El laboratorio político chiapaneco

 

Socios

 

Pobreza, marginación, desigualdad y atraso son los dignos distintivos del estado de Chiapas. Varias son las causas de estos aspectos negativos que nos distinguen; entre ellas la inmensa derrama económica en programas sociales que no se han acompañado con presupuesto para inversiones productivas, es decir; el tiradero más grande de Chiapas no es de basura, es de recursos financieros.

También se debe de tomar en cuenta la falta de visión de la clase política -que casi siempre es también la clase empresarial- acostumbrada solo a administrar los recursos federales y sin capacidad de generar recursos propios para invertirlos en proyectos y programas que detonen el desarrollo estatal.

Pero eso sí, es cleptómana y sin capacidad de generar nuevos esquemas de negocios para que por lo menos desde la iniciativa privada generen fuentes de empleo; nuestros políticos-empresarios solamente reproducen el capital de manera primitiva –y lo siguen haciendo- es decir compran ranchos, casas o crean constructoras que solo tienen capacidad para construir aulas, parques públicos y pavimentar calles y con ello se montan sobre las ganancias de negocios ya establecidos. Por ejemplo; el sexenio corrupto por antonomasia fue el de Miguel Alemán Valdés, pero -sin que esto lo exculpe- llegó el momento en que sus empresas gastaban más electricidad que el Ayuntamiento de Guadalajara; es decir formaba capital y creaba empleo y aún hoy en día sus descendientes siguen haciéndolo.

En Chiapas con nuestros políticos ni pensar que puedan formar capital; siguen pensando como finqueros y otros seguramente han de sacar el dinero del estado. Viven del erario público cuando forman parte de la administración pública, quieren seguir siendo parte de ella después, e intentan venderle servicios cuando salen del servicio público y cuando son funcionarios.

El resultado es un Chiapas con una fuerza productiva que no es aprovechada, un estado donde la aspiración de muchos es ser burócratas o formar parte del magisterio. Somos un estado con una fuerza laboral trabajadora -y mucho- pero que no genera riqueza tangible porque no está diversificada.

Para clarificar este fenómeno de atraso estatal de falta de visión política y empresarial, los niños y adolescentes chinos y americanos sueñan con ser taikonautas en el caso oriental o astronautas en el caso de nuestros vecinos; en México de niños todos soñamos con ser policías o bomberos. Aclaro que estas son profesiones nobles y en ellas se arriesga la vida; pero en Chiapas vamos a no perder: los padres son los que insisten que los hijos se dediquen a la carrera magisterial, de esa manera con una “plaza” se asegura el futuro.

Pero incluso la clase política, en este caso nacional ha buscado cancelar este escape a la pobreza y la realidad con las sucesivas intentonas de cerrar las normales rurales, con el resultado trágico que ya conocemos en Iguala, Guerrero, que anuló estos intentos, la gran pregunta es si en el futuro volverán a buscar cerrar las normales.

Es decir, en Chiapas el único escape para los más pobres a la falta de empleo productivo es tener una plaza magisterial, formar parte de la burocracia y más recientemente y con más fuerza la salida es engrosar las filas de la economía informal y claro está; queda todavía el último recurso que es la migración.

Si en política económica e implementación de políticas públicas nuestra clase política –la nacional y estatal- no da una en Chiapas; en lo que sí han sido expertos es en hacer de Chiapas un auténtico laboratorio político y una suerte de reserva o bodega de votos que responden a los intereses de los gobiernos estatal y federal en turno y los grupos políticos que los conforman.

Durante los años del priismo de la mano dura, de la disciplina, del acarreo y de la maquinaria electoral que todo lo arrasaba no hubo problema, Chiapas y sus políticos disciplinados aportaban caudales de votos apoyados por la conformación rural de nuestra estructura socioeconómica.

Después ante el avance de la izquierda agrupada en el Frente Democrático Nacional de las elecciones de 1988, la maquinaria priista chiapaneca demostró su efectividad, fuimos llamados –para orgullo de nuestra clase política- el granero de votos priista del país. Pero en el 2000 con la alternancia política nacional, esa maquinaria pasa a manos del PRD y hoy el nutrido caudal de votos chiapanecos es de color verde. Es decir del Partido Verde Ecologista Mexicano, partido que en las elecciones intermedias del 2015 irá por el “carro completo” como antes lo fueron el PRI y el PRD.

Tres alternancias sucesivas que han hecho que con tal de mantenerse dentro del presupuesto, la clase política estatal cambie de camiseta política según convengan sus intereses. De este modo, los priistas mutaron a perredistas, los panistas a perredistas y todos ahora a Verde Ecologistas.

Incluso hay casos de políticos locales que han pasado del PRI al PAN y del PAN al PRD y luego al PVEM.

 

 

La enorme pregunta que ronda en la mente de los chiapanecos es: ¿Cuáles son las razones para que en Chiapas exista un crecimiento verde ecologista? Tomando en consideración que la primera fuerza política es el PRI y que a nivel nacional el PVEM es aparentemente un socio marginal que da muchos dolores de cabeza.

Muchos problemas que el PRI solapa porque la publicidad del PVEM en cines ha evidenciado la complicidad y la opacidad del Instituto Nacional Electoral (INE) que la ha pasado por alto. En ese sentido mientras la penalización sea una multa financiera, lo único que tiene que hacerse es pagarla las veces que sea necesario, al fin y al cabo que los recursos son públicos, no salen del bolsillo de sus dirigentes.

Esta relación aparentemente dañina para el PRI y bastante conveniente para el PVEM no lo es. Los dos partidos políticos son parte del mismo proyecto político. Pero el Verde Ecologista es la cara moderna que el PRI dinosaurio ya no puede tener ni tendrá en el imaginario nacional. De esta manera, si en las pasadas elecciones surgió la denominada “telebancada”, la próxima legislatura federal podría llamarse “la Juniorbancada”.

 

La Juniorbancada

De hecho, aunque habría que aclarar que no todos van a disputar una diputación federal por el PVEM, muchos de los aspirantes son hijos de connotados políticos. Por ejemplo, La hija de Rosario Robles, Secretaria de Desarrollo Social, buscará ganar una diputación federal como candidata del PRI; también el hijo de Martha Sahagún, esposa del ex presidente Vicente Fox, es el abanderado de la alianza entre el PRI, Verde Ecologista y Nueva Alianza para contender por la alcaldía de Celaya, Guanajuato. El hijo de Emilio Gamboa Patrón, se registró como precandidato de ese partido a diputado federal por la ciudad de Mérida, es el caso del hijo de Alfredo del Mazo, del hijo de Gabriel Cuadri y de muchísimos otros casos a nivel local en diversos estados de la república.

Pero volviendo a la pregunta: ¿Cuáles son las razones para que en Chiapas exista un crecimiento verde ecologista?. La razón primordial es simple aritmética.

Al parecer el techo de la preferencia electoral del PRI está ya alcanzado y no puede ascender más. Con la crisis política provocada por los hechos de Iguala, Guerrero; seguramente la factura electoral será de un costo elevado para el PRI.

En ese escenario es donde entra en acción el PVEM que busca incrementar su techo de votos electorales logrados en el 2012 de poquito más de tres millones de votos. Esta cantidad representó el 6.5 por ciento del total de los votos emitidos en esa elección y diez puntos porcentuales del total de los votos emitidos para lograr que Enrique Peña Nieto fuera electo presidente de la República.

Incluso de ese total de votos nacionales al PVEM, tan solo el gobernador Manuel Velasco Coello, obtuvo en las urnas un millón 343 mil 980 votos, que equivalen al 70.5 por ciento del total de la votación emitida de dos millones mil 705 votos emitidos para la elección de gobernador del estado.

Es decir solamente Manuel Velasco, logra aportar más de la mitad de los votos al Verde Ecologista, si se toma en cuenta el universo total de sufragios alcanzados en esa elección.

Ahora imaginemos que en Chiapas el volumen de esos votos se incremente. Prácticamente la meta del PVEM en Chiapas es rebasar esos 1.3 millones de votos. Con 135 mil votos más que representarán el diez por ciento del total de los votos logrados en el 2012. Fácilmente, el PVEM llegaría al 80 por ciento del total de los sufragios que se emitirían en las elecciones del 2015.

¿Puede esto lograrse?. Sí y con relativa facilidad e incluso dos veces en el año, porque primero serán las elecciones para diputados federales y un mes después se efectuarán las de diputados locales y alcaldes.

La maquinaria electoral deberá estar en perfectas condiciones.

Con relativa facilidad porque en Chiapas el PRD y el PAN casi no existen y además el PVEM cuenta con los partidos satélites de Chiapas Unido y Mover a Chiapas. Es decir, el PVEM en nuestro estado no cuenta con competencia real y efectiva, por eso estas elecciones serán las más desiguales que el estado haya experimentado en 20 años.

El pronóstico es claro. Habrá carro completo y este será Verde.

Incluso, las estrellas se han acomodado para el Verde Ecologista porque según la última encuesta de Consulta Mitosky, no hay partido político que se salve de la mala imagen, todos tienen más opiniones negativas que positivas. Pero los que generan el mayor rechazo a votar por ellos son los tres “grandes” es decir el PRI, el PAN y el PRD.

Al PVEM poco le importa que a muchos les indigne sus anuncios en el cine, poco le importa que a muchos les disguste su publicidad que aparece en todos lados; ellos van por el 8 o el 10 por ciento del electorado nacional, esa es la meta. Con ello aseguran la ayuda al PRI, con ello también aseguran la posibilidad de seguir creciendo con miras al 2018.

Pero la mitad de esos sufragios es posible que se logren en Chiapas. Aún y que con lograr ese objetivo se atropelle a la militancia priista local. Lo más importante es conseguir que el “Plan B” es decir el PVEM camine correctamente porque el PRI ya no tiene techo para avanzar electoralmente.

Somos el laboratorio político del PRI nacional. La maquinaria electoral solo cambió de logotipo. Ahora la clase política es verde y lo seguirá siendo mientras a la clase política nacional le convenga.

Si la gente se decanta del PRI, los dinosaurios pasarán definitivamente a retiro. Pero sus hijos están tomando las riendas del negocio familiar y este tiene ahora las siglas verde-ecologistas.

En Chiapas seguimos en la pobreza, en la marginación, atrapados en la cleptomanía de nuestros políticos que ahora mudan de color cuando les conviene.

Somos el laboratorio electoral nacional de los poderosos. A ese paso no hay progreso para Chiapas en el horizonte cercano. Que sigamos en el abandono y sin crecimiento es lo que mejor les conviene y además nuestra clase política no se moderniza, solo cambia de piel.

 

Twitter: @GerardoCoutino

Correo: geracouti@hotmail.com

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