Acción Ciudadana Frente a la Pobreza
La próxima semana alrededor de 50 organizaciones de la sociedad civil de todo el país presentarán en la Ciudad de México la iniciativa Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, que pretende mediante la participación ciudadana hacerle frente a uno de los principales problemas de nuestro país: la pobreza y la desigualdad.
México no es un país pobre, es la economía número 10 del mundo, pero aún así la mayoría de su población sí lo es; somos el país número 71 en el índice de desarrollo humano a nivel mundial. El problema no es solo la pobreza, sino sobretodo la desigualdad, es decir, las barreras que existen para la movilidad social, para que las personas en situación de pobreza accedan a mejores ingresos y tengan la esperanza al menos en una siguiente generación de mejorar su situación.
En 20 años, de 1992 a 2012, el número de personas pobres aumentó en nuestro país en 14.5 millones, es decir creció casi a la misma tasa que la población a pesar de todo el presupuesto que se ha destinado desde entonces.
Esta iniciativa pretende convocar a todos los ciudadanos y a las organizaciones sociales que desde hace años trabajan desde lo local, estatal y nacional en hacer frente a la pobreza y la desigualdad desde diferentes trincheras, a generar una agenda común para constituirse como un contrapeso que empodere a los ciudadanos para que tengamos cada vez mayor capacidad de exigir nuestros derechos sociales fundamentales.
Las dos primeras exigencias serán, por un lado, el acceso efectivo a los servicios de salud, cuya carencia provoca que muchas familias pongan en riesgo su patrimonio ante emergencias o problemas relacionados con la deficiencia de los servicios médicos que ofrece el estado, mediante la denuncia de la falta de atención médica, medicamentos o citas diferidas que ponen en grave riesgo su vida o los obligan a buscar servicios médicos particulares en perjuicio de su patrimonio.
Por otro lado, una economía incluyente, que favorezca la transparencia de que los programas presupuestarios pues solo 36% de los 1,548 programas sociales registrados (federales y estatales) reportan mecanismos de participación social y solo 38% cuentan con contraloría social; es decir, no es posible saber en qué se están gastando el dinero.
El problema de fondo es que no hay quién le haga contrapeso al poder político, principal beneficiario de la perpetuidad de la pobreza, porque la pobreza significa clientelismo político, lucrar con la necesidad de quienes menos tienen, además de que ante un ejercicio de recursos opaco, se privilegian los famosos moches que son los que sostienen el ostentoso gasto de la clase política con cargo paradójicamente a los más pobres.
Ni a los ciudadanos, ni a las organizaciones, ni siquiera a los empresarios les conviene que haya tantas personas en situación de pobreza, porque la economía no se mueve. Pero a los políticos sí les conviene, porque de eso viven y si no se crea un contrapeso que los obligue a la transparencia no tienen ningún incentivo, es decir, si la sociedad civil organizada y los ciudadanos libres no lo hacemos, ellos solos no lo van a hacer, sería atentar contra ellos mismos.
Todos somos un poco responsables, si no de lo que ha pasado en México, si de que las cosas cambien. Hasta ahora hemos sido demasiado permisivos y desorganizados, pero esta iniciativa es un principio, una apuesta de largo plazo que estará abierta en todo momento a que ciudadanos y organizaciones participen, denuncien, comparten o debatan. Por lo pronto yo ya me sumé y quien quiera podrá hacerlo a partir del 12 de mayo en el portal www.frentealapobreza.mx
@amadoavendanov
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