Razones para cancelar Megacable

La mejor publicidad es la que

hacen los clientes satisfechos

–Philip Kotler–

Se ufana de ser gran empresa de primer nivel; de ofrecer canales de televisión en HD; un internet con velocidades superiores a Infinitum y alternativas para las empresas con un menú de sistemas de comunicación, y para convencer a los consumidores repiten y repiten sus promocionales sin importarle interrumpir la continuidad de los programas. Eso es Megacable.

En Tuxtla Gutiérrez, desde que compró Cable de Tuxtla, prometieron mejorar el servicio. Es cierto, amplió la cobertura en televisión de paga y con las reformas en telecomunicaciones implemento los servicios del llamado Triple Play: Tv–Internet–Telefonía; pero el que tanto abarca poco aprieta.

 Como suscriptor de cable (y próximo a dejar de serlo), he sufrido y presenciado la infinidad de anomalías de esta empresa que solo promete y promete y no se cansa de prometer que ofrece un servicio de primer nivel.

Al aire y no en los hechos, dicen ofrecer un servicio premier o preferente para los clientes que son puntuales en sus pagos o los realizan con anticipación. Se supone que para ello tienen una “línea especial” y un asesor “personalizado”; que por ser cliente premier las quejas o solicitudes son atendidas con preferencia, pero no es cierto.

De entrada los “clientes premier” deben esperar el mismo tiempo que los demás y el supuesto “asesor personal” no tiene ni idea de quien está del otro lado de la línea, pues vuelve a preguntar con quién habla y finge un interés que se escucha falso.

Y el famoso cliente premier debe esperar el mismo turno ya sea para realizar reclamos o hacer pagos. Es más, el mismo personal de las oficinas de la 5ª norte poniente, simplemente dicen: “Aquí en Tuxtla no se aplica”. Pero eso sí, telefónicamente se deshacen en explicaciones y ventajas de ser un cliente preferencial, claro, desde la lejanía y comodidad que ofrece estar en Guadalajara, en un call–center despersonalizado.

El cliente preferente o no padece de lo mismo: internet lento como el Conejo Bus, telefonía con llamadas que se cortan y lo que es peor, lo que debe ser la fortaleza de la empresa, una transmisión pobre que constantemente es mutilada en su continuidad o bien, fallas constantes de “Temporalmente fuera de servicio, regresa más tarde”.

Fallas continuas, reclamos o solicitud de explicaciones que no saben dar, pues desde Guadalajara nada saben: “el sistema me reporta que todo está bien”, e insisten en tratarnos como tarados, como si fuéramos iguales de ineptos que sus familiares “ya checó los cables”, o peor, “ya cambió las baterías del control, y prenda y apague”, como si antes no intentamos lo mismo.

El problema es que son pocos los clientes que acuden a Profeco a quejarse, porque esa dependencia se declara incompetente pues en el contrato de Megacable al igual que los estacionamientos públicos, se lava las manos; y declara que es competencia de las instancias de telecomunicaciones.

Además, una hora de televisión por cable equivale a ¡55 centavos! en tarifa básica, por tan poco ¿Quién va a ir a interponer una demanda por incumplimiento en el servicio? Y por eso, cuando se le dice al “asesor” que irá a Profeco a denunciarlo se ríen e irónicamente dicen: “está en su derecho”. O bien, que le “repondrán el tiempo perdido”, pero NO REPONEN NADA, y no hay un informe ni transparencia de la manera en cómo se reintegraron los minutos pagados y no emitidos.

Por ello, las interrupciones son constantes y no les importa si el cliente disfruta la repetición de su programa favorito en los canales de Fox, ESPN, Warner, Sony o TNT, con tal de insistirnos hasta el hartazgo en contratar los nuevos y “eficientes” servicios que “disfrutaremos” desde la comodidad de nuestros hogares. Ya no se sabe qué es peor, si soportar los anuncios constantes del partido Verde o los de Megacable.

Muchos optamos por contratar el servicio de televisión restringida no solo por la variedad de canales sino por el rechazo a la publicidad intrusiva. Pero Megacable harta con sus “editoriales moralista” y esa campaña inquisitoria de HD cuya señal deja mucho por desear, pues constantemente se “congela”, se “va” y lo que es común, se pierden las traducciones al español o las narraciones en nuestra lengua.

La famosa digitalización que se supone mejoraría la señal y servicios apenas si está, desde hace un año, en la primera de 10 etapa. A ese paso terminarán en una década y para entonces, seremos muchos los que habremos abandonado.

Megacable, cuya gerencia en Tuxtla está en manos de Arely Galdámez, no cumple lo que promete. Lo peor es que teniendo una competencia que utiliza dentro de su promesa publicitaria la debilidad que se ha convertido en un verdadero defecto en el servicio: “no acepte malos tratos de la competencia”; pero es más triste encontrarse conocidos que laboran en Megacable, que aceptan la realidad: “Sí, mucha gente se queja en cuanto nos ve”.

Un cliente menos nada le importa a Megacable que presumiendo un liderazgo NO tienen idea de cómo aplicar la MERCADOTECNIA DE SERVICIOS. Lástima, algún día se darán cuenta de lo expresado por el guru Philip Kotler “conseguir un cliente nuevo es entre 5 y 7 siete veces más caro que retener al antiguo.[1]

[1] Kotler, P. Buscando el valor del cliente. Recuperado de: www.intermanagers.com