Elecciones o Juegos del Hambre versión México
El día de ayer comenzaron los Juegos del Hambre, es decir las campañas políticas, es ese proceso electoral en donde una serie de candidatos y candidatas aspiran un puesto a la diputación federal, en sus respectivos partidos políticos, en donde lo único que pareciera más importante es quién se ve mejor en la foto o quien coloca más publicidad sobre avenidas de mayor tránsito y que luego se olvidan de retirar. El voto, definitivamente, no lo definirán las propuestas, sino quién repartirá más prebendas, quién derrochará más recursos de origen desconocido, quién corromperá con mayores recursos al sistema electoral, quién lucrará más efectivamente con el hambre de la población.
¿Es necesario utilizar tanta publicidad?, ¿Es necesario destinar tanto recurso económico para la promoción de los partidos políticos y/o de las personas aspirantes a las candidaturas? Prender la televisión en cualquier programa y ver de dos a tres comerciales publicitando a un partido político con su candidato o candidata, y eso, en cada corte promocional.
Saturar al pueblo chiapaneco con caras y gestos cuando lo último que necesitamos es verlos día con día, sin decir ni una sola palabra. ¿Acaso sería mejor dejar toda esa publicidad -a mi punto de vista innecesaria- y centrarse en lo que verdaderamente importa? Las problemáticas sociales, y en base a esos problemas la creación de las agendas políticas.
Creo que el pueblo chiapaneco está listo para ver publicidad con hechos y no con pendones colocados por las calles, para sentir que entregarás tu voto a la persona que te dé más confianza por sus acciones y no por la que te dé más despensas disfrazadas de hipocresía entre ambas partes.
A: ¿Que pasó comadrita?, ya fue a que le den su despensa,
B: No comadrita ¿Dónde están?
A: Están en el parquecito de la colonia
B: Y quien es pue, que está dando
A: Es el candidato del partido X
B: Jo ve pue, pero ni voy a votar por él
A: Ni yo tampoco pero fui.
Y conozco muchas historias como esa… llegar a pensar que gracias a la pobreza obtendrán otros tantos votos, otorgando dinero o despensas a cambio de estos, manipular a la ciudadanía con ese tipo de acciones y no con acciones reales, en donde incluya la buena política y la promoción de los derechos humanos.
Pensar realmente que votaré por el candidato o candidata que se lo merezca y no por el que mayor aparición tenga en los medios. Esta es una simple reflexión en donde talvez ni un candidato a la diputación la lea, pero déjame decirte que acá los más importantes somos nosotros, los que votaremos por ellos, así no te dejes llevar por toda esa publicidad engañosa. Pregunta, investiga y en base a los hechos decide tu voto.
Si es el caso de que algún candidato me leyó, ya sabes, no necesitamos tantos carteles, necesitamos más políticas eficaces, mejores agendas de campaña, que no solo prometan, sino que también cumplan y retomen agendas olvidadas en base a políticas y estrategias efectivas para garantizar el pleno respeto de los Derechos Humanos de todos y todas sin distinción.
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