Eduardo, el gesticulador

Eduardo Ramírez Aguilar, de la Secretaría del gobierno de Chiapas al PVEM. Foto: Facebook

Eduardo Ramírez Aguilar, de la Secretaría del gobierno de Chiapas al PVEM. Foto: Facebook

 

Eduardo Ramírez Aguilar dejó la Secretaría de Gobierno pero no el gobierno. Ahora es el titular de la Secretaría de Acción Electoral, eufemísticamente llamada Partido Verde Ecologista de México. Ahí podrá continuar con plena libertad lo que venía haciendo desde que fue llamado al gabinete de Manuel Velasco Coello: promocionar su figura en anuncios espectaculares, periódicos, revistas, radio y televisión. Ya se le puede ver en su papel de “líder de masas” abrazando a mujeres y viejecitas en concurridos actos de celebración del Día de las Madres o en las giras para refrendar la unidad de la familia Verde.

La toma de protesta de Ramírez Aguilar, el 10 de mayo, fue apoteósica. El brazo electoral del gobierno mostró su músculo, orgullo de los esteroides anabólicos; 30 mil fieles militantes en el Estadio “Víctor Manuel Reyna” injustamente llamados “acarreados” porque fueron trasladados de decenas de municipios a la capital, con la promesa de comida, despensa y regalos electrodomésticos. Toda una proeza a cuenta del erario y a la generosidad de varias dependencias estatales que invirtieron recursos económicos, materiales y humanos para darle volumen y realce al ungimiento del tucán aspirante a Príncipe. Cuando la gente que “nos une” descubrió el engaño, se acordó de la madre que quedó en el pueblo y recordó con magnanimidad la de otros.

Alcalde de Comitán por el PVEM, diputado federal, secretario de Gobierno, regreso a la curul, vocero pvemista, dirigente partidista estatal…, la trayectoria ideal de ERA… y lo que venga… “serviremos a Chiapas desde cualquier trinchera”. Lo de partido apéndice del gobierno es una broma con mala leche. ¿Alguien puede inferir qué intereses rigieron la conducta política de Eduardo Ramírez durante su paso por la Secretaría de Gobierno? o ¿de qué color era el papel donde se firmaban las minutas de acuerdo?

No hay buenas opiniones sobre cómo dejó Eduardo Ramírez la gobernabilidad de Chiapas, sin embargo las consecuencias más severas seguramente las sufrirá en carne propia durante las elecciones federales, pero sobre todo en los comicios locales donde se espera que se potencien los conflictos no resueltos durante su gestión.

Si desde que estaba en la Secretaría de Gobierno ya mostraba proclividad a exponer su imagen con la campaña promocional de “Vengo de la cultura del esfuerzo” y con su programa en radio y tv oficial “Platicando con Eduardo Ramírez”, que la Sala Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sancionó como promoción personalizada, ahora el delegado gubernamental plenipotenciario en el PVEM anda desatado. Por la forma en que personaliza su vestimenta y por el interés de divulgar su imagen en actos multitudinarios, más que dirigente partidista parece candidato a algo que por estrategia o restricción legal aún no se da a conocer. ¿Diputado local para controlar el Congreso en el último tramo del gobierno velasquista? Es probable. Legislador y dirigente estatal del Verde, sería una combinación adecuada desde la cual puede seguir aspirando a ser el primero en la línea sucesoria. Aunque esa posibilidad depende de otros factores de mayor peso. Así que podría valer la pena la espERA o en el camino puede que la esperanza muERA.

¿Y EL ESTADO SEGURO? Desde el sexenio anterior se ha intentado hacer creer que Chiapas es uno de los estados más seguros del país. En esa línea propagandística se han anunciado acuerdos con la federación, convenios con gobiernos extranjeros para capacitación policiaca, inversión en tecnología para prevención y persecución de delitos, aplicación de exámenes más estrictos para la selección de personal, así como los mecanismos de control y confianza; sin embargo, la bestia de la inseguridad no se deja domar. Datos arrojados por la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública del INEGI 2014, pone las cosas en su verdadera dimensión. Lejos de ser la segunda entidad más segura del país, como lo publicita el gobierno, Chiapas está catalogado como uno de los diez estados “focos rojos” por el alarmante crecimiento de la inseguridad. Dice el documento: “De 2013 a 2014, en Baja California Sur se disparó en un 30.4 por ciento; en Chiapas en 21.9 por ciento; en Hidalgo 16.2 por ciento; en Oaxaca 15.3 por ciento; en Tlaxcala 15.2 por ciento; en Guanajuato 10.1 por ciento; Sonora 9 por ciento; en Veracruz con 7.1 por ciento; en el Distrito Federal se elevó en un 6.3 por ciento; y en Baja California 4.3 por ciento”. Además, no quedamos bien parados respecto a los delitos no denunciados. Una investigación del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados señala que se elevaron en 91.8 por ciento, el sexto más alto en el país. Queda claro que la propaganda oficial no resiste los impactos de los datos duros. ALCALDE INVISIBLE. ¿Alguien sabe si Samuel Toledo es aún alcalde de Tuxtla? Al parecer, la veda electoral hizo más visible lo que los capitalinos ya percibían con claridad: la nulidad del presidente municipal, fenómeno que por cierto no es privativo de esta golpeada ciudad. A seis meses de concluir el trienio y con más reclamos que aplausos, decenas de ediles están en calidad de “desaparecidos”.

 

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