El PVEM quiere el carro completo, a costa de la legalidad en la elección
En algunas regiones se disputa «la plaza»
A las ya tradicionales confrontaciones que se dan en municipios de alta polaridad política y social de Chiapas, en estas elecciones se sumó la disputa que tienen los candidatos del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) por el control político de corredores estratégicos para la seguridad nacional, como es la zona fronteriza, donde el negocio ya no es el que deja la administración pública, sino el trasiego de todo tipo de mercancía ilegal y las millonarias ganancias que de ello derivan.
Comitán es un ejemplo de ello. Este lugar es un punto de paso nodal en la frontera sur. En este municipio, si bien el PVEM fue en alianza con el Revolucionario Institucional (PRI) en la elección federal del 7 de junio, ahora encarna con este partido una lucha que incluye agresiones violentas y amenazas de muerte. Los candidatos a la presidencia de ambos partidos, los «Marios Guillén», se acusan mutuamente de tener vínculos con la delincuencia organizada.
La forma en que el PVEM conciben esta región fue clara en el comunicado que dio a conocer para intentar deslindarse de los actos de violencia suscitados el miércoles pasado, donde fue documentado el actuar de grupos de choque. En el documento señala: «vemos a Comitán como un municipio político, no como una plaza al servicio de los intereses obscuros».
Otro lugar en donde el PVEM es acusado por organizaciones defensoras de los derechos humanos y por pobladores, de movilizar a grupos armados para coaccionar o inhibir el voto, es la zona de Yajalón y Tila. Esta zona es otra región estratégica que comunica la zona norte con Tabasco, en un punto ciego por cuanto al control de las instituciones que ahí se tiene. Es ese otro foco rojo para la seguridad nacional.
Lo mismo sucede en el corredor que pasa por Pueblo Nuevo Solistahuacán y Simojovel. En el primer municipio apenas el pasado jueves fue asesinado en pleno centro un hombre llamado Raquel Bautista, personaje ligado al poblado Rincón Chamula.
La evidencia de lo que se mueve en estos dos municipios se puede ver con la detención el pasado 13 de junio, del exalcalde priísta de Simojovel, Juan Gómez Domínguez, quien pensaba contender de nuevo por la diputación de esta zona, pero las denuncias reiteradas por parte de la población por sus vínculos con el tráfico de drogas, armas y otros ilícitos, obligaron a las autoridades a apresarlo cuando iba con otras personas y llevaba consigo armas de uso exclusivo del Ejército Mexicano y Fuerzas Armadas y droga.
En Pueblo Nuevo la historia de los intereses que se mueven también se fueron clarificando desde marzo, cuando al ahora ex alcalde Enoc Díaz Pérez se le logró comprobar que operaba con el grupo de civiles armados llamados «Los Diablos». Si bien al ex alcalde se le detuvo, Los Diablos siguen sueltos en la región y participan en la contienda por el control político.
Un lugar que sobresale también por la virulencia con la que se disputan la zona, es el municipio de Pijijiapan. En el mapa de los corredores fronterizos Pijijiapan forma parte de las rutas marítimas y terrestres del trasiego.
La dupla de los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista de México (PRI-PVEM) arrasó en la elección federal de 7 de junio con más del 70% del total de los sufragios, pero para la elección estatal, la lucha principal es entre ellos, con intervenciones parciales de los partidos satélites del gobernador.
El auge del Verde
El PVEM ha pasado de tener sólo el 7.94% del total de la votación en la elección de 2009, a obtener la gubernatura del estado con Manuel Velasco Coello en 2012; y ahora junto con su aliado el PRI, lograr el 69.4% en los comicios de junio pasado. Para esta elección la alianza entre ambos partidos será únicamente en los dos municipios más grandes, la capital de Chiapas y en Tapachula.
En el resto de los 122 municipios el PRI va sólo, y el Verde aliado con el Partido Nueva Alianza y el local Chiapas Unido. De las 24 diputaciones de mayoría relativa que también se votarán el 19 de julio, en 8 van independientes y en 16 coaligados.
La tercera fuerza política en Chiapas es el Partido Morena, quien obtuvo en la pasada elección el 6% de la votación; le siguen en correlación de fuerzas el Partido de la Revolución Democrática (PRD) seguido de Acción Nacional (PAN). Atrás quedó la fuerza de estos últimos dos partidos, quienes en 2006 lograron ganar la gubernatura de Chiapas mediante su alianza.
Ante un panorama desfavorecedor donde sólo se disputan menos del 30% de los sufragios, el PRD, PAN y otras fuerzas han denunciado de manera reiterada que se trata la presente elección estatal, de una “elección de Estado”.
Carlos Navarrete Ruiz, presidente nacional del PRD, durante una gira por Chiapas para apoyar a las y los candidatos, denunció que en esta entidad “hay un control político y social abrumador e ilegal, fuera de la ley usando los recursos del estado y sus programas para condicionamiento del voto”.
El perredista acusó al gobierno de Manuel Velasco de utilizar los recursos y el aparto de gobierno a favor del Partido Verde, y dijo que al igual que en la pasada elección, la del 19 de julio sería una “elección de Estado”.
El secretario del Comité Directivo Estatal del Partido Acción Nacional, Miguel Ángel Chávez Nava, hab{ia advertido al inicio de las campañas electorales que existe la posibilidad que se dé una “elección de Estado”, que favorezca a las y los candidatos del Partido Verde.
“Se debe dar mayores garantías a la ciudadanía y a los Institutos Políticos, de un proceso electoral imparcial. Se ha formalizado ante el INE para que intervenga en el proceso electoral. El INE tiene facultades y posibilidades, tiene que intervenir en Chiapas y tomar el proceso en sus manos, para conducirlo y garantizar equidad, equilibrio y respeto”, coincidieron Nava Chávez y Carlos Navarrete.
Partidos locales, una comparsa
Dos partidos locales, Mover a Chiapas y Chiapas Unido, han fungido en el actual proceso, como partidos comparsa del Verde. En el 85% de las candidaturas Chiapas Unido va unido al Verde. Los dirigentes y militantes de Mover a Chiapas por su parte, coexisten con la Fundación Manuel Velasco Suárez, creada en honor al abuelo del gobernador chiapaneco.
Araceli Burguete Cal y Mayor, Doctora en Antropología y profesora-investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Sociales y Antropológicos del Sureste (Ciesas), y Gerardo Coutiño Montes, economista y analista político de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), sostienen que la presencia de estos dos partidos a los que llaman “satélites del gobernador”, y el clientelismo político que ejercen estos y el Verde, permiten avizorar un carro completo para el Verde en la próxima elección.
“En Chiapas a la vista de todos hay funcionarios de gobierno operando para el Partido Verde y sus satélites, con tal cinismo que está creando una apatía social posmoderna que llega incluso a criminalizar la política electoral, haciendo que la ciudadanía renuncie a priori a su derecho al voto, y dejando los espacios de elección popular en manos de Estado”, refiere Burguete Cal y Mayor, quien advierte también un alto nivel de abstencionismo.
Coutiño Montes sostiene que con el Partido Verde “se ha perfeccionado en Chiapas la política clientelar a través de sus partidos satélites”. Refiere que “el estado más pobre del país es un laboratorio político, donde la alternancia sacó al PRI del poder local, pero no desterró a sus grupos de poder y sus prácticas clientelares”.
El escenario para los 3.8 millones de electores chiapanecos, concluye Coutiño Montes, es “sobrevivir engrosando las filas burocráticas o manteniéndose dentro de los patrones de beneficiarios de programas asistencialistas”. En ambos casos, quien controla las posiciones es el “gobierno Verde”, que busca conservar el carro lleno.
Nueve candidatos independientes capitalizan hartazgo
Por primera vez en un proceso electoral, el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) registró a nueve candidatos independientes, para contender por las presidencias municipales de Palenque, San Fernando, Ángel Albino Corzo, Carranza, Tapachula, Tecpatán, Francisco León, Tuxtla Gutiérrez; y uno más que aspira a la diputación de la zona poniente de la capital de Chiapas.
Ellos obtuvieron el aval de al menos 1% del total del Padrón Electoral de su municipio o Distrito, sin embargo no se les permitió tener acceso a los tiempos de radio y televisión pautados para el proceso electoral.
Tampoco obtuvieron recursos públicos para la promoción de propuestas e imagen previo a su registro como candidatos independientes. Para lograr el apoyo ciudadano trabajan con sus propios recursos.
Destaca un reparador de calzado, Felipe de Jesús Juárez Morales, candidato a la presidencia de Tecpatán, un municipio con una fuerte presencia de la religión evangélica. Uno de sus argumentos para contender es que “la gente está cansada de los políticos que sólo prometen y no hacen más que enriquecerse”; el segundo aliciente que tiene es que “si ganó ‘el Bronco’ en Nuevo León, también puede suceder aquí”.
Entre los independientes también están personajes como Rafael Jiménez Arechár, candidato a la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez. Licenciado en Administración de Empresas, apenas en 2012 fue precandidato a Senador por el PRD. Dice que salió decepcionado de ese partido, pero que le interesa hacer carrera política. Su idea para ganar es “hacer una campaña muy agresiva en las redes sociales”, su propuesta de gobierno, “ciudadanizar” la toma de decisiones.
La paridad de género y la caída del IEPC
Otra característica de la actual contienda la marcaron la Red de Mujeres por la Paridad, quien logró que los partidos cumplieran con la paridad de género, sin embargo el nombramiento de unas 600 mujeres candidatas de diferentes partidos se dio apenas el pasado lunes, y eso por mandato del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Entre las nuevas candidatas están hermanas, esposas y familiares cercanos de varones que antes ocupaban las candidaturas. Son estas las nuevas Juanitas de Chiapas.
Más aún, a tan sólo un día de la elección, los partidos políticos y el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) continúan «ajustando» las candidaturas, e hicieron más de 120 nuevos cambios. La certeza de quienes contenderán en la elección de este domingo, no existe.
El IEPC, órgano que debió haber sido organizador y garante de la elección, ha perdido toda credibilidad y sus consejeros tienen encima un proceso de destitución en su contra. Esta situación demerita el proceso en su conjunto. ¿Cómo las y los consejeros van a avalar una elección cuando ellos mismos están en entredicho?
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