El largo camino de los Derechos Humanos
Sí claro -refería una mujer joven por la calle, platicando con otra mujer un tanto mayor – los Derechos Humanos los conozco, los he oído (…) Pero hablar de derechos humanos es cosa reciente y es porque están de moda. Al fin y al cabo los derechos humanos no son para nosotras, son para las personas de caché.
Derechos Humanos (Human Right), escuchamos y/o hablamos de ellos todo el tiempo, muchas veces referido por terceras personas, y no tenemos un concepto claro de lo que realmente son.
Los Derechos Humanos no son nuevos, ni mucho menos, tienen que adecuarse a la condición socioeconómica de cada persona. Los Derechos Humanos son para todos y todas sin distinción alguna.
Todos nacemos libres e iguales, es el principio básico de los Derechos Humanos. El reconocimiento del ser humano como sujeto de derechos no es reciente. Era el año 539 antes de Cristo, cuando Roma vivía bajo el principio de la Ley de Herodes, cuando si estabas con la gente adecuada estabas a salvo, de lo contrario terminabas como esclavo o muerto. Fue en medio de toda esa adversidad cuando Ciro el Grande, tras conquistar Babilonia, hizo algo completamente revolucionario, anunció que todos los esclavos podrían irse en libertad. También dijo que todos y todas eran libres de elegir su religión, sin importar de qué grupo fueran parte.
Estas palabras fueron documentadas en una tablilla de arcilla conocida como el Cilindro de Ciro. Ese fue el principio de los Derechos Humanos reconocidos como tal, por un Estado-Nación.
Al término de la Revolución Francesa se proclamaron los Derechos Naturales. Pero no todos estaban tan contestos por el logro, en Francia un general llamado Napoleón decidió derrocar a la nueva democracia francesa y se declaró emperador del mundo. Los países de Europa unieron fuerzas y lo derrotaron, entonces se redactaron acuerdos internacionales garantizando muchos derechos atreves de Europa, pero solo para Europa, no para el resto del mundo.
Los demás pueblos seguían siendo invadidos, conquistados y consumidos por enormes imperios europeos, hasta que un joven abogado de la India decidió que ya había sido bastante. Se llamaba Mahatma Gandh, él asentó que todas las personas del mundo tenían derechos.
Los Derechos Humanos siguieron un camino nada fácil, estallaron dos guerras mundiales, Hitler había exterminado a más del 50% de la población judía de la tierra, en los horrorosos campos de concentración nazi. Nunca se había estado tan cerca de la extinción de los Derechos Humanos y nunca había estado el mundo tan desesperado por un cambio.
Al término de la guerra todos los países de la tierra hicieron causa común y crearon las Naciones Unidas en 1945. Su propósito básico era “…reafirmar la fe en los derechos humanos fundamentales en la dignidad y el valor de la persona humana”.
Finalmente en 1946, bajo la supervisión de Eleanor Roosevelt, se llegó al reconocimiento institucional de una serie de Derechos para todo el mundo. Dos años mas tarde, en 1948, los Estados-Nación firmaron e hicieron suya (con el compromiso de aplicarlo en sus países) la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La lucha por el pleno reconocimiento de los Derechos Humanos no ha sido fácil, ni tampoco es reciente. Han pasado vario siglos en la historia de la humanidad para que los Estados-Nación los hagan suyos como parte de las políticas públicas. La lucha ahora es para que los respeten, y para que las y los ciudadanos se reconozcan y asuman como sujetos de derecho.
Dedico enormemente este montón de palabras a esas dos mujeres que un día se cruzaron en mi camino y me hicieron entender que aún hay mucho trabajo por hacer para que las y los ciudadanos reconozcan que los Derechos Humanos, no son para las personas de caché, son para todos y todas.
Excelente, me gusta su punto de vista, los D H es de todos y para todos, saludos.