La diferencia entre acceso a la información y publicidad política
Hay una máxima que dice: “La recompensa al trabajo bien hecho es la oportunidad de hacer más trabajo bien hecho”. Las personas que son hábiles y funcionales en alguna tarea es común que se le confíe más trabajo. Tenemos la garantía que el resultado será favorable.
Esa primicia –que es hasta lógica- no la aplicaron las y los integrantes de la comisión permanente del Congreso del Estado al nombrar de nueva cuenta a Ana Elisa López Coello, Miguel González Alonso y Adriana Espinosa Vásquez como consejeros del Instituto Estatal de Acceso a la Información Pública (IAIP).Los tres eran parte del anterior consejo.
Se realizó una reforma de Ley para que el organismo garante de la Ley que Garantiza la Transparencia y el Acceso a la Información Pública del Estado de Chiapas se convirtiera en autónomo con la posibilidad de nombrar nuevos consejeros.
Los poderes Ejecutivo y Legislativo decidieron nombrar de nueva cuenta a tres de los cinco integrantes del anterior concejo, pareciera que la primicia fue “la recompensa al trabajo mal hecho es la oportunidad de hacer más trabajo mal hecho”.
Las consejeras y el consejero nombrado tuvieron un trabajo gris durante el anterior periodo. El instituto salió reprobado en distintas evaluaciones realizado por organismos dedicados a la transparencia y el acceso a la información pública.
Los tres consejeros están ligados al gobierno de Juan Sabines Guerrero. No tienen experiencia en materia de acceso a la información. No han logrado garantizar el respeto a la Ley, que es su principal tarea. Los sujetos obligados continúan sin hacer pública la información de oficio; muchas solicitudes de información son ignoradas y pasan meses para que se resuelva un recurso de revisión, si es que se llega a resolver.
Violan la Ley de Transparencia en el Congreso de Chiapas
Al nombrar a estas tres personas de nueva cuenta en el IAIP, las y los diputados demostraron que el tema de transparencia y acceso a la información está fuera de su agenda.
Las y los legisladores, me queda claro porque se han ocupado de hacer su ignorancia pública, no tienen idea de lo que significa la transparencia y el acceso a la información pública.
Los propios congresistas no son transparentes en sus acciones y sus gastos. El Poder Legislativo Local no cumple con la disponibilidad de toda la información pública de oficio. Ignoran las solicitudes de información. Su unidad de acceso, válgase la expresión, es inaccesible. No está en la sede del Poder Legislativo.
La directamente responsable de esto es la presidenta de la Junta de Coordinación Política, Itzel de León Villard; pero el resto de los 40 diputados -disculpen que no ponga el nombre de todos, no se me vayan a poner susceptibles con ello- nada han dicho al respecto.
Me pregunto si todos los legisladores han cumplido con el informe trimestral sobre las acciones que realizan en su comisión, si es público el personal con el que cuentan y el salario que devengan.
Eso es transparencia y acceso a la información pública, pero las y los congresistas confunden el tema con publicidad. ¿Cómo pueden llegar a convertir un derecho ciudadano en un asunto de publicidad para su imagen? La respuesta es por ignorancia y soberbia.
El acceso a la información no es que los medios de información den a conocer sus discursos o los actos en los que se presentan, enarbolar sus acciones o algo parecido.
Este derecho, tan necesario para la democracia, tiene que ver con que la ciudadania pueda acceder a la información que tiene el Estado. Datos útiles que nos ayudan a conocer políticas públicas, evaluarlas, y tomar decisiones.
Cuando las diputadas y los diputados del Congreso del Estado transparenten todas sus acciones y gastos voy a pensar que su discurso en el tema va en serio. Cuando exijan a los otros poderes que también cumplan; cuando no se presten a sólo levantar la mano para avalar las propuestas que les llegan; cuando no confundan el acceso a la información con la publicidad; cuando no se vuelvan cómplices con su aprobación o su silencio de poner en el IAIP a personas de las que está probada su ineficiencia; cuando hagan eso les voy a creer que han trabajado a favor del derecho al acceso a la información, mientras tanto su discurso se me hace hipócrita y exhibicionista.
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