Los riesgos de no reconocer el triunfo de Paco Rojas
En Palacio de Gobierno se han formado dos grupos: el minoritario, el que aconseja reconocer el triunfo de Paco Rojas, y el de los aferrados a imponer, contra la voluntad de los electores, a Fernando Castellanos Cal y Mayor.
Los partidarios de esta última propuesta señalan que la votación es muy baja; que las personas tienen otros intereses y que estarán inconformes una semana, un mes, pero que después dejarán a Paco Rojas protestando con su soledad.
Desestiman, asimismo, las declaraciones de los dirigentes del PAN y del PRD, quienes alertaron en un principio de una elección de Estado y ahora muestran evidencias del fraude cometido.
Los primeros, por el contrario, argumentan que los costos a pagar por imponer a Fernando Castellanos Cal y Mayor son demasiado altos que, más temprano que tarde, redundará en la alicaída imagen del gobernador.
Manuel Velasco Coello, por su parte, vive su peor momento. Enojón, de por sí, hoy regaña constantemente a sus colaboradores; manotea y se mantiene irascible. Es un gobernador joven pero cansado, y hasta aburrido con su principal tarea de gestionar votos para su partido.
Dejar a Fernando Castellanos implica continuar con el stress constante por los dolores de cabeza que le provocará Paco Rojas en la defensa del voto tuxtleco.
El primer problema que se le presenta al gobernador Manuel Velasco al aceptar la derrota de Castellanos Cal y Mayor es que se queda sin proyecto personal para encarar las próximas elecciones. Con su alfil descarrilado, los candidatos que emerjan (Eduardo Ramírez Aguilar, Luis Armando Melgar, Roberto Albores, Zoé Robledo, el propio Paco Rojas, más lo que se acumulen) tienen carrera propia y le deben muy poco.
Fernando Castellanos, por el contrario, es hechura del gobernador chiapaneco. Él lo formó, lo impulsó y le tendió el tapete verde a la presidencia municipal de Tuxtla, que el candidato dilapidó inexplicablemente.
Eso no garantiza, y debería saberlo el gobernador, su lealtad. Juan Sabines Guerrero encarceló a su padre putativo; quien lo hizo diputado, presidente municipal y gobernador.
No reconocer que Paco Rojas ganó la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez será un Waterloo para el propio gobernador, que expone su capital y su futuro político.
El conflicto que se genere en Tuxtla rebasará nuestras fronteras y su imagen, que nos costó 500 millones ponerla en autobuses y paradas de camiones en diferentes partes del país, tendrá la marca del fraude y del cinismo. En defensa de Paco Rojas han salido los dirigentes nacionales del PAN, del PRD y hasta el candidato de Morena en Tuxtla Gutiérrez, Víctor Manuel Ancheyta, quien ha señalado que con el 95 por ciento de actas computadas por su equipo, el candidato del PAN aventaja con 5 mil votos.
Paco Rojas y los ciudadanos tuxtlecos, que lo apoyarán en la protesta, son capaces de paralizar la administración local; hacer ruido y provocar un malestar permanente al gobernador de Chiapas.
De ser abandonado por sus huestes, Paco Rojas, no lo dudo, estará dispuesto a inmolarse. Viene de una familia de rebeldes que tienen un sentido del deber arrebatado y no son cobardes. Es cae mal a veces, pero su carácter no está en discusión, ni su pasado como presidente municipal, sino el respeto al voto.
En este proceso Paco Rojas ha vivido de todo: le ofrecieron una secretaría en el gobierno y dinero a cambio de su candidatura, pero no cedió. Ahora, las ofertas regresaron duplicadas para que desista de reclamar su triunfo. Padeció presiones y una campaña infame que se le revirtió al candidato del Verde.
Gente de su equipo no resistió la oferta y hoy, como sucede con el presidente del comité directivo municipal del PAN (expulsado desde que empezó a trabajar con Fernando Castellanos en la campaña), hace un triste papel defendiendo la casa ajena.
La violencia que ayer inició, propiciada por partidarios del Verde, amenaza con incrementarse, y de no ser detenida, puede arrastrar en su remolino la estabilidad del gobierno estatal.
Consejeros municipales eran ayer rehenes para avalar un proceso sucio y otorgar el triunfo a Castellanos Cal y Mayor. Las boletas “resguardadas” en el IEPC parecen ya haber sido cambiadas. El rosario de delitos es tal que los operadores oficiales ya rebasaron a Juan Sabines, el maestro del atropello.
Por el bien de Chiapas, las instituciones deben hacer su labor: respetar la voluntad ciudadana que se expresó en las urnas, pese al acarreo, alteración de actas, cambio de boletas, campaña ruin en los medios, mala captura en el PREP, compra y coacción del voto.
***
Sarelly Martínez Mendoza es doctor en ciencias de la información por la Universidad Complutense de Madrid, profesor de la Universidad Autónoma de Chiapas, miembro del Sistema Nacional de Investigadores de Conacyt y autor de varios libros, entre los que destacan La prensa maniatada, el periodismo en Chiapas y Radios al margen, frecuencias no concesionadas en Chiapas.
Síguelo en :
https://www.facebook.com/sarelly.martinez
https://twitter.com/sarellymm
Lea otras columnas de Sarelly Martínez relacionadas con el tema:
En Tuxtla ganó el hartazgo; en Chiapas, el acarreo
Fernando Castellanos Cal y Mayor, derrota anunciada
Cuarto Poder, Diario de Chiapas y El Heraldo, decomisados en Tuxtla
Tuxtla, las elecciones municipales más sucias de la historia
La disputa por Tuxtla, Fernando Castellanos y Paco Rojas
apoyamos a paco y solicitemos en cada uno de los municipios un referendum para solicitar la destitucion del goberrnador por intrometerse en las elecciones utilizando el poder de manera facciosa en tiempos democraticos ya no es posible permitr eso, que pensabamos que habia quedado atras.
Excelente analisis la unica pregunta es si el pequeño verdecito lo entendera, porque ahora que tiene la oportunidad de hacer historia al parecer su berrinche no lo deja, el quiere la pelota roja y siente que los ciudadanos se la estan arrebatando, y a los ciudadanos nos toca defender el voto, defender nuestra desición de YA NO MAS VERDE, y nunca abandonaremos a Paco Rojas hasta las ultimas consecuencias y vaya que no soy panista, pero lo que pasa en Tuxtla raya en la burla y el descaro total, y la complicidad del periodismo ni se diga, los lamebotas siguen cuidando la imagen y ni siquiera importancia le dan.
Excelente análisis que pone en alerta a quien o quienes ostentan el poder sin justificación alguna. Felicidades Sarelly.
ojalá y no dejemos solo a Paco, urge recuperar Tuxtla, y para ello toda la ciudadania es necesaria, basta de burlas e imposiciones, de estafas y de corrupción, sigamos con el apoyo a Paco y vamos hacia adelante