Votar, un Derecho de todos y todas ¿En verdad?

«Lorraine», transgénero, muestra su DUI adecuado con la fotografía de su identidad. Foto: Diario1.com

Votar es un Derecho político pero también es una obligación ciudadana, es la oportunidad que tenemos como sociedad para poder elegir a nuestros gobernantes. Este derecho lo tenemos que hacer valer en celebraciones de elecciones periódicas mediante el sufragio o voto, mismo debe de ser universal, libre, igual, directo y secreto.

El derecho al voto está plasmado en la Declaración Universal de los Derechos Humamos art. 21 y también en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el art. 35. Entonces…

¿Qué pasa con las personas Transgénero o transexuales?

“Entendiendo como transgénero a una persona que se vive, siente y piensa como su género opuesto biológicamente hablando, al igual que su actuación social no corresponde de acuerdo a su género asignado. Por ejemplo si biológicamente eres hombre pero física y comportamentalmente eres una mujer y viceversa entonces se es una persona transgénero.”

“Pero ¿qué pasa si esta persona ya se sometió a una reasignación sexo-genérica, es decir que ya se cambió de sexo genitalmente hablando? Entonces estamos refiriéndonos a una persona transexual.”

En el caso de las personas trans, en donde su apariencia pueda no ser la misma de un año para otro, por el proceso de hormonización, o simple y sencillamente su aspecto en la fotografía de la credencial de elector es diferente, ¿Qué pasa? ¿Se le discrimina impidiendo ejercer su voto?

Según Jacqueline Loas, Presidenta del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la ciudad de México resaltó el pasado 30 de marzo del 2015 que todas las personas sin distinción alguna tienen derecho a ejercer el voto y explicó que una credencial de elector tiene tres elementos clave de identificación: una es la fotografía, la otra es la firma y la tercera es la huella digital, de esta manera la población trans puede ejercer su voto sin discriminación alguna.

Como antecedentes el pasado 13 de noviembre de 2014, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobó reformas para permitir que las personas cambien legalmente su identidad de género en su acta de nacimiento, después de una larga lucha encabezada por las organizaciones de la sociedad civil principalmente lideradas por persona trans y apoyada por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa, quien presentó la iniciativa de reformas para Garantizar el Derecho a la Identidad de Género en junio del mismo año, basándose en reconocer y garantizar el ejercicio de los derechos humanos de todas las personas en la Ciudad de México.

La realidad al presente es que más de 600 personas han logrado el reconocimiento legal a su identidad, entre estas personas algunas de entidades como Chiapas, sin embargo la falta del reconocimiento legal en todo el país sitúa entonces a las personas trans como ilegales dentro de su propio país que condiciona el poder de ejercer en plenitud sus derechos humanos fundamentales.

Pero también sus derechos civiles como el derecho al voto, a propósito de la película nominada a los premios Oscar “Selma” donde se describe la movilización social bajo el liderazgo de Martin Luther King, Jr. en la lucha del reconocimiento del derecho civil al voto en el sur de los Estados Unidos de América como un paso fundamental para la verdadera igualdad en la democracia, me lleva a la reflexión entonces de que la democracia en México como en Chiapas aún es inequitativa y desigual, mientras unas personas pueden decidir votar pero por alguna circunstancia resulta difícil el acceso al ejercicio de este derecho, otras como las personas trans principalmente, aún enfrentan la desigualdad ante la falta del reconocimiento a su identidad, y también su dignidad.

Aún en el marco del artículo 1º de la CPEUM donde se reconoce el derecho fundamental de la no discriminación, así entonces avanzar hacia la democracia requiere hoy más que nunca tender de los puentes para construir un camino más equitativo e igualitario para todas las personas en el acceso al desarrollo y la justicia social como elementos de la democracia.