El Presupuesto Base Cero
Como se sabe; los precios internacionales del petróleo han sufrido una pronunciada y espectacular caída; en el 2010 el barril de las mezclas internacionales referentes se cotizaba en 110 dólares, mientras el techo histórico del barril mexicano llegó hasta los 100 dólares; pero ayer se cotizaba en solamente 45 dólares, resultado de una caída que inicio el año pasado.
Este desplome de los precios petroleros tiene al mundo de cabeza y se debe a lo que se ha llamado la “revolución del fracking” en el principal consumidor e importador del petróleo del mundo, es decir Estados Unidos. Con esta técnica, que consiste en perforar a presión yacimientos petroleros -que antes eran inaccesibles por encontrarse a gran profundidad- con agua, arena y otros productos químicos para liberar el petróleo que se encuentra atrapado en rocas, han aparecido miles de productores americanos que han logrado cambiar el paradigma energético internacional; hoy Estados Unidos ha reducido su dependencia energética internacional en un 30 por ciento y se espera que para el 2025 sea un exportador neto de petróleo y de gas natural.
Pero no solo eso a eso se debe el desplome de los precios, el mundo está de cabeza por la lucha de Arabia Saudita contra estos productores petroleros americanos que utilizan la técnica del “fracking”. Resulta que si pensábamos que la cultura medio ambiental detendría la extracción petrolera con la cuestionada técnica de la fractura, la libre competencia se les está adelantando. Una jugada de mercado deja atrás las consideraciones ambientales; es el juego de la oferta y la demanda.
Con el mercado americano cada vez más cubierto por productores domésticos, en el mundo hay una sobreoferta petrolera puesto que los países productores de petróleo se han negado a disminuir la producción para obligar a bajar los precios. Se han negado porque la OPEP que agrupa a los países exportadores de petróleo, es dominada por Arabia Saudita que ha decidido desatar una guerra de precios con los productores americanos.
¿Por qué han decidido entrarle a esta ofensiva de precios los productores árabes? Por los márgenes de ganancia que dejan los costos de producción. En Saudi Arabia, extraer un barril de petróleo tiene un costo de entre cuatro y seis dólares, mientras que a los productores de fracking, extraer un barril con esa técnica tiene un costo de 60 dólares.
Es evidente que con estas cifras, mantener elevado el precio del barril es lo más conveniente para los productores americanos, porque los márgenes de ganancia sobre el costo de la producción de los productores árabes son demasiado altos. O lo que es lo mismo, La sobreoferta beneficia a los árabes por el bajo costo de producción y perjudica a los americanos por sus altos costos y el evidente impacto ecológico.
Más claramente; los productores de fracking son nuevos en el negocio; como siempre que alguien emprende la aventura empresarial, lo hace con sus ahorros o con préstamos bancarios, si el panorama futuro se complica; habrá dificultades para cumplir las obligaciones financieras. Por eso, los árabes no quitan el dedo del renglón para que tarde o temprano los productores americanos muerdan el polvo y ellos recuperen el gigantesco mercado americano.
Pero, ¿Y si el gobierno de Barack Obama decide -ante la probable futura quiebra de millares de pequeñas empresas petroleras- subsidiar a los empresarios americanos para cumplir las metas de la autosuficiencia energética?
¿Quiénes resistirán más, los árabes o los productores americanos en esta carrera de resistencia?. Por eso, existe una incertidumbre mundial sobre si la evolución futura de los precios será a la alza o hacia la baja. Por lo pronto, WBH Energy, una de las primeras empresas americanas que utilizan la técnica del fracking se ha declarado en quiebra.
Pero el coletazo de esta pugna llegó hasta Rusia, Nigeria, Venezuela y claro está; México. Llegó porque somos productores de crudo y exportamos esta materia prima, por lo tanto el precio de nuestro principal producto de exportación está sujeto al juego de la oferta y la demanda; es decir al precio internacional fijado para regular las ventas y compras en los mercados internacionales.
El asunto es que de nuestro presupuesto de egresos, es decir el mecanismo por medio del cual el gobierno cumple con sus obligaciones de darle un mejor nivel de vida a sus gobernados, depende de los niveles del gasto público. Este gasto en México se obtiene de la recaudación de impuestos, de la venta de servicios públicos, de los créditos financieros y de las exportaciones petroleras, entre otros aspectos.
Pero en México, el gasto depende en más de un 35 por ciento de los ingresos petroleros. Es decir está sujeto a los vaivenes del mercado internacional de los precios petroleros en más de una tercera parte.
Para compensar esta disminución que se traduce en millones y millones de pesos, es necesario incrementar la base tributaria (las personas físicas o morales que pagan impuestos), aumentar la tasa impositiva (los niveles de impuestos) o de plano acceder a créditos internacionales, es decir pedir prestado al exterior. Incluso se pueden combinar estas tres estrategias.
El problema es que la economía mexicana ha tenido un pobre desempeño y el ambiente político nacional es de efervescencia política y de poca confianza en el gobierno y los políticos, por eso, aumentar los impuestos o la base tributaria no es opción porque crisparía aún más a una sociedad que le pide resultados al gobierno y que además está sin opciones de futuro inmediato ante una economía que no despega y que al contrario, se estanca.
Por ello, solo queda la opción del presupuesto cero. Se llama así el presupuesto que contiene un gasto público que no es inercial (el que le da continuidad a programas, proyectos y acciones ya contenidos en ejercicios anteriores). Al contrario, el presupuesto cero significa que cada programa contenido en el proyecto de presupuesto de egresos tiene que justificar su existencia. Es decir en un gasto público programado de esa forma, muchas acciones, programas y proyectos ya no tendrán razón de existir, sencillamente porque ya no forman parte de las prioridades gubernamentales, las cuales se revisarán anualmente. De esta manera, se crean mecanismos que evalúen y se justifiquen el monto y la necesidad de cada programa público.
Así, el presupuesto se basa solo en las expectativas para el año siguiente, sin referencias a los años previos como lo hace un presupuesto inercial. (http://goo.gl/mDtb3L)
Este tipo de presupuesto, requerirá redoblar los esfuerzos de la administración pública; porque cada año habrá nuevos formatos, nuevos sistemas, más proyectos evaluados, desechados o autorizados. ¿Se incrementará la nómina burocrática de las dependencias federales, estatales y municipales? Recordemos que estas últimas transfieren al sector social o productivo, el presupuesto federal en programas, proyectos y acciones de gobierno.
Pero más a fondo, a pesar de que todos aplauden la decisión gubernamental de realizar un presupuesto base cero -que tampoco puede decirse que sea una decisión incorrecta- hay dos elementos que son dignos de mencionarse:
1.- Es un esquema presupuestal que desde hace mucho tiempo debió implementarse en México, recordemos que López Portillo dijo que necesitaba “Dos años para la recuperación, dos para la consolidación y los últimos dos para el crecimiento acelerado y su Plan Global de Desarrollo se estrelló contra la realidad.
2.- El presupuesto base cero es acorde con la realidad de México por varios motivos; entre ellos por el difícil entorno económico internacional y nacional y por el contexto político de falta de credibilidad en la política y de nuestras figuras políticas.
Pareciera que el Presidente Peña Nieto ha decidido dejarle toda la conducción económica al Secretario de Hacienda Luis Videgaray Caso.
¿A qué me refiero?
Seguramente con la carga negativa de la Casa Blanca, del Caso Aristegui, de Iguala, de las pocas expectativas de crecimiento económico y de remate el desplome de los precios internacionales del petróleo; el gabinete federal se parte en dos de manera evidente: La conducción política a cargo del Presidente y la conducción económica y de manera autónoma al Secretario Luis Videgaray.
¿No es mucho poder para un secretario de estado faltando todavía cuatro años para elegir nuevo presidente de la república?
Imaginemos los compromisos de 31 gobernadores y el Jefe del Distrito Federal, el presupuesto inercial se acomodaba muy bien a sus intereses populistas. Pero el presupuesto base cero se acomodará muy bien a los intereses de un solo hombre: Videgaray Caso, donde cada uno de los gobernadores, el Jefe de Gobierno, los presidentes municipales de los municipios más importantes, los secretarios de estado y un largo etcétera, desfilarán en sus oficinas para solicitarle el “favor” de ampliarles el presupuesto y seguir haciendo obras de relumbrón y elefantes blancos por todos lados.
Con estas obras se ganan elecciones y todo dependerá de un solo hombre. Seguramente perderá efectividad el presupuesto base cero, porque no solo está diseñado para hacer eficiente el gasto; también lo está para apuntalar la carrera a Los Pinos de alguien que a leguas de distancia se ve que no tiene el carisma ni la popularidad suficiente para generar la confianza que necesita la clase política hoy.
En muchos sentidos el sexenio de Peña Nieto ya terminó o es el más largo.
O comparte el poder o ya no lo ejerce completamente, las dos cosas son iguales. Lo único cierto es que el presidente hoy co-gobierna y el prepuesto base cero hace lustros que debió implementarse en un país donde ni la tecnocracia pudo erradicar el populismo, hoy entre los Juniors ese populismo es el sello distintivo de cualquier acción gubernamental, así se disfrace con un necesario presupuesto de este tipo.
No hay hasta ahora figuras emergentes en el gabinete y desde la oposición tampoco, porque la población ya no cree en la política ni en los políticos. Con tantos intereses en juego y con tanto poder que tendrá en cuatro años, solo incrementando la efervescencia política se logrará un verdadero cambio, de otra manera, los poderosos seguirán en el poder, se preparan para ello.
Twitter: @GerardoCoutino
Correo: geracouti@hotmail.com
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