“Memorias de la penitenciaría” o el asesinato de Belisario Domínguez

En los días aciagos del asesinato de Belisario Domínguez y de la disolución del Congreso en octubre de 1913, un diputado sancristobalense, Jesús Martínez Rojas, armó una crónica con sus vivencias, recortes de periódicos, diario de los debates del senado, actas de las sesiones legislativas y transcripciones de diálogos con diversos protagonistas de la colonia chiapaneca de la ciudad de México.

A través de un relato apresurado, por la presión del instante, se pueden revivir los momentos angustiosos provocados por la desaparición del senador y su posterior asesinato, así como la toma de postura, por la búsqueda de la verdad y la inseguridad, o por el conformismo y la protección de Victoriano Huerta.

José Martínez Torres y Antonio Durán Ruiz, con el apoyo de Fabio Alexis de Ganges López, acaban de editar ese documento valioso escrito en 1913 con el título de Memorias de la penitenciaría (INAP, Chiapas y Afínita Editorial, 2014).

Para unos reaccionario, para otros liberal, lo que no hay duda es que Jesús Martínez Rojas era un hombre valiente y de convicciones. Como diputado no votó por la admisión de las renuncias de Francisco I. Madero y de José María Pino Suárez.

memroias

Al conocer la desaparición de Belisario Domínguez interpeló al ministro de Gobernación sobre este hecho, y encabezó la comisión investigadora de la Cámara de Diputados para esclarecer el crimen del prócer comiteco.

Por estos hechos fue encarcelado. A su salida de la penitenciaría se trasladó a Veracruz, debido a que no podía regresar a Chiapas por “la tiranía militar de Palafox”.

El relato inicia con el famoso discurso que Belisario Domínguez pensaba pronunciar en el Senado en el que exigía la renuncia de Victoriano Huerta por ser “un soldado sanguinario y feroz, que asesina sin vacilación y escrúpulo a todo aquel que le sirva de obstáculo”.

Martínez Rojas recupera hechos muy conocidos: la detención del senador en Hotel Jardín entre las once de la noche y una de la mañana, su asesinato en Coyoacán, la identificación del cráneo con un “casquillo de oro” en la dentadura, y los restos de ropa quemada en donde aún se conservaban las iniciales B.D.

El relato del diputado sancristobalense abunda en detalles menos conocidos: “Los sepultureros que cavaron la fosa en que descansaban los restos de la víctima, fueron pagados con el mismo dinero que el Senador Domínguez llevaba en uno de los bolsillos de su traje”. Y transcribe sus últimas declaraciones: “No, querido paisanito, no tengo miedo, pues al contrario, le debo un favor a este traidor (refiriéndose a Huerta), el que no me haya quitado la vida todavía”.

Critica la actitud vergonzosa de otros diputados chiapanecos que no firmaron ningún documento para esclarecer el asesinato de Belisario Domínguez, como fue el caso de Rómulo Farrera, quien prefirió ocultarse y después marcharse de vacaciones a Estados Unidos o de Emilio Rabasa y Virgilio Figueroa (hermano del poeta Rodulfo) quienes no se manifestaron para no enfurecer a Huerta. De Querido Moheno, ministro de relaciones exteriores entonces, dice que era un “desagradecido” pues pese a deberle la diputación a Madero, lo traicionó y traicionó al pueblo de México al comunicar la disolución de la cámara de diputados.

En este festejo del Día Mundial de la Libertad de Prensa bien vale la pena revisar este documento que resalta la hombría del prócer comiteco en un escrito redactado apenas unos días después del 7 de octubre de 1913, fecha del asesinado del senador por Chiapas.

2 Comentarios en ““Memorias de la penitenciaría” o el asesinato de Belisario Domínguez”

  1. Ricardo Martínez Rojas Rustrian
    31 agosto, 2015 at 17:27 #

    Buenas tardes.
    ¿Como puedo conseguir el libro «Memorias de la penitenciaría ó el asesinato de Belisario Domínguez» de Jesús Martínez Rojas.
    En espera de su respuesta

    • Sarelly Martínez Mendoza
      1 septiembre, 2015 at 9:13 #

      Está a la venta en la Librería del Fondo de Cultura Económica de la Unach. Saludos

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