía. El gobierno político y religioso estaba en manos de Principales, un Consejo de Ancianos que eran parte del Sistema de Cargos y lo regulaban. Un pueblo pobre que obtenía de sus tierras, a lo más, el 5% de los recursos que necesitaban para sobrevivir. Fuente principal de fuerza de trabajo barata para los ranchos y fincas en los Valles y las cafetaleras del Soconusco. La contratación la hacían bandas de enganchadores ladinos residentes en San Cristóbal de Las Casas. La mortalidad infantil era alta. Motivo suficiente para contar con un sacerdote católico que bautizara a los niños.
Con el gobierno del general Lázaro Cárdenas (1936-1940) se dio una importante fractura en Chiapas y en Chamula. Sus operadores políticos desplazaron del poder político y religioso al Consejo de Ancianos e impusieron a dos jóvenes que habían estudiado en la Casa del Indígena en que fundó el general Calles en la Ciudad de México. Es muy probable que los jóvenes Tuxum y Gómez Osob, hayan sido de los pocos indios bilingües y letrados de su época. El proyecto Cardenista puso en sus manos el poder político en San Juan y el control del Sindicato de Trabajadores Indígenas que fundaron con la asesoría de Erasto Urbina. Para 1950, estos jóvenes tenían el control casi absoluto de todos y cada unos de los asuntos de ese municipio. En Chamula no se movía nada sin su autorización.
1960: La iglesia de Samuel Ruiz en Chamula
En la década de 1960 los caciques de San Juan pidieron al obispo Samuel Ruiz que enviara a un sacerdote a bautizar a los niños. Los indios no querían que sus hijos murieran y menos si no estaban bautizados. El obispo, pensando en la evangelización de ese pueblo, fundó Misión Chamula. Los misioneros no respetaron los acuerdos tomados con los caciques de San Juan. Llevaron la Palabra de Dios fuera del Gran Templo, construyeron ermitas en los parajes y, más tarde, realizaron campañas en contra el consumo del sacralizado y vendito posh (aguardiente), crearon una cooperativa de consumo y una caja de ahorro popular. Con esas acciones atentaron contra las principales formas de acumulación de capital y símbolos sagrados: el Templo de San Juan, el comercio y la usura bajo el control casi absoluto de los caciques Mol Tuxum y Gómez Osob. La Misión fue expulsada violentamente en 1969.
1971: Desde arriba, segundo quiebre
Después de 41 años de hegemonía de los caciques de San Juan el estado de cosas cambió con el gobierno de Luis Echeverría en México y de Manuel Velasco Suárez en Chiapas. Iniciaba la década de 1970. Echeverría declaró que “el caciquismo es la causa del atraso en el campo”. Los gobiernos federal y estatal, en alianza con Samuel Ruiz, desplazaron del poder político a los caciques e impusieron como munícipe de San Juan a un profesor chamula que no pertenecía a esa esfera de control político local. De 1971 a 1973 floreció Misión Chamula. Los indigenistas chiapanecos Ángel Robles y Pablo Ramírez, y operadores políticos del PRI en Los Altos, advirtieron a los gobiernos federal y estatal que de cundir el “ejemplo” de San Juan Chamula el PRI perdería el control en esa región. En 1973, después de un enorme fraude electoral los caciques recuperaron el poder político y en 1974 iniciaron las sistemáticas expulsiones de miles de indios chamulas. Durante un poco más de tres décadas, impunemente, asesinaron, destruyeron ermitas, viviendas y violentamente expulsaron a miles de hombres, mujeres y niños de San Juan con la complicidad de los gobiernos federal y estatal. Bajo la bandera del PRI los caciques de Chamula continuaron con el poder local y acumulando capital invirtiendo en TODOS los giros posibles.
En 1993, del 9 de febrero al 10 de octubre, se registraron 26 acciones violentas contra cristianos católicos y evangelistas en 15 comunidades de San Juan Chamula. El 7 de septiembre de ese año 260 chamulas expulsados ocuparon la Coordinación de Asuntos Indígenas. Al 31 de diciembre había más de 500 chamulas refugiados en ese lugar.
1994: Desde abajo, tercer quiebre
Ahí los alcanzó el levantamiento armado del 1 de enero de 1994. En febrero, durante los diálogos en la Catedral de la Paz, una comisión de expulsados agrupados en el Consejo de Representantes Indígenas de Los Altos de Chiapas (CRIACH) se entrevistó con el Subcomandante Marcos. En 21 de Marzo, natalicio de Juárez, cientos de expulsados se manifestaron en la Ciudad de Las Casas. En mayo detuvieron a 4 chamulas responsables de las expulsiones en 1993. El 5 de mayo 500 chamulas de San Juan bloquearon la ciudad con 11 vehículos del Ayuntamiento. El 4 de julio los expulsados secuestraron al presidente municipal de Chamula: “le mostraron el montón de armas que ya tenían… y lo torturaron”. El 6 de julio cientos de chamulas de San Juan llegaron a la ciudad de Las Casas para liberar a su presidente. En la Coordinación de Asuntos Indígenas los expulsados los recibieron a ráfaga de metralleta, hirieron a 6 y mataron a dos. Los expulsados ya contaban con un grupo de autodefensa armado llamado Guardián de mi Hermano. Un centenar de hombres adiestrados y bien armados. Su misión: cuidar a sus hermanos cristianos no católicos.
A lo largo de 3 décadas el gobierno de Chiapas se había negado a atender el reclamo del retorno a sus comunidades. En 1994, los expulsados decidieron retornar “por su cuenta y riesgo”. Entre el 11 y 17 de agosto, 584 indios expulsados de 18 comunidades regresaron a San Juan. El 11 de septiembre los caciques respondieron con un ataque armado en Icalumtic. Asesinaron a dos personas, una mujer resultó herida, otra ilesa y fue violada una niña de 14 años. En 1995, la violencia no fue menor. De Marzo a Julio, se registraron conflictos en Apas, Zinacantán; en Cruzchot, Pilalchén, Arvenza I y II de San Juan Chamula; en El Puerto de Venustiano Carranza y en la colonia La Hormiga en la Ciudad de Las Casas. El recuento fue: 3 enfrentamientos, 6 personas secuestradas, 169 expulsadas, 6 viviendas destruidas, 3 desalojos de predios, secuestros, emboscadas y 7 personas heridas de bala.
“El día que lloró Chamula” fue crucial y modificó la historia de ese pueblo. El 18 y 19 de noviembre e 1995 se dieron varios enfrentamientos armados en la comunidad de Arvenza I. Las autoridades reportaron 6 muertos, 4 heridos, 4 casas y 4 vehículos incendiados. El Frayba reportó 18 personas muertas. Un testigo afirmó que habían sido 40 bajas mortales las del grupo armado de los caciques de San Juan.
El 7 de julio de 1996, se registraron dos incidentes: tres cristianos no católicos de la comunidad de Tzajaltetic fueron encarcelados, días más tarde, Enrique Lunes Patishtán presidente municipal chamula fue emboscado y herido en la cara. Se atemperaron los ánimos. Los caciques de San Juan sabían que los cristianos católicos y no católicos contaban con armas para responder violentamente. Las iglesias cristianas no católicas se consolidaron y sus templos se multiplicaron en San Juan Chamula.
En 2000: Retorno de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas a San Juan Chamula.
En mayo de 2000, Felipe Arizmendi sustituyó a Samuel Ruiz como obispo de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas. En 2001, Arizmendi reestableció relaciones con las autoridades de Chamula. Llegó a la cabecera municipal y visitó el Gran Templo de San Juan. Sin embargo, en 2002, las autoridades de Chamula volvieron a acudir a la Iglesia Ortodoxa argumentando que los sacerdotes católicos: “no respetaron las costumbres”. Felipe Arizmendi gestionó en la Secretaría de Gobernación el retiro del obispo ortodoxo y se reestableció el servicios del sacerdote católico.
En 2008, Felipe Arizmendi, envió al sacerdote tzotzil Marcelo Pérez – originario de San Andrés Larraínzar -, a compartir las tareas con el padre Carmelo. Marcelo – el padre indígena -, no pudo estar más de dos semanas en el lugar. Los Chamula no aceptan que un sacerdote indio bautice a sus hijos, menos, si es andresero. Ese año, un incidente provocó la inminente expulsión de los dos sacerdotes. La intervención de Felipe Arizmendi permitió que las autoridades de San Juan aceptaran los servicios del jesuita Pedro Arriaga. El 7 de septiembre de 2008, el jesuita fue recibido por el presidente municipal de San Juan Chamula y le impusieron no celebrar en tzotzil y no usar el atuendo Chamula y pronto cumplirá 7 años de trabajo pastoral en San Juan. En 2015, es el único ladino que vive en la cabecera municipal. Tenemos una charla pendiente. Es muy probable que el misionero jesuita, muy pronto, nos pueda responder la pregunta: ¿Qué es amar a Dios en tierra de indios?
El 16 de Agosto, de este año, cientos de chamulas cristianos no católicos de Cuchulumtic celebraron los 21 años del retorno a su comunidad.
Julio de 2015: Desde arriba, cuarto quiebre… San Juan Chamula… Verde… Chiapas… Verde…
Sin duda, han sido significativos los cambios de los últimos 20 años en San Juan Chamula. En dos décadas se ha erosionado la hegemonía y poder de los caciques que se asumen “cien por ciento” del PRI. El férreo control excluyente del núcleo duro de poder bajo la bandera del PRI creó importantes descontentos en el resto de las fuerzas económicas, políticas y religiosas que se fueron ampliando y diversificando. Se modificó la correlación de fuerzas. Todos los grupos de poder económico, político y religiosos están armados. Las diversas formas de religiosidad Chamula se consolidan.
Una vez que en Los Altos de Chiapas se instaló el Sistema de Partidos, los grupos excluidos del poder contaron con plataformas políticas para participar electoralmente. Son plataformas que no poner en riesgo al sistema político mexicano. Lo refuerzan. Los operadores políticos se encargan de negociar con las fuerzas locales los puestos de “elección popular”. Eso puede explicar porque hoy San Juan Chamula es Verde. No podemos despreciar la eficacia del Sistema de Partidos, al Verde migraron las ex bases de apoyo zapatista.
En 2015, el control político en la región de Los Altos de Chiapas es multicolor. 17 municipios se ubican en ese territorio. En 16 localidades la población es mayoritariamente indígena. 9 municipios son gobernados por el PRI (uno es el emblemático San Andrés Larraínzar); 6 por el Partido Verde (de peso, San Cristóbal de La Casas y Chamula), y 2 por el PRD. Chiapas en Verde y ese partido gobierna 59 de los 122 municipios. El PRI 28. El resto, 35, lo gobierna la morralla electoral, es decir, una decena de partiditos. Sin embargo, la cultura política de todos y cada uno de los “institutos políticos” responde a la que el PRI forjó en los últimos 86 años. ¿Qué cambió? Los colores y la forma de control político. Por eso funcionan el fraude, las despensas, los programas sociales y la especulación en la compra venta de votos. Sucede lo mismo en cada campaña y en todos y cada uno de los municipios… Cosas de la Ingeniería Política y del Control Social que se han ido refinando en México.
muchísimas gracias por darnos acceso a tan interesante información. tienen alguna información que pudieran compartir en referencia al templo de san juan bautista en la población de san juan chamula. estoy buscando específicamente como se traspasó el uso del interior desde la iglesia católica hasta las comunidades indígenas locales. muchas gracias
Muy interesante e informado el artículo de Gaspar, felicidades!! Es un tema electoral lo que explica las manifestaciones, cierre de carreteras y vandalismos del 20 de agosto en SCLC?… tengo una hipótesis… no estarán juganzo los caciques y el gobierno Estatal con la manipulación y la simulación de «los indios descontrolados» para que el ejército intervenga en Chiapas contra el magisterio que se rebela con tomar escuelas y mantener su paro este lunes 24 de agosto??? Es solo una hipotesis…