Sabines, diplomacia de la impunidad
Dos años y medio después de dejar la gubernatura de Chiapas en medio de acusaciones de corrupción y de heredar una deuda de 40 mil millones de pesos, Juan Sabines Guerrero logró abandonar el país con inmunidad diplomática. El gobierno de Enrique Peña Nieto lo propuso y el Senado de la República lo ratificó como cónsul de México en la ciudad estadounidense de Orlando, Florida, cuyo sueldo mensual será de poco más de 7 mil dólares, es decir, alrededor de 112 mil pesos.
Muchos chiapanecos no esperaban ver al exgobernador en un sitio asociado con el glamour y la fastuosidad diplomática, sino en un tribunal aclarando las irregularidades cometidas en su administración y el irresponsable manejo de las finanzas públicas del estado más pobre del país. Pese a las evidencias de los malos manejos del presupuesto y no obstante la “intención” expresa de la Auditoría Superior de la Federación y del gobierno del estado para investigar la depredación desbocada del erario, nada se hizo para deslindar responsabilidades en lo que se considera el mayor atraco a las arcas públicas de Chiapas.
En este sentido, la llegada de Sabines al consulado mexicano en Orlando, significa una victoria más de la impunidad sobre las exigencias de justicia de la sociedad que reclama el sometimiento de los funcionarios al imperio de la ley; y representa también la victoria del reino de la opacidad sobre las demandas de transparencia en el ejercicio del poder de los gobernantes.
De acuerdo con información del portal de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER) y del Consulado de México en Orlando, Sabines Guerrero tiene el estatus de ministro y es miembro del Servicio Exterior Mexicano, lo cual quiere decir que para ingresar tuvo que participar en un concurso
público y cumplir, entre otros requisitos, con el de “estar apto física y mentalmente para el desempeño de las funciones del Servicio Exterior”; “tener buenos antecedentes” y ser menor de 30 años de edad. En este último punto hay excepciones y la Comisión de Personal “podrá dispensar este requisito si a su juicio así lo amerita el perfil académico y profesional del aspirante”, situación que resulta difícil de justificar en una persona de 46 años que no ha destacado en esos aspectos.
Además, para ingresar como funcionario de carrera a la rama diplomático-consular, el exgobernador debió aprobar varios exámenes, entre ellos uno de cultura general orientado a las relaciones internacionales; uno para comprobar el dominio del idioma inglés (oral y escrito) y la capacidad para traducir alguno de los otros idiomas oficiales de la Organización de las Naciones Unidas; la elaboración de un ensayo sobre un tema de actualidad en política exterior; exámenes médicos y psicológicos; cursos especializados en el Instituto Matías Romero; y un periodo de experiencia práctica en la SRE.
Con estos datos ahora nos queda más claro por qué en la etapa final del gobierno de Sabines se habló mucho de que podría irse como funcionario de la Organización de las Naciones Unidas, de cuyo prestigio se colgó al trabajar e incluir en la Constitución local los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, pero que en los hechos muy pocos logros se alcanzaron, principalmente en el de la erradicación de la pobreza extrema.
Ahora también comprendemos mejor por qué su desmesurado interés por “promocionar” y “respetar” los derechos humanos de los migrantes y el de reforzar sus relaciones con los gobiernos centroamericanos, las cuales se tradujeron en reconocimientos oficiales como la Orden «José Cecilio del Valle», entregado por el gobierno de Honduras, en grado de Gran Cruz Placa de Plata; o bien la Orden del Quetzal en grado Gran Cruz por el gobierno de Guatemala, o la Condecoración Orden Nacional «José Matías Delgado” en el Grado Gran Cruz Placa de Plata, concedida por el gobierno de El Salvador. “Por los avances en las acciones encaminadas al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio…” la ONU-México en octubre de 2010 le entregó el galardón “Más Naciones Unidas en México”. Y la American Chamber of Commerce México le otorgó un reconocimiento por el Fomento al Desarrollo e Intercambio Comercial.
Ahora nos explicamos también por qué la disparatada idea de crear una diputación para los migrantes, cuyo beneficio a los chiapanecos que radican en Estados Unidos nunca ha quedado claro, y sí ha resultado muy onerosa pues en el 2012 sólo votaron 533 personas y cada sufragio costó 22 mil 500 pesos.
Es evidente que Juan Sabines Guerrero labró su futuro diplomático desde el gobierno de Chiapas, tomando como bandera el fenómeno migratorio y estableciendo una amplia red de respaldos políticos con gobiernos centroamericanos, con asociaciones de migrantes en Estados Unidos, pero sobre todo con funcionarios federales y con el presidente Enrique Peña Nieto. Ya en el exilio sólo afinó los detalles para asumir su nueva encomienda en el servicio público.
Sin duda, para Sabines el consulado en Orlando es una gran victoria política pues prácticamente queda exonerado de cualquier responsabilidad de lo sucedido en su administración como gobernador de Chiapas. Sabines dio el primer gran paso para lavar su deteriorada imagen y debe estar muy feliz, como felices deben estar quienes lo acompañaron en su desastroso gobierno y quienes desde el gobierno mismo lo protegieron para impedir que fuera llevado a los tribunales para rendir cuentas.
La estridente exigencia de justicia salió derrotada. Triunfó la diplomacia de la impunidad. Los silencios de la clase política local son sepulcrales. El repiqueteo de los teléfonos en 2550 Technology Dr. Orlando FL, 32804 USA, es una fiesta.
TRIVIA: ¿Cuál será el nuevo vuelo internacional que el gobierno de Chiapas gestionará hacia una ciudad de Estados Unidos?
Es una decepción y una vergüenza más, ocasionados por el sistema político mexicano. Un auténtico ladrón premiado por un gobierno igualmente corrupto que le garantiza impunidad.
UNAS RATAS CORUPTAS,AND MAS,MAS