¿Anular el voto? ¿No ir a votar? ¿Votar por el menos peor?

Imagen: www.conectamx.com.mx

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Votemos o no votemos este año, los partidos políticos en todo el país se van a gastar (o embolsar) hasta el último centavo de los 5,356 millones de pesos que les van a repartir a nuestras costillas.

A lo mejor estaríamos gustosos de pagarlos si con todo ese dinero estuviéramos construyendo instituciones políticas respetables enfocadas a consolidar una democracia de a de veras y no a patrocinar a vividores de la simulación.

La mayoría de los mexicanos con derecho a voto tendremos alrededor de 30 candidatos de dónde escoger para alcaldes o delegados, diputados locales y diputados federales (y donde hay elecciones para gobernador, alrededor de 40) y la realidad es que llegamos a saber de muchos de ellos el día de la elección al momento de leer las boletas.

Entonces la pregunta es qué hacer en las próximas elecciones ante una boleta electoral que lo que nos genera es indignación y la sensación de estar contribuyendo con una farsa: ¿anular el voto? ¿no ir a votar? ¿votar por el menos peor?

Anular el voto no tiene ninguna repercusión ni impacto en los resultados, ni siquiera como protesta, más allá de lo anecdótico, lo mismo que abstenerse de votar; de hecho, la inasistencia o anulación facilitan la manipulación de una elección, entre más gente vote, más complicado es controlar el resultado.

Aunado a ello, ideológicamente es muy difícil distinguir diferencias claras entre las propuestas de cada partido, es más, si le quitáramos los logotipos y las rúbricas a los anuncios genéricos con los que nos están bombardeando, podríamos meterlos a todos sin excepción en el mismo costal.

Quizá una propuesta sencilla es hacer el ejercicio de investigar a fondo a cada candidato que nos toque al margen de los partidos por los que sean postulados: quiénes son, de dónde vienen, a qué se dedican, en qué han trabajado, de qué viven, que proponen e incluso tratar de interactuar con ellos de igual a igual. Provocar que se sientan observados, investigados, sean quienes sean.

Hoy por hoy más de la mitad de los mexicanos tenemos acceso a Internet y es nuestra responsabilidad ciudadana conocer todas las opciones que tenemos para elegir a quién le vamos a pagar un salario durante al menos tres años.

Si cualquiera de nosotros tuviera que contratar entre 10 o 12 personas a un empleado al que le va a pagar durante tres años o más, lo mínimo que querría es conocer entre las opciones que tiene cuál le parece mejor ¿o nos bastaría con ver su nombre y su foto? ¿Dejaríamos que otro decidiera por nosotros para luego reclamar porque no nos gustó la decisión que otros tomaron?

Sería realmente enriquecedor que cada uno de quienes tenemos la posibilidad investigara a sus candidatos y compartiera el resultado de sus búsquedas de la manera que mejor lo considere. Y entonces sí, que cada quién decida.

La democracia no se construye de un momento a otro, de una elección a otra; se va construyendo poco a poco, a pedacitos, tomando conciencia, dándonos cuenta del verdadero sentido de ese término, del poder y el peso que millones de granitos de arena pueden ejercer sobre una balanza.

@amadoavendanov

amado.avendano@mathesis.mx

One Response to “¿Anular el voto? ¿No ir a votar? ¿Votar por el menos peor?”

  1. Rubén Almaguer
    19 febrero, 2015 at 23:54 #

    Justas tus inquietudes, respetable tu opinión y conclusiones, te comparto las mías.
    http://asambleasyconsejoscomunitarios.comlu.com/spip.php?article5
    Un saludo

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